Sobreviviendo a Nil Brenon

La noche de cacería I

Armin parecía una princesa, su vestido blanco la hacía parecerse a un elegante y hermoso cisne, se veía tan bella que Megmed entendió por que tenía a los hombres más importantes del clan obsesionados con ella, aunque Armin creía que esta era una celebración especial para ella y que los Bradford le habían regalado este detalle para presentarla oficialmente como la protegida de la familia, no estaba enterada de las intenciones perversas de los Bredford, ese evento, no era más que una celebración en donde Nicolas mostrará a todo el clan el trofeo más grande que se podía obtener.

De pronto, llamaron a la puerta, era una de las criadas que había sido mandada a ver si Armin ya estaba lista.

—¿Quién será?—preguntó Armin nerviosa.

—Iré a ver, espéreme aquí.—le dijo Megmed mientras se acercaba a la puerta.

—Si, me pondré algo de perfume.

—De acuerdo.

Cuando Megmed Vio a la criada, su semblante relajado cambió a uno tosco y más reservado.

—Hastha ¿que sucede?—le preguntó Megemed a su compañera entrecerrando la puerta.

—Preguntan si la señorita ya está lista.

—Si, lo está, babara enseguida.

—Que lo haga de una vez, ya vez como es la señora Plericoth, no le gusta hacer esperar a los señores.—expresó Hashta con apuración.

—¿Cuantos son? ¿Vieron todos?—preguntó Megmed con curiosidad.

—Solo los más importantes, son alrededor de cincuenta personas.

—¿cincuenta? Enviaron solo a las cabecillas entonces…—dijo Megmed pensativa.

—Si, vamos, apresúrate, si hacemos algo mal nos van a castigar, no creo soportar más azotes…

—No nos van a azotar, no mientras ella esté aquí, recuerda que quieren mantener un bajo perfil.

—¿Sete olvida que eliminaron aquella criada? Cometió un error y le costó la vida.—dijo Ashtha nerviosa.

—Baja la voz.—le dijo Megmed y ella asintió con la cabeza.

—Voy a acompañarlas, sería raro que la señorita bajara solo con una criada, no hay que despreciarla de manera tan evidente.—propuso Hashta con seriedad.

—Tienes razón, espéranos aquí.

—Si.

Megmed entró nuevamente a la habitación y le preguntó a Armin si estaba lista para salir y ella asintió con la cabeza, el momento que tanto esperaba por fin había llegado, Armin creía que su relación con alead debía ir bastante enserio como para que el señor Nicolas la presentara delante de toda la familia, aunque existía la posibilidad de que solo fuera un acto de cortesía, ella anhelaba ser parte de una familia, creí que sus nervios la hacían sentirse temerosa y que debía bajar la guardia, así que prometió que esta noche disfrutaría de la velada y dejaría a un lado los prejuicios.

Cuando Armin salió de la habitación Megemed se quedó impresionada de lo bonita que se veía, nadie pensó que quedaría tan preciosa, por que ninguna de las criadas se había animado a vestirla y maquillarla, pero Megemed había hecho un gran trabajo.

—Eres muy talentosa, deberías maquillarme un día de estos…quizá entonces encuentre marido.—le dijo Ashtha en el oído a Megmed y esta respondió con seriedad.

—La señorita lo hizo más fácil, en ella todo luce mejor.

—Es lo que veo, la cara de la señora pericote se pondrá más pálida cuando vea lo bonita que se ve la señorita Armin jejeje.

—¿Que pasa? ¿Me veo rara verdad? ¿Este vestido es muy ajustado? ¿Debería quitarme algo?—les preguntó Armin al ver que cuchicheaban.

—¿De que habla? Se ve perfecta, sea más segura de usted misma.—dijo Megmed en modo de regar.

—Se ve muy bien señorita Armin, no debe ponerse ni quitarse nada.—le dijo Ashtha con cordialidad.

—Gracias…entonces supongo que todo esta bien…—el corazón de Armin latina con locura, tanto que lo sentía palpitar en al garganta, las manos las tenía frías y sudorosas, pero aun así, ella quería agradarles a todos.

Mientras ella caminaba en el pasillo dirigiéndose hacia aquella gran escalera de caracol, los Bradford esperaban ansiosos la llegada de su prisionera.

—Escuché que es hermosa.—decía un hombre mayor que tenía el cabello completamente blanco.

—¿Tu crees? Me pregunto si es igual a sus padres, ojalá haya heredado los ojos de su padre, eran preciosos jajaja.—respondió sus esposa entre risas burlonas.

—Pensar en que es la única sobreviviente de un clan al que hemos exterminado, hace que todo se vuelva más interesante jajaja, ella no tiene idea de lo que le hicimos a su familia jajaja.

—Es como un conejo dentro de una madriguera de zorros hambrientos…—expresaba uno de los sobrinos emocionado.

—No, es una presa que esta bajo el cuidado de una manada de lobos rapaces jajaja, que tétrico es eso…me encanta.—añadir otro mientras llenaban sus estómagos del vino más caro y los bocadillos más apetecibles.

Todos los Bradford tenían su propia idea acerca de Armin, sus propios prejuicios, ninguno la consideraba fuerte, se burlaban de ella y la codiciaban aun más por lo que representaba “La ultima de los Tesland” la mujer más adinerada del país, la única amenaza para su dinastía, su enemiga y la única sobreviviente, tenían a su ruina en sus manos y eso los hacía sentir poderosos.

—Querido hermano, tienes los ojos puestos en esta escalera, deberías disimular el deseo de destriparla, mi sobrino se puede sentir celoso de como el alfa babea de hambre por culpa de la oveja.—le dijo Donovan a Nicolas con voz siniestra.

—No te reflejes en mí, todos aquí sienten lo mismo, están ansiosos de ver a la presa he imaginar que le calman los dientes.—le respondió Nicolas quien disfrutaba de su vino.

—Por cierto ¿donde está el futuro líder del clan? ¿No debería estar listo para recibir a su novia? Al menos debería fingir algo de amor hasta que se case con ella y le saqué todo lo que pueda, si no mal recuerdo, lo ví en los jardines besándose con Irene.

—¿De que hablas?

—¿Realmente piensas dejar a ese niño a cargo de todo esto? ¿Crees que está listo para heredar tanto poder?—le preguntó Donovan de manera mal intencionada.




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