Sobrevivir a tu lado #1

Prólogo.

Los destellos solares obligaron a que mis párpados sean abiertos, hacía calor y se sentía húmedo el ambiente, que horrible combinación.
 

Me siento incorporandome en el suelo, dónde estaba dormida con un poco de dolor en el lomo pero todo estaba en orden, bueno casi, o eso pensé cuando desperté.
 


Miro hacia los lados y siento la sangre bombear mi corazón y recorrer de forma caliente mi organismo, habían un dos... Ocho pilares uno encima del otro, pilares gigantes de mármol, miro hacia el cielo y veo que el cristal que pertenecía lugar donde estaba no se encontraba como antes, es más ni siquiera estaba allí, veo vidrios rotos, y particularmente distribuidos en el suelo.

Mis piernas tienen sangre seca, y varios cristales en ellas cuáles rasgaron mis medias cancan, con los ojos cerrados trato de quitarlos uno por uno, es muy doloroso, pero cuando término la sangre cae por lo visto, una vez más. El museo se ve tenebroso, y yo trato de respirar con normalidad al sentir un olor nauseabundo en el ambiente había mucha sangre a los alrededores, y grietas en el suelo de mármol negro. No hay una salida alternativa, me levanto buscando mis tacones negros para colocarlos en mis pies, hay mucho material hiriente en el suelo, no hay una salida alternativa, exepto por el techo al descubierto, la falda de mi uniforme está casi hecha un trapo de piso y la camisa también con cortes.

Cuando los encuentro el suelo tiembla, otro terremoto, pensé, pero fue muy violento, ocasionó que caiga, y creo que lo que había en el suelo y alrededor se dividió en más partículas debido a mi agudo grito de dolor, sentí mil cuchillas clavándose en mi espalda, me he caído sobre un espejo gigante de una de las paredes.

Me levanto alarmada, y vuelvo a mirar hacia arriba ¿Cómo subiré antes que me muera desangrada?. Bueno, habían solo pilares a los costados, así que me saque los zapatos y comence a escalarlo, con los zapatos en la mano derecha, a pesar de mi condición, prefiero ignorar el dolor sofocante y subir.

Al llegar hacia arriba, luego de resbalones y dificultades, veo unos hierros que sostenían el cristal que era como una cúpula muy gruesa y permanecían allí, pero estaba lejos, tenía que saltar, con nervios avente mis tacones y salte, creo que si llego como mínimo me quedaré con los músculos adoloridos, y a penas llegué, si, ahora colgaba de la varilla, respiro profundo y comienzo a hamacarme estaba muy alto y me balanceo hacia adelante y atrás, y cuando veo que puedo llegar hacia el otro extremo, me suelto, me golpeé la cabeza porque no había llegado todo mi cuerpo hacia arriba del edificio. Pero lo logré, nunca sentí tanta adrenalina.

Al estar arriba, tengo la vista perfecta a la destrucción, veo el mar que rodeaba la costa y cada perímetro, veo muchos edificios a punto del colapso animales; elefantes, gorilas, y veo desde aquí un águila, en un nido sobre la copa de un árbol algo lejano, vuelvo a mirar hacia abajo de donde salí y parecía que estaba en una jaula con una única salida, todo estaba bloqueado alrededor.

El techo parecía un tobogán, me siento a duras penas y me pongo los zapatos que había aventado. Cuando siento la palpitación de mi espalda me deslizo por el tejado para caer en el agua que estaba en el final, había una piscina. Cuando llego allí, siento el agua fría, voy hacia la orilla dejando un rastro de sangre a mi paso. Llego, salgo del agua y me voy, el planchado que me había en el cabello, está arruinado.

A duras penas luego de la escalada y caída nuevamente; estaba derrotada, no hacia ejercicio, he perdido doce kilos más o menos. El sueño una vez me gana pero lucho como lo he hecho este tiempo. El vidrio no me apuñaló pero dejo una salida a la sangre, siento que pierdo la vida poco a poco, cuando en medio de mi camino veo una sala de emergencias, que poseía unos dos o tres pisos, no quiero molestarme en pensar cuántos tiene, fue mucho por hoy, siento un ligero dolor de cabeza.

No voy a morir, no hoy, si no mori en ese establecimiento histórico menos en este momento, ahora que tengo la oportunidad me dirijo a el edificio de atención médica que obviamente estaba vacío, a excepción de los muebles e instalaciones.
 


Entré, y como lo supuse estaba todo destruido, fui hacia el mostrador y encontré, curitas, hilo dental, condones, parches hasta que finalmente encontré gasas, vencidas, pero peor es nada, solo faltaba la cinta. No había personas, literalmente, es como si desaparecieran ¡Ah pero si olor a muerto sigue aquí!

Tarde algo de tiempo pero la encontré, pero no sabia como ponerme, estaba en mi espalda, y mi herida era como de... no se, no quise si doblarme para evitar la desesperación al ver mi sangre la cual goteaba por todo el sitio, cada vez me sentía más débil. Justo cuando me iba a doblar, escuche el sonido de la puerta chillar.

—¿Hola?¿hay algún sobreviviente?—. Pregunté con mi voz suave de forma temblorosa, ¿Y si era un animal? Si lo era había llamado su atención, mala decisión.

De pronto una mínima luz se posó en mi falda negra a cuadros blancos, me hundí en la oscuridad como estímulo y de pronto se empezo a abrir la sala de atenciones.

Me siento a morir, era mi mejor opción, ya no puedo mantenerme en pie, estoy muriendo, tengo poco tiempo, lucho para no cerrar mis ojos y de pie espero a lo que sea que sea se asome.




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