Todos estaban despiertos cuando me levanto de la cama, mi abuela se lleva a Camila al comedor para desayunar y mi abuelo solo esperaba que me levantara para darle la explicación que tanto necesitaba. Me paso la mano por la cara para despertar por completo y volteo hacia mi abuelo.
- Buenos días -le digo con un intento de sonrisa.
- Buenos días Javier, ahora que ya te levantaste dime, ¿Está preparada tu buena explicación?
- Claro, te daré la versión resumida, Garret me llevó a Control de Misiones para decirme que mi padre estaba vivo, aunque claro todo resultó ser una pesada broma.
Su rostro se había iluminado al mencionar que mi padre estaba vivo pero al decirle que era una broma fue como si le dieran de nuevo aquella mala noticia.
- Bueno... Vamos a comer.
- Sí abuelo.
Caminamos en silencio hasta el comedor y al entrar íbamos a sentarnos donde siempre pero al ver a Garret nos sentamos en la mesa de al lado, él nos mira con duda y yo solo aparto a mirada.
- Escucha -me dice casi en un susurro- esta noche iremos a Control de Misiones y le daremos a ese bromista una lección, ya sufrimos la muerte de tu padre como para tener que soportar esta bromita.
- Esta bien, supongo.
Cuando terminamos de desayunar levantamos las bandejas y las ponemos con las demás. Mi abuelo va por Camila y mi abuela Clara, carga a mi hermana y nos vamos a la salida.
Ya afuera mis abuelos caminan al frente, mi abuela se ve preocupada, entre todo lo que dicen solo logro distinguir un "No lo hagan", mi abuelo se ve muy firme con lo que dice y en eso una mano pequeña me jala el traje, es mi hermana.
-¿Sí?
- Javier, ¿Qué pasa con nuestros abuelitos?
- No sé Camila -y es verdad, ¿Le estará contando lo que planeó para hoy?- tal vez nos cuenten llegando al cubículo.
Llegamos al cubículo y mi abuela nos deja muy claro que no quiere que hagamos nada, mi abuelo me lleva al pasillo.
- No importa lo que ella diga, debemos hacerlo, no creo que le gustaría que a él le hicieran una broma como esta, el plan sigue en pie.
Una parte de mí siente pena por Garret pero al recordar como me sentí con todos sus juegos se desvanece y eso hace que esté cada vez más decidido a llevar esto a cabo.
- Estoy de acuerdo abuelo.
Las horas pasan lento, mi abuelo y yo estuvimos todo el día esperando para llevar a cabo nuestro plan, perfeccionando detalles y planeando la huida.
Faltan algunos minutos para que terminen los turnos de trabajo, como Garret está a cargo debe quedarse un poco más y eso hace que este plan sea perfecto, salimos del cubículo con el rostro cubierto por una tela que conseguimos al recortar una sábana, pasamos por pasillos vacíos para no levantar sospechas, cuando llegamos a Control de Misión guío a mi abuelo hasta el escritorio de Garret pero no lo encontramos, en lugar de eso escuchamos su voz y muy bajo, la de otra persona.
- No está solo -le digo a quien viene conmigo- tendrá que ser otro día.
Estaba por dar media vuelta y marcharme cuando me toma por el hombro, sus ojos están muy abiertos, casi sonríe, la emoción se puede sentir al estar cerca de él.
- Creo reconocer esa voz, Javier no quiero verme ridículo pero se parece a la voz de tu padre.
- ¿Qué? -le contesto casi gritando, olvidé que debíamos ser silenciosos.
- Shh, debemos averiguarlo, casi estoy seguro que es él.
Nos acercamos a la sala donde están todos los comunicadores y las voces se vuelven más claras.
- Fue una falla de nosotros, era noventa y nueve, no sesenta y seis, es mi culpa, ahora no se como haremos para que vea que es verdad.
Esto no puede ser, ¡Esa voz sí es de mi padre! ¡No está muerto! Sin pensarlo otra vez abro la puerta y entro en la habitación.
- ¡Papá! ¿Eres tú?
Garret da un brinco en su asiento y por un momento me mira extrañado, me quito la tela para que pueda ver mi rostro.
- ¿Javier? ¿Quién hablo? ¿Eres tú? ¿Garret? ¿Qué está pasando? ¿Quién anda ahí?
- ¡Papá! ¡Soy yo, Javier! -no puedo contener la emoción y comienzo a llorar.
- ¡Javier! -por el modo en que habla puedo darme cuenta que está llorando- Te extraño mucho, ¿Cómo están todos?
- No muy bien, te dieron por muerto fue difícil aceptarlo, te extraño mucho, quisiera abrazarte en este momento.