La vida de los aristócratas estaba llana de lujos y encantos, poseían las más grandes riquezas y llenaban sus estómagos con la mejor de las comidas, banquetes con un sin fin de delicias, placeres y excesos, los cuales describían muy bien su estilo de vida opulenta, eran tan poderosos que la ley estaba a su servicio al igual que la justicia, eran la monarquía y estas familias componían el único reinado que regia sobre el país entero, pero de entre todos estos oscuros linajes, había un solo emperador que estaba por encima de ellos, el cual les pisaba la cabeza y los dirigía desde su trono, a esta familia la acogían las sombras, la mentira y el engaño, los Bradford eran la cabeza de aquella fastuosa monarquía.
Nil tenía el corazón lleno de angustia, al igual que sus amigos, sabían que la seguridad de Armin corría peligro dentro de aquel palacio, los Bradford eran una manada de lobos hambrientos, los cuales estaban acostumbrados a conseguir todo lo que quisieran por que eran los reyes del juego sucio, sabían que aquel supuesto acto de caridad al haber acogido a Armin, no era más que una plan descarado para adueñarse de su fortuna, la cual superaba a la de esos villanos por mucho.
Nuestros amigos por fin estaban en la mansión de los Wolf, el padre de Levy estaba sentado en su oficina con una cara sepultada en una profunda seriedad, se llevaba las manos a la cabeza y a la barbilla una y otra vez tratando de entender lo que había descubierto.
—Señor Wolf, su hijo esta aquí, viene a acompañado del joven Nil y la señorita Cecilia.—le dijo la ama de llaves con voz suave y el señor Wolf les autorizó la entrada.
—Que pasen Hilda, asegúrate de que nadie escuché lo que hablaremos en esta habitación.
—Por supuesto señor, enseguida los haré pasar.
Levy entró primero y después le seguiremos sus amigos, al ver sus caras, el señor Wolf les hizo una señal de que cerraran bien la puerta.
—Vinimos lo antes posible, Nil y Cecilia están al tanto de todo por que Armin nos lo platico, los tres somos muy amigos de ella y estamos preocupados.—exclamó Levy para justificar la inesperada visita de sus amigos.
—Ustedes han sido muy unidos, me alegra que hayan admitido a Armin en su circulo, definitivamente su amiga esta en problemas.
—¿Por que lo dices papá?
—Por favor díganos todo lo que sabe.—insistió Nil con una mirada ardiente.
—Tomen asiento, es importante que nada de lo que escuchen aquí salga de sus bocas ¿entendido? Si alguien se entera, la habrán perjudicado de gran manera.
—No diremos nada.—expresó Cecilia con seriedad.
—Muy bien, definitivamente el asesinato de Oliver y maría fue planeado, alguien los quiso silenciar.—exclamó el señor Wolf con voz baja.
—¿Quien pudo hacer eso?—preguntó Cecilia temerosa.
—Los Bradford quién más.—exclamó Nil con molestia,
—No estamos seguros de eso, es una acusación muy seria.—declaró el padre de levy tratando de quitarles ideas de la cabeza.
—Usted al igual que todas nuestras familias sabemos quienes son los Bradford y de todo lo que son capaces de hacer por conservar su poder.
—Aun si tienes razón no deberías decirlo con tanta facilidad, no hay pruebas de que hayan sido ellos, eres solo un muchacho, ustedes on bastante jovenes, nos involucren en temas tan delicados.
—Entiendo su punto de vista señor Wolf, pero comprenda que estamos hablando de que esas bestias se quedaron con la custodia de nuestra amiga, no podemos sentirnos tranquilos sabiendo que duerme en ese lugar, además la manera en la que accedieron a su custodia temporal es absurda, ellos no comparten ningún lazo sanguíneo, ni si quiera sus familias se llevaban bien ¿por que las autoridades se prestaron a entregarles a Armin tan fácilmente? ¿Acaso el dinero fue la causa de esta estupidez?
—Cálmate Nil…—Levy le puso la mano en el hombro a su amigo y este retrocedió, estaba enojado y no podía evitarlo.
El señor Wolf abrió la puerta y se aseguró de que nadie estuviera afuera escuchando, esta acción intrigó aun más a los chicos.
—Estuve analizando el caso de Armin por que Levy me lo pidió encarecidamente, Nil también me pido ayuda al respecto, para serles honesto, al principio no quería involucrarme en esto, no quería que mi familia se viera envuelta en algo tan delicado, pero esa niña esta realmente desamparada, lo que descubrí no tiene precedentes ¿están seguros que quieres escucharlo todo?
—Estamos seguros, no diremos nada, se lo juro.—añadió Cecilia con las manos frías por la ansiedad.
—El padre de Armin era mi amigo, nuestras familias eran unidas por que compartíamos los mismos intereses, nos gustaba la buena vida y los placeres, pero nos unió algo más profundo, nuestra amistad era verdadera, sin embargo yo le di la espalda, supe que toda su familia estaba siendo asesinada, uno por uno, como si fuera una cacería, alguien quería destruir su linaje, los Tesland eran lo que hoy en día son los Bradford, estaban a la cabeza, en liderazgo, riquezas y posesiones, todos nos llenamos de miedo, las diez familias más poderosas nos escondimos, les cerramos las puertas a los Tesland.
—¿A que se refiere?—le preguntó Nil confundido.
—Los Tesland estaban aterrados, ya solo quedaban tres de ellos incluyendo a la pequeña Armin, decidieron recluirla en un internado de señoritas para protegerla, ella creció pensando que sus padres no la amaban, pero en realidad la estaba protegiendo de sus asesinos, Abuelos, primos, hermanos, hermanas, sobrinos, cuarenta y cinco miembros del clan más poderoso fueron asesinados sin piedad, los Tesland se vieron obligados a abandonar a Armin en ese instituto religioso, era prisionera de la persecución que se vivían a fuera sus familiares, hasta que la muerte alcanzó a sus padres.
—No puede ser…—Cecilia se tapó la boca y las lagrimas se salieron involuntariamente de sus ojos.
—Ninguna de las diez familias los ayudamos…y eso que ellos nos suplicaron por que acogiéramos a Armin, pero el miedo a que nuestros linajes sufrieran lo mismo fue más grande que la amistad que decíamos tenerle a los Tesland
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Editado: 19.11.2024