Sobreviviendo a Nil Brenon

La luna, el lobo y la oveja.

No me importó la forma fiera en la que me veían, ignoré como les escurría la saliva entre los dientes, deje de lado mi instinto de supervivencia y me volví ciega ante la amenaza inminente, aunque mi vida peligraba en manos de ese perverso clan, no me importaba por que él estaba frente a mí.

¿Que tenía Alen Bradford que me volvía tan loca? Sus ojos me hipnotizaban, era como mi criptonita, me dejaba indefensa, completamente a su merced, yo era un títere que se movía a la disposición de sus hilos malignos, en el fondo de mi corazón sabía que él era malo para mí, tanta falta de querer no era normal, mendigaba por una caricia suya, la desesperación y la ansiedad ya eran parte de mi vida.

El señor Nicolas me había presentado oficialmente ante la familia Bradford como la novia de Alen, todos aplaudían y se veían bastante alegres, sentían que tenían la victoria a asegurada.

—Te ves muy hermosa con ese vestido, pareces un ángel.—le dijo Nicolas a Armin mientras sonreía complacido.

—¿Tu lo elegiste?—le preguntó Alen a su padre y este asintió con la cabeza y el rostro del joven heredero se tornó sombrío.

—Gracias por haberlo comprado, no suelo tener esta clase de vestidos en mi armario jejeje.—expresó Armin con pena, pues se sentía incomoda por lo ceñido que estaba.

—¡Oh! Que bella estás jaja, sabía que con esa ropa te verías aun más linda Armin.—le dijo Alana acercándose a ellos con una botella de vino.

—Deja la botella y bebe de la copa, no seas vulgar.—expresó Alen a su tía y ella encogió los hombros y dejó la botella a un lado.

Alana venía acompañada de Cristobal, el hombre con el que la había sorprendido en un acto inmoral y al verlo, Armin se puso muy nerviosa.

—Voy a presentarte a cada miembro de la familia, él es Cristobal, mi primo.—las palabras de Nicolas taladraron los oídos de Armin.

—¿Su primo?—preguntó pasmada.

Alana, le quitó el ojo y le hizo una seña de que guardara silencio, ahí fue cuando más se sorprendió de su descaro, Cristobal y Alana eran amantes y no pudo evitar preguntarse si su familia ya lo sabía.

—Mucho gusto señorita Armin, es un placer conocerla.—Cristobal la saludó con gran cinismo, también se regocijaba en las mejillas sonrojadas y el nerviosismo de Armin.

—Me da la impresión de que ustedes ya se conocían ¿es así?—preguntó Nicolas al ver la atención en le ambiente.

—No, es la primera vez que tengo el gusto de conocerla, debo decir querido Alen que tienes una novia preciosa, irradia pureza, igual que una virgen inmaculada.—expresó Cristobal sonriendo.

—Que cumplido, jajaja, si que te ha impactado nuestra invitada jajaja.—añadió Alana entre risas.

—No es solo una invitada, Armin ahora es parte de la familia, esperamos que así te sientas.—le dijo Nicolas y Armin asintió con la cabeza y la mirada la tenía en el piso.

De pronto, la musica comenzó a sonar y el ambiente era tan pesado que Armin sentía que se ahogaba, sentía que todo se encogía y la asfixiaba.

—¿Quieres bailar?—le preguntó Alen, quién odiaba que Armin estuviera rodeada de todos esas miradas llenas de codicia y deseo, aborrecía que quisieran algo que era solamente suyo.

Aquella melodía era como un elegante vals que por un momento desvió la atención hacia Armin y los invitados se concentraron en sus propios placeres, el vino, la comida y el contacto físico que daba el bailar aquella musica tan elegante.

—Te ves muy agitada ¿estas nerviosa?—le susurró Alen al oído, la tenía pegada a él, podía sentir su pequeña cintura y lo sube que era su piel.

—Si…siento que no puedo respirar, no se si son los nerviosos o este vestido, me es muy incomodo, no estoy acostumbrada a usar este tipo de prendas.—le dijo ella con un gesto de malestar.

—Mi padre eligió este vestido, es todo su tipo.—expresó Alen mientras le daba una vuelta, colocándose detrás de ella y le dio un beso en el cuello, la piel de Armin se le erizó inmediatamente y su corazón se agitó aun más.

—Ay…

—¿Que has estado haciendo sin mi? —le preguntó Alen balándola nuevamente hacia él.

—Te he extrañado….estar sin ti es como dejar de respirar.

—¿Dices que te asfixias si yo no estoy?

—Digo que te amo y que no puedo vivir sintió, aun sean solo minutos, si no estás siento que me muero.—le decía Armin con sus preciosos ojos brillantes.

—Aun no estoy seguro.—expresó él dejando a Armin sorprendida.

—¿Que?

—Digo que me gustaría estar seguro de que realmente me amas.

—¿Y como puedo demostrártelo?—le preguntó armin mirándolo a los ojos.

—Ven conmigo.

Alen tomó a su novia de la mano, alejándola de todo el gentío, Nicolas los siguió con la mirada, no tenía idea de adonde iban, pues Armin era la protagonista de esa fiesta.

—¿Bailamos señor?—le preguntó una hermosa dama de cabellos rubios y él la miró y sonrió para ser cortes.—claro, ¿por que no?

—¿A donde vamos?—le preguntó Armin una vez que salieron de la fiesta.

—Ya lo verás.

Alex me llevó a por un camino misterioso, donde apenas si había luz y el olor a hierva y pinos me inundaba la nariz, estábamos en un campo donde a lo lejos vi un lago, realmente pensé que él quería pasar tiempo conmigo, que quería comentar mi soledad d alguna forma, hasta que llegamos a esas frías aguas.

—¿Que hacemos aquí? La luna esta preciosa…el paisaje es hermoso.

Alen se agachó y me quitó las zapatillas, yo no endemia aquel acto de caballerosidad, pero aquellos zapatos me estaban matando.

—Entra al agua.—me ordenó sin más.

—¿Como?

—Quiero saber que tanta lealtad tienes hacia mí, dices que me amas y que harías cualquier cosa por mi, pero yo creo más en las acciones que en las palabras, te elegí como mi novia por que creo que eres una chica obediente y dulce, por alguna razón me siento atraído a tu forma ingenua de ser, tu eres como una oveja que sigue a su pastor a donde sea que él le dice, haces lo que te pide incluso si tu pastor es el mismo lobo, te traje aquí por que quiero probar tu lealtad y saber si lo que dices es realmente cierto, metete al gua y no salgas hasta que yo vaya por ti, ve a lo más profundo y aun si sientes que te asfixias, quiero que esperes a que te llame, si realmente me amas, deberías estar dispuesta a morir por mí.




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