Sobrevivientes

8.- ¿Verdad o mentira?

Garret tapa mi boca con una mano y comienza a arrastrarme por todo el pasillo, aunque  lo muerdo se mantiene firme, ni siquiera mis golpes y pataleos son suficientes para que afloje su agarre, sigo intentando pero es inútil, sin darme cuenta ya estamos en el tercer piso donde se encuentran todos los centros importantes.

- Si prometes no gritar quitaré mi mano de tu boca - su tono es serio y yo estoy muy espantado. Hasta cree que me quedare callado. Asiento como puedo con la cabeza y quita su mano.

Grito tan alto como puedo - ¡Auxi...! - vuelve a tapar mi boca y no puedo terminar de hablar, ¿Debo considerar esto un secuestro? Entramos en el área de Control de Misiones y no hay nadie, lo que hace crecer mi miedo en una forma que no alcanzo a describir.

- Escucha, tu padre esta vivo y puedo demostrarlo. - Garret vuelve a hablar y entramos en el mismo lugar donde había intentado hablar con él, retira su mano de mi boca y me indica que guarde silencio. Obedezco por miedo a lo que pueda pasar.

Garret empieza a encender las pantallas, conecta micrófonos y audífonos, al terminar toma una silla y se sienta frente a mí.

- Javier - comienza a hablar - tu padre y su tropa se quitaron los rastreadores y formaron un número, sesenta y seis, de seguro es la frecuencia donde podremos hablar con él a solas, todo está listo sólo debo cambiar a esa frecuencia... Ya, vamos, inténtalo.

Mi rostro está lleno de asombro, dudo por un momento y me decido a hablar.

- Ah... ¿Hola, papá? Soy Javier.

Como lo imaginé, no hay respuesta, aunque miles de insultos pasan por mi mente, no digo nada, su terrible broma se ha salido de control y no pienso seguir con esto. Con la mayor tranquilidad posible me levanto de la silla y Garret me mira fijamente, su cara demuestra asombro y duda. Después de tanto mirarme se decide a hablar.

- Javier, pero tu papá, tú, yo, la frecuencia, estoy seguro que esa era, ya sé, mira también podría ser un noventa y nueve ¿No? Solo lo ajustaré a esa frecuencia y...

- ¿De verdad Garret? - de pronto toda la calma que había estado guardando se esfumó y no soy capaz de soportar más- ¿Cuándo terminarás con esto? Si yo ya lo he aceptado ¿Por qué no lo haces tú? Mi padre está muerto, no volverá ¿Entiendes?, y si esto es una broma ya te lo dije, no es graciosa y me duele, entiéndelo, duele. No intentes hablarme de esto otra vez.

Sin dar tiempo para que intente contestar salgo de la sala azotando la puerta tan fuerte como puedo, sin olvidar que todos están durmiendo, o eso creía, aún hay gente en los pasillos y eso me sorprende, siempre pensé que cuando apagaban las luces todo quedaba desierto y a oscuras, pero no, hay gente con pequeñas luces en los pasillos, ahora sé que cuando avisen que el apagón está cerca ya no deberé temer a perderme toda la noche.

Ya debería estar en mi cubículo, es tarde y mis abuelos pedirán explicaciones y aunque había comenzado a sentir miedo me di cuenta que el regaño será igual si llego en este momento o en cualquier otro, decido no preocuparme y explorar como es el edificio de noche, quise pasar por los cubículos infantiles pero al no ver ni una luz encendida decidí dejarla para otra ocasión. Bajé hasta el primer piso y todo es mucho mejor, las esferas que vi en mi primera visita iluminan los pasillos, la gente también las lleva en la mano y todo adquiere un tono naranja, podría pasar toda la noche admirando pero el sueño invade mi cuerpo y me dice que es hora de dormir. Voy caminando hacia el cubículo admirando todo a mi alrededor cuando de pronto otro cuerpo a gran velocidad choca contra mi, ambos caemos al suelo y me golpeo la cabeza.

- ¡Auch! Oye podrías tener más cuidado cuando... -no termino de hablar cuando veo con quien he chocado, es una chica morena con un cabello lacio tan negro como sus ojos, algo me dice que la he visto antes, pero, ¿Dónde?.

- Oh, lo siento mucho, soy Daniela, iba al primer piso, ¿Alguna vez lo has visto de noche? Es realmente hermoso.

- Si claro, de ahí venía, ya debería estar en mi cubículo. Soy Javier -le doy la mano con una sonrisa y ella la estrecha- mis abuelos me regañaran muy fuerte por no estar a tiempo, debo irme pero antes, ¿Te conozco de algún lugar?

- Supongo, siendo la hija de Jonas no pasas desapercibida.

¿Estoy escuchando bien? ¿La hija del líder del edificio acaba de causarme un moretón en la cabeza? Vaya que el edificio es sorprendente de noche.

- Wow, hija de Jonas, ¿Está claro que tu me golpeaste cierto?

Ella comienza a reír y yo la sigo - Claro Javier, no te preocupes. Nos vemos luego.

- Adiós, trata de no tirar más personas.

Doy la vuelta y sigo con mi camino, cuando llego al cubículo cierro despacio la puerta, me cambio y voy a mi cama.



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En el texto hay: misterio, ficciongeneral, aventura

Editado: 10.08.2020

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