Sobreviviendo a Nil Brenon

En busca de una coartada

Sentí que Alen me había salvado de un oso hambriento, el señor Bradford era un misterio escalofriante que no quería resolver, había tanta malicia en su vida, que el solo hecho de dormir bajo su techo, era peligroso, ser la novia de Alen era más demandante que todo el peso que tenía en mis hombros por ser la única Tesland sobre la tierra…¿De verdad no había nadie que pudiera reclamarme? Si tan solo algún sobreviviente llevara mi sangre…

Aquella madrugada Armin vio el amanecer sin poder dormir ni si quiera una hora, todo lo que había pasado la había dejado con mil preguntas y nadie era capaz de darle una respuesta, Alen no durmió con ella esa noche, Armin creyó que se había ido a cuidar a su madre, Yuna, esa mujer era la depresión en persona.

—Esquizofrenia…eso fue lo que dijo el señor Bradford de su esposa, pero a mi me pareció ver una profunda tristeza en sus ojos ¿por que tenía tanto miedo? Le llamó demonio a su esposo y Alen…mi pobre Alen sufre por ella.—se dijo Armin en sus adentros mientras veía por el balcón los jardines.

Por otro lado, el señor Golf había viajado hasta escocia en busca de aquel misterioso joven que supuestamente tenía parentesco con Armin, aunque Cecilia, Levy y Nil ya estaban advertidos de que ninguno iría a ese viaje, insistieron tanto que el señor Golf no tubo más remedio que llevarlos con él y sus detectives.

—Gracias por haber aceptado que vengamos con usted, no le estorbaremos, se lo prometo.—le dijo Nil con seriedad.

—Yo no los invité, no iremos de excursión, sigo pensando que unos niños no deben estar involucrados en este asunto tan grabe.

—Perdón papá, pero Armin es nuestra amiga, quedarnos de brazos cruzados no ayudará para que la saquemos de ahí, su vida corre peligro.—le dijo Levy con preocupación.

—Supongo que era irremediable.—dijo el señor Wolf soltando un suspiro.

—¿A que se refiere?—le preguntó Cecilia con curiosidad.

—No importa cuanto nos aferremos, nuestras familias siempre estarán involucradas con los Tesland de alguna u otra forma, es nuestro castigo por haber pecado de omisión…pero jamás pensé que ustedes terminarían metidos en todo esto, el destino llevo a Armin hasta ustedes y por algo se hicieron amigos, la verdad es un alivio que ustedes no sean unos cobardes, a pesar de ser unos niños, están aquí, metidos en cosas de adultos, es un poco vergonzoso.

—El pasado ya nos puede arreglar, pero el presente si, no pudimos hacer nada por la familia de Armin, pero a ella si podemos salvarla.—dijo Nil con convicción.

—Tienes razón.—le respondió el señor Wolf con una sonrisa.

Nuestros amigos se encontraban en una sala de estar dentro del hotel donde se habían hospedado, estaban esperando a que el detective se encontrara con ellos, como su identidad era un misterio, no lo podían reconocer, por que siempre tenía un peinado o peluca diferente, al igual que prótesis para largar su mandíbula, bigote, nariz y más, incluso aveces se vestía de mujer, así que esperaban su mensaje.

—¿Cuanto tiempo más tendremos que esperar?—preguntó Cecilia impaciente.

—Ya está aquí, me acaba de llegar su mensaje.

De pronto, un señor se acercó a ellos, era más alto de lo que el señor Wolf recordaba, así que lo miró de pies a cabeza.

—¿Usted es muérdago?—le preguntó el señor Wolf confundido.

—Soy yo, llevo puestas unas plataformas, por eso al diferencia de altura.

—También tiene el cabello diferente…y el color de ojos, tenía anteojos la ultima vez que lo vi…

—Es parte de mi trabajo, si mi identidad se descubriera ¿donde quedaría el misterio?

—Supongo que tiene razón…

—Es muy raro…—le susurró Cecilia a Levy y este le dio un ligero codazo.

—¿Ya podemos irnos?—le preguntó Nil acercándose a él.

—¿Quien es el muchacho?

—Es una larga historia, pero serán discretos, pagaré un monto extra por el cambio d planes, le dije que solo sería yo.—le dijo el señor Wolf y el detective aceptó.

—Esta bien, siempre y cuando no hablen de más, podrían estropear la misión.

—¿La misión?

—Así le dice a sus casos…—le dijo el señor Wolf a Nil y este hizo un gesto de extrañeza.

—Vengan conmigo, el lugar donde vive el joven Jules esta retirado de este hotel.

—¿Y como es que logró hacer una cita con él?—le preguntó el señor Wolf sorprendido.

—Le dije que éramos del periódico y que haríamos una entrevista sobre los cinco apellidos más antiguos he influyentes de Escocia.

—¿Y aceptó?

—Su difunto abuelo el señor Jules fue el conde de Neville y ahora este hombre ocupa su lugar, claro que le importan estás cosas.

—¿Y que haremos si nos corre una vez que le contemos la verdad?

—Lo convenceremos de alguna manera para que nos de el beneficio de la duda.

Nuestros amigos se fueron y el recorrido hasta el castillo donde vivía Thomas estaba a tres horas de distancia, así que el camino fue algo incomodo.

—¿Estás bien?—le preguntó Levy a su amigo Nil, pues lo veía muy callado.

—Solo espero que esto resulte, detesto la idea de que Armin este bajo el mismo techo que ese idiota.

—¿Como estará ella?—preguntó Cecilia preocupada, pues no respondía sus llamadas.

—Alen la ve como su propiedad, no dejará que la lastimen.—expresó Levy mientras se sobaba la clavícula, pues la tensión era mucha.

—¿Eso debería tranquilizarnos? El simple hecho de estar bajo su abrazo es peligroso.

—Guarden silencio niños, ya llegamos, el viejo castillo del joven Thomas esta a unos metros de aquí.

—¿Qué?

Los chicos quedaron admirados de lo inmensa que era esa propiedad y lo bellísimo del lugar, no tenían duda de que aquel misterioso conde era muy poderoso en escocia.

—Thomas Jules Neville más te vale ayudar a Armin…no me iré de aquí hasta que aceptes ver con nosotros.—se dijo Nil en sus adentros mientras se acercaban aun más a su destino.




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