Sobreviviendo a Nil Brenon

El conde

Nuestro amigos por fin habían llegado al castillo Neville y un enorme portón de hierro fue abierto por uno de los hombres que trabajaba ahí, para llegar a la entrada principal, todavía tuvieron que recorrer un gran tramo, había muchos arboles que aprecia un bosque, Thomas miraba fijamente desde la ventana, con ojos sagaces y fijos sobre sus misteriosos visitantes.

—Señor Neville, los del periódico ya están aquí, pero vienen acompañados con tres jovencitos, dicen que es por un proyecto escolar ¿quiere que los regrese?

—No, esta bien, invitamos a pasar.

—Enseguida señor.

Thomas era muy atractivo, muy alto y de cuerpo atlético, su tez era blanca y sus ojos eran azules, tenía el cabello largo y castaño, casi oscuro, era un hombre muy astuto.

Nuestro amigos esperaban en la puerta, tres veces llamaron a la puerta y entonces el mayordomo los recibió.

—El señor Neville los espera, acompañante por favor.—dijo aquel hombre con cordialidad.

—Muchas gracias, los chicos no darán ningún problema.—expresó el señor Wolf con una sonrisa, el detective en esa ocasión se hizo llamar, Estuardo.

—Tomen asiento, el señor Neville no tardará en atenderlos ¿les ofrece algo de beber?

—Té esta bien.—dijo Estuardo sonriente.

—Enseguida, traerá algunas galletas para acompañarlo.

—Gracias.

—No puedo creer que estemos aquí…—expresó Cecilia soltando un suspiro.

—¿Soy el único que está nervioso? Me duele el estomago.—añadió Levy incomodo.

—Ojalá que esto resulte, tiene que salir bien.—decía Nil mientras movía el pie con inquietud, se notaba que esta muy nervioso.

—¿Creen que sea amable?—volvió a preguntar Cecilia impaciente.

—Guarden silencio, podría oírlos.—les dijo el señor Wolf en forma de regaño y de repente, el conde bajó las escaleras, usaba una camisa guinda de vestir y un pantalón negro, cuando Cecilia lo vio, se quedó con la boca abierta y Levy le dio un codazo.

—Cierra la boca, estás babeando.—le dijo él con el ceño fruncido.

—Es hermoso….—dijo Cecilia haciendo a un lado a Levy.

—Es igual a Armin…—añadió Nil en voz baja.

—Señor Estuardo, señor Wolf, bienvenidos al castillo Neville, veo que vinieron acompañados.—exclamó Thomas con una sonrisa.

—Gracias por el recibimiento conde Neville, pero estos chicos están trabajando en un proyecto y decidieron escribir sobre usted.

—Díganme Thomas, conde suena muy anticuado.

—Por supuesto señor Thomas.

—¿Quieren tomar algo?—les preguntó Thomas mientras se acercaba a su cantina.

—Gracias, su mayordomo nos ofreció té y algunas galletas.—le dijo el señor Wolf con nerviosismo.

—Con permiso señor Naville, le traigo un refrigerio a sus invitados.—dijo el mayordomo con seriedad.

—Gracias Harold, déjalo en la mesa, puedes retirarte.

—Si señor.

Thomas era muy parecido a Armin, tenían el mismo estilo de belleza que habían heredado de su madre.

—Deja de verlo, compórtate.—le dijo Levy en voz baja.

—Ay, no puedo evitarlo…

—Así que son del periódico ¿no es así?—les preguntó Thomas mientras se servia un trago.

—Bueno…—Cecilia comenzó a tartamudear, ya estaban todos muy nerviosos.

—¿Por que no toman un trago? Las cosas se van a poner feas por aquí.

—¿Que?

De pronto, un grupo de hombres entraron por la puerta rodeando por completo a nuestros amigos, todos se pusieron de pie inmediatamente y miraron con pánico a su alrededor.

—¿Que es esto?—preguntó estrado alterado, mientras que Nil y Levy se ponían delante de Cecilia para protegerla.

—¿Enserio creyeron que me engañaran tan fácilmente? Ustedes no pertenecen a ningún periódico y se perfectamente que tu nombre no es Estuardo, eres un detective ¿no es así?

—Podemos explicarlo…—exclamó el señor Wolf cubriendo a los chicos.

—Por su bien espero que me hablen con sinceridad , mis hombres son expertos en hacer que las personas digan la verdad, incluso harían hablar a las piedras, les sugiero que antes le den un buen trago a esta botella, el alcohol despeja la mente.

—Por favor no meta a los chicos en esto, ellos son inocentes.—le suplicó el señor Wolf con insistencia.

—¿Por que me están investigando? ¿Quien diablos son ustedes?—les preguntó Thomas con le ceño fruncido.

—Eres mi primo…—exclamó Nil abriéndose paso entre sus amigos, aunque el señor Wolf intentó callarlo, él habló.

—Espera Nil…

—Mi nombre es Nil Brenon Bradford y necesito tu ayuda.




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