Sobreviviendo

He llegado a la conclusión de que la felicidad de verdad no existe, son solo momentos fugaces, donde debes aferrarte lo más que puedas y el tiempo que dure...
He vivido soñando una vida feliz, sin miedos, segura, independiente, empoderada...
Soñaba con casarme, formar una familia, esposo amoroso, una casa grande donde podíamos salir a pasear con nuestros hijos...reírnos, planear, diseñar nuestro futuro...sólo quedaron enterrados muy muy en el fondo de mi ser...desde que era niña he conocido y vivido en la frontera del averno...no tengo muchos recuerdos felices de cuando iba creciendo, siempre tenía que estar alerta al acecho de aquel ser que no perdía aportunidad para acosarme, no perdía las oportunidades de tocarme, vivía aterrada y sin nadie a quién recurrir.

Crecí con miedos, inseguridades, no veía el dia que podía salir de ese pueblo y volar lejos para nunca volver. A pesar de dejar a mis seres queridos allí pero no podía quedarme allí. 
Mientras seguía soñando que podía ser feliz en algún lugar lejos que aquí. Cuando tuve la oportunidad de alejarme, tuve esa  enorme sensación de felicidad y emoción que iba realizar todo lo que alguna vez había soñado. 

Los sueños no son compatibles con la realidad. 

Lo aprendí rápido, la falsedad, la envidia, el egoísmo...cuando tienes un corazón noble las personas se aprovechan, tienes amigos mientras puedan sacar provecho. El amor y la comprensión duran mientras dure el dinero, fue el golpe más duro y doloroso que he recibo en toda mi vida.

Aprendí a convivir con mis demonios y en con el tiempo creo que hemos formado un lazo, en los peores momentos dónde siento que todo se va derrumbando y todo se vuelve oscuro...ellos me hacen compañía.
Ahora que soy una persona adulta, sigo soñando, pero consciente que sólo es un sueño pero ayudan en los momentos difíciles. He aprendido a sonreír mientras lloraba por dentro, he aprendido a ser gentil mientras quería romper todo a mi paso, he aprendido a vivir mientras muero cada día. La felicidad es efímera, los miedos no se van, las pesadillas no desaparecen...cada momento es una lucha por sobrevivir porque soy muy cobarde para morir.