Sol De Medianoche... Luna De Sangre - Libro ll

19

Todo se encontraba destruido, cada cosa de valor de aquella habitación se encontraba destruida, Emma se encontraba fuera de la habitación, Aron no abría la puerta, pero ella escuchaba atentamente cada golpe, caída, y estallido de cristal, que provenía de dentro de la habitación.

 

—Vamos Aron, no vine hasta aquí para que no abrieras la condenada puerta — dijo Emma lo más relajada posible, jamás había visto o escuchado a Aron haciendo esta clase de espectáculo, tenía que estar lo suficientemente destrozado para estar así—para qué demonios me haces venir si estas renuente a hablar conmigo. — dijo esta exasperada

 

—Señorita necesita que hagamos algo — pregunta la gerente de aquel hotel.

 

—Necesito que desalojes el piso inferior, y superior a este, el Alpha vendrá, y junto a Eros. — la gerente no daba crédito a lo que escuchaba, sabía que el Alpha de los lobos, y el rey de los cambia forma de León eran parientes, pero nunca atendían asuntos oficiales juntos, que estuvieran allí, para atender esto debía de ser muy importante.

 

— ¿Estaba bien, otra cosa Señorita? — Emma negó, continúo intentando abrir la miserable puerta que se interponía entre ellos.

 

—Te lo diré por última vez Aron Sanabria, o abres la condenada puerta o…— la palabras se quedaron en su boca, porque la puerta fue abierta, pero Aron no se encontraba allí, debe de estar en la otra habitación, pensó Emma al entrar cerrando la puerta tras ella.

 

—Solo una maldita nota — Emma se sobresaltó al escuchar a Aron de la nada, este estaba ocultando su olor. — volverá dice, pero fue directamente a la boca del lobo — Emma no entendía muy bien a lo que Aron se refería, intento indagar en la mente de este, pero una gran barrera de dolor y desolación la alejaban de su mente — sal de mi mente Emma, no te deje entrar para que invadieras mi dolor. — Aron hiperventilaba, miraba a Emma con reproche, pero solo se dio la media vuelta entregándole la nota. Emma se apresuró a leerla, y poco a poco comenzó a entender lo que Aron decía.

 

 

 

<<Querido Aron, sé que debes de estar muy asustado al no encontrarme en la habitación, créeme me fuera encantado quedarme, pero ese no es mi destino, mi destino está en otro lugar. Se que en algún punto puedes llegar a odiarme, pero luego recuerdo que en tu corazón no cabe ese sentimiento hacia mi>>

 

La chica tenía razón, pensó Emma Aron no la odiaría nunca, solo sentiría resentimiento, pero jamás odio, por lo que veía esta no lo había rechazado, cosa que le recordaba a Emile y Eliot.

 

<<Me encantaría contarte por qué debo alejarme de ti, pero sería una historia muy larga,  puede que al contártela descontrole el futuro que ya está predestinado a pasar y espero contártela en algún punto de nuestro futuro si es que nos encontramos nuevamente, pero de aquí a que eso pase te quiero pedir un gran favor, y Se que no estoy para pedirte nada, pero lo que te pediré es importante, cuida de mis niños, ellos y ahora tu son los que me motivan a seguir, espero que al terminar todo esto, la maldad de esas personas no me haya consumido y pueda regresar a ustedes.

 

 

 

Te quiero Aron, y por eso debo alejarme, para poder asegurar un futuro junto a ti.>>

 

Y así terminaba aquella carta, no se despedía, solo aseguraba que volvería, Se notaba que la chica estuvo llorando a mares, Emma pudo notar marcas de lágrimas en aquella hoja, o pudo haber sido Aron al encontrarla y leerla.

 

 

 

Aron miraba fijamente la ventana de la habitación, sus ojos con rasgos felinos se encontraban rojos, se nota un brillo de frustración, y dolor en aquellos ojos salvajes, sentía que caería en algún momento, nunca imagino que su igual se alejaría de él, no importaba si era por el bien de todos. Aron estaba siendo egoísta y lo sabía, pero solo la quería a su lado

 

—Ella volverá Aron, por qué estás así— pregunto Emma haciendo que Aron la viera.

 

—Se que no lo hará, y si lo hace no será pronto Emma, ella está determinada a no involucrarnos en esto, pero no entiende que ya lo estamos y lo que más me frustra es que ella no debería de estar haciendo esto por Eros, ni por mí, ni por nadie, no después de como la han juzgado, pero…— Aron dejo de hablar al sentir un olor irregular cerca de ellos, a los segundos la puerta fue tocada tres veces — quédate allí Emma.

 

—Aron…— Aron mientras se acercaba a la puerta le indico a Emma que hiciera silencio — Aron — Aron le reprochó con la mirada su falta de tacto.

 

La puerta fue tocada nuevamente, Aron había sentido ese olor antes, aparte del olor natural que desprenden su igual que es la canela, Aron sentía el olor de ella en aquella persona, y se le hacía raro que eso sucediera. Aron sin darle más vuelta a todo abrió la puerta encontrándose a un hombre parado fuera de la habitación.

 

—Señor Sanabria un gusto verle de nuevo, me tomé el atrevimiento de venir hasta su habitación ya que lo que le dije más temprano era importante, enserio necesitaba hablar con usted — dijo aquel hombre haciendo que Aron se cuestionase el haber estado despierto más temprano. Cuando esté entro en cuenta de lo había pasado con Claire dejo entrar aquel hombre a la habitación.

 

—Disculpe el desorden, dígame en qué lo puedo ayudar — Aron había entendido por qué le fue tan fácil a Claire salir del hotel, las órdenes de Aron fueron muy claras y directas, no dejarla salir por nada del mundo, pero ella era mucho más inteligente que él, apresar de haber descubierto sus habilidades apenas hace días ella era inteligente.

 

—Antes de comenzar Quiero esperar al señor Eros.

 

—Como sabe que el viene? — pregunto Aron acercándose a él.

 

—Por que acaban de perder algo muy, pero muy importante, pero creo que no se han dado cuenta de ello — Aron sin ningún reparo arremetió contra aquel hombre agarrándolo del cuello y estampando lo contra la pared más cercano.




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