Sobreviviendo al mundo z

Capitulo 3

Recuerdo que estuvimos muchos días dentro de la casa rodante, no sabia cuantos, pero no parábamos en ningún momento. Excepto si necesitábamos algo de comer .

-Estoy aburrida- Dijo Rebecca-¿Podríamos parar un momento? Quiero estirar mis piernas-

-Paramos hace unos minutos- Le respondio Gustin-¿Como es que quieres estirar las piernas otra vez?

-Rebecca se levanto del piso y se sentó al lado de Gustín en el sillón provocando que este rebotara.

-Solo quiero salir de aquí solo unos momentos-Escuche que le susurro al oído.

-¿Olvidaste lo que hay allá afuera?-Le pregunte con seriedad- No pararemos a no ser que sea para algo importante.

Ella me miro con ojos desafiantes apretando sus dientes, se levanto y empezó a caminar en círculos. Saco su celular de sus bolsillos y se lo puso en la oreja.

-Sin señal...-Murmuro- Odio esto, odio esta casa rodante, odio estar viajando con un viejo pariente del viejo pascuero sin mencionar que tiene cara de violador, odio estar toda sucia, no me e bañado en días y siento la grasa en mi cabello, odio que me duelan los pies por estos zapatos, odio...-La interrumpí.

-¿Quieres callarte?-Le pregunte cansada logrando que cerrara la boca- ¿Hay algo que no odies?.

-Criticar todo lo que veo es mi manera de desconcentrarme del miedo-Contesto.

-Bien-Le dije levanto mis cejas- hazlo , pero en silencio.

-Odio estar viajando con esta perra- Murmuro.

-¿Que dijiste?-Le dije dándome vuelta y caminando a su dirección, Gustin se levanto del sillón y se puso al medio de nosotras. Y sentimos la casa rodante frenar.

-Creo que todos necesitamos hacer una parada- Dijo Miguel levantándose del asiento abriendo la puerta pulsando un boton-No hay nada por aquí, espero, pero vallan y respiren un poco, están muy alterados.

Camine muy lejos de ellos, iba alejándome de la casa rodante, miraba hacia atrás y hacia delante sin saber por que, era como si estuviera huyendo de ellos, llegue a un rio y me arrodille frente a el, sumergí mis manos en el rio y me lave la cara. Por un momento me relaje, cerré mis ojos un momento, atenta al silencio de la naturaleza, cuando los abrí una de esas criaturas apareció de la nada frente a mí, mi corazón dio un salto y de mi salio un grito, se me lanzo encima y lo pateé con mis piernas, fue como patear un juguete, un muñeco de trapo, normalmente los muertos siempre son pesados, pero este no lo fue, fue tan liviano como una pluma, saque rápidamente mi pistola y le dispare en la cabeza.

Un chorro salio disparado hacia atrás y su cuerpo choco contra el suelo, un árbol que estaba detrás de la criatura quedo bañado en sangre, una brisa fría corrió haciendo que mi cabello flameaba, mis brazos empezaron a tiritar y escuche que alguien se aproximaba. Era miguel.

Quedo mirando un rato a la extraña criatura que yacía en el suelo sangrando por la cabeza.

-¿Estas bien?-Me preguntó agachándose frente a mí.

-Si-Le respondí con mí respiración alterada asintiendo, mi corazón palpitaba como si hubiera corrido, se escuchaba en mi cabeza.

Me dio una palmada unas palmadas en el hombro y me extendió la mano para ayudarme a levantar, Gustin y Rebecca llegaron un poco después y se detuvieron a mirar a la criatura.

-Que asco-Dijo Rebecca mirando el cadáver que ya tenia algunas moscas rodando arriba de él.

-Tenemos que avanzar-Dijo Miguel- Dudo que sea el único en este lugar.

Cuando pudimos salir de los matorrales notamos muchas de esas criaturas aparecer en el camino, miguel nos hizo una señal de que guardáramos silencio y en puntillas fuimos casi corriendo a la casa rodante. Gustin cayo al suelo a causa de un agujero y todas las criaturas se voltearon a nosotros.

-Corran-Dijo Miguel y los cuatro corrimos a toda velocidad a la casa rodante, algunos se nos cruzaban pero los matamos de inmediatos con balas, Rebecca gritaba con cada disparo y se tapaba los oídos. De repente una oleada de recuerdos se me vinieron encima y rompían mi concentración, mis padres cuando discutían todas las noches aveces ignorando mi presencia. Miguel logro entrar primero y encendió el autobús, Rebecca entro de las segundas y yo disparaba a los que estaban detrás de nosotros pero caí al suelo, Gustin me ayudo a levantarme disparando hacía atrás, seguimos corriendo y las criaturas ya estaban arriba de nosotros, las puertas se cerraron una vez que pudimos entrar y Miguel piso el acelerador.

Caí al suelo helado de la casa rodante y recordé a mi madre, levantando la silla y golpeando a mi papá en la cabeza, unas luces azul y rojas aparecieron de repente en la ventana, los vecinos rodeaban nuestra casa con las manos entremedio de sus brazos para guardar el calor.

Estaba anocheciendo cuando vimos un enorme portón eléctrico blackwood frente a nosotros, me di la vuelta hacia Gustin y Rebecca, ellos reían y susurraban cosas al oído, volví mi vista al frente y Miguel piteo la bocina sucesivamente.


El portón empezó a abrirse der repente, miguel empezó a andar la casa rodante y empezamos a escuchar disparos, pero no era hacia nosotros, estaban apuntando atrás de nosotros, esas criaturas se estaban acercando y no lo habíamos notado. Cuando entrabamos habían muchas casas de madera, pero había una que era mucho más grande que las otras, sus luces eran anaranjadas e iluminaban las personas heridas y personas armadas.

-¡Bajen!-Escuchamos que nos ordeno alguien. Un hombre alto de cabello castaño oscuro, ojos oscuros y piel clara. Tenia una sudadera blanca nike puesta y con un arma en sus manos. Miguel apago el motor y los cuatro salimos con las manos levantadas.-Revisenlos- Dijo otra vez la personas y los demás nos empezaron a toquetear, un hombre puso una pequeña linterna frente a mis ojos y luego me soltó.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.