Sobrevivir a tu lado #1

Capitulo diez; segunda desaparición.

Narra Rudy
 

Fatan tan solo dos horas para que el sol se oculte, y ya me estoy cayendo de sueño, pero prometí ayudar a Jayden y no puedo decepcionarlo.

Encima no hay café, ¿Cómo se supone que podré aguantar toda esta noche?

Da igual, no creo que sea la gran cosa sólo son ocho horas más sin dormir, sólo ocho horas.

—¿Y así pretendes ayudarme?¡Despierta!— responde entre risas.

—Jajajajajaja ya basta, ya estoy despierta— respondo riéndome a causa de mis descontroladas cosquillas.

—Al parecer funcionó tu técnica, vamos a fuera, es hora de vigilar—responde negando con su cabeza y riéndose.

—Esta bien, ¿Y Simba?—pregunto observando a los costados de la sala, si, me dormí en la mesa.

—El está de paseo con la parejita—rueda los ojos.

—¿Te lo dijieron?— pregunto extrañada ya que me enteré viéndolos.

—No hace falta a cada rato muestran su cariño y lo peor es que creen que no los vemos—responde molesto.

—Tienes razón, tuve que gritar desde mi cuarto para que vean que me desperté— respondo estirándose ya que dormí en una tabla.

—¿Qué irónico no?, fijamos que no sabemos nada hasta que se decidan contarnos sobre su relación, pero dejémoslo de lado y vigilaremos, son las once de la noche—responde mientras mira su reloj.

Asiento con la cabeza y me dirijo a el frente, hace frio así que me abrazo. A pesar de hacer mucho calor, el frío se vino de golpe, la gripe me saluda desde el interior.

Han pasado tres horas y no hay nada, así que voy a ver que está haciendo Jay.

Al llegar escucho pasos pero no tengo miedo así sin cautela alguna me dirijo hacia el comedor de dónde venían los ruidos.

Estaba empezando a visualizar algo cuando alguien me toma del codo.

—¿Pero qué...?—Jayden me arrastro atrás del sofá mientras me tapa la boca.

—¿Acaso estas loca?— susurra cada una de sus palabras.

—¡Claro que No!, No le tengo miedo a esa cosa así que por favor suéltame.

—Por supuesto, que no, ¿Tienes idea de lo que al menos es esa bestia?, y si te atrapa, y si abre tus cicatrices te desangras y mueres, ¡a caso no valoras tu vida!.

Tiene razón, ahora me siento una niña inmadura, no pensé en las consecuencias que esto traería, no pensé que mi vida estaría en riesgo, y sin pensarlo las lágrimas caen como cataratas de mis ojos.

—Creo que fui un poco rudo, lo lamento, es que no quiero perderte, No quiero que te vayas eres mi amiga con la que paso el tiempo no se que haría sin ti pero odiaría que algo te pase estando yo presente—. Me abraza consolandome.

Esta de espalda para el sofá dejándome a la vista donde se encuentra la criatura.

Allí esta, está razguñando la alfombra, sin dudas es un animal, pero no tiene sentido, ¿Cómo es posible que Jayden me haya contado que era un humano?.

Jay me sigue abrazando, lo que hace que me sienta un poco incómoda, y cuando observo, está dormido, pobre, seguro no durmió nada en mucho tiempo, no quiero despertarlo, así que lo muevo y lo acuesto en el suelo.

Pero como soy una super delicada princesa, lo tumbo haciendo que su cabeza estrelle con el duro piso, apreté los ojos esperando a que despierte, pero estaba tan cansado que no pudo hacer efecto en su profundo sueño.

Suspiro aliviada, hasta que unos pasos me alertan, pasos, humanos ¿Que estaba sucediendo?

Ya valí, esa bestia se dirigía a donde me encuentro escondida pero si iba a matar a alguien que sea a mi y no a mi compañero.

Asi que lo hice rodar hasta que quedo debajo de la mesa que se encuentra nuestro lado.

Me coloco bien contra el sillón, cosa que con suerte la oscuridad no le permitiría llegar a verme, pero el animal no se movia para aca, si no que se dirigiría a los cuartos.

Ay no se que debo hacer estoy sumamente nerviosa y la adrenalina no me deja pensar.

Sin pensarlo, como impulso suelto un grito agudo bajo pero lo suficientemente alto para que lo que sea que sea eso me oiga.

No quería morir pero debía defender a mis amigos al menos a Jayden no lastimarán.

Estaba descubierta debido que la luz del amanecer auyento a la oscuridad y no tenía como esconderme ya que no había lugar debajo de la mesa, y en el sofá no entrarían mis altas piernas.

Como último recurso, tomo la chaqueta de Jay, me cubro lo mas puedo y me interno en lo que queda de oscuridad.

Sus pasos

Uno.

Dos.

Tres.

Cuatro.

Este animal cuadrúpedo se dirigía donde me encontraba camuflada.

Mis manos y pies comenzaron a temblar cuando sentí que estaba justo delante de mi.

Pero al parecer no detecto nada y se fue, me destape y extendí mis pies.

Mala idea Rudy.

La pude ver justo unos centimetros de mi cara.

Sus ojos.

Los recuerdo como si realmente los había visto en persona.

La bestia de mi sueño.

Estaba aterrada aun cuando se encontraba inmóvil frente de mi.

Cerré mis ojos como si disminuiría mi temor pero aun seguia temblando.

Pasaron unos minutos y con mucho valor logro abrir mis ojos.

No hay nada.

¿Que habrá pasado?

Miro a mis alrededores y no hay nada, suspiro aliviada después de estar cara a cara con la bestia.

Hasta que por arriba del sofá me tiran del cabello arrastrandome afuera de la cueva.

Pero antes de salir de mi respectivo hogar me agarro del sofá

Mala idea.

En ese tan hermoso sofá, de color blanco elegante que habiamos encontrado en el corralón anteriormente, tenía un clavo saltante y como soy tan suertuda justo donde me sujete estaba ese clavo por lo que no solo gane ser secuestrada si no que me hice un corte o me he raspado como me dolió los estímulos no me dejaron pensar, me solté.

No quería que me lleve ¿Que tal si me come?

Trataba de esforzarme en evitar que me lleve pero mas tiraba mi cabello. Es la parte más sensible de mi cuerpo, lágrimas brotaban de mis ojos pensando que me sacará ma cabeza en cualquier momento.




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