Sola en el Mundo

SIETE: Una oportunidad.

Estábamos tan cerca, un simple empujón y nuestros labios se unirían en uno, me sentía desesperada, necesitaba que me besara de una buena vez. Se acercó aún más y, cuando iba a besarme al fin, alguien nos interrumpió, haciendo que nos separemos de golpe. Ahora estoy más frustrada, ni siquiera un roce... nada. Miro a la persona que nos interrumpió y de inmediato mi cara se torna de color rojo. Rick nos mira desde el umbral de la puerta completamente serio, inspeccionando a Harry de pies a cabeza.

—Señorita Roth —dice Rick luego de lo que me pareció una eternidad—, ya es muy tarde, debería entrar.

—Eh... sí, ya entro —digo con los nervios a flor de piel.

—La esperaré dentro —dice entrando a la casa, dejando la puerta abierta.

Seguro me dará un sermón acerca de ser más cuidadosa.

Me volteo a ver a Harry, quién está totalmente callado, solo me mira apenado. Sus mejillas están ligeramente sonrojadas, nunca lo ví así de nervioso, ¿qué le pasa? <Quizá sea porque lo agarraron a punto de besarte, y Rick es bastante intimidante con la gente nueva>. Es una posibilidad.

—¿É-él es tu padre? —habla al fin dejando notar sus nervios. Al menos no soy la única nerviosa aquí.

—¿Rick? No, él es el mayordomo —digo tratando de calmarlo—. Aunque es lo más parecido a uno que he tenido, él es el padre de Danniel, mi mejor amigo.

—Así que conociste a Danniel por el trabajo de su padre —dice mirando a la casa, yo solo asiento—. No creí que serías el tipo de persona que tiene mayordomo.

—No lo soy, no le doy mayor trabajo al hombre, de hecho yo a veces lo ayudo. Aunque me ha prohibido en reiteradas ocasiones entrar a la cocina, soy pésima en eso.

—¿Ah sí? Creí que las chicas tenían un don innato para cocinar.

—Eso sonó muy sexista, Harry.

Y nuevamente se vuelve a sonrojar.

—Y-yo no... no era mi inte-ención.

—Calma, no pasa nada. Pero sí, se supone que somos buenas en la cocina, por desgracia cuando repartían la habilidad culinaria yo estaba en la fila de antisociales.

—Por suerte yo sí estaba, y me dieron una buena cantidad.

Me río ante su comentario y él hace lo mismo, su risa es muy linda.

—Bueno, creo que ya debería irme —dice rascándose la nuca—. Te veo luego, Cara.

—¿Ah sí? —digo sintiendo una repentina punzada en el pecho.

—Sí, ya es medianoche y...

—¿No quieres quedarte? —suelto de golpe e inmediatamente me doy una cachetada mental. ¿¡Por qué le dije eso!? ¿¡Qué mierda me pasa!? La sorpresa en la cara de Harry no pasa desapercibida, lo que me pone más nerviosa.

—¿Quieres que me quede?

¿Quiero que se quede?

—No... digo sí... digo ¡Argh! —me doy un golpe en la cabeza, pero esta vez real. ¿Por qué debo ser tan estúpida? Inhalo profundamente y luego exhalo, tratando de calmarme, para luego hablar—. Sí quiero que te quedes, pero solo si tú quieres, no estás obligado a nada...

—Okey.

—...puedes negarte si quieres —continuo antes de analizar que me respondió—, o sea... momento. ¿Dijiste que sí? —pregunto completamente sorprendida

—Sí, quiero quedarme.

—¿No te meterás en problemas?

—Nah, mi papá anda en el pueblo vecino con los chicos.

—¿Y qué hay de tu mamá?

—Ella... ella murió cuando tenía cuatro años —dice e inmediatamente quiero golpearme por abrir mi boca. ¿Qué demonios me pasa?

—Oh, lo lamento.

—No te preocupes. ¿Entramos?

Lo detengo del brazo antes de que comience a caminar hacia la puerta, él me mira extrañado.

—De hecho deberías entrar por mi ventana —le digo apenada—. Rick y Danniel son muy sobreprotectores.

—Oh ya veo, pues entonces te veo allá.

—Muy bien.

Entro a la casa y cierro la puerta, escucho su moto alejarse y una sonrisa traviesa se escurre por mis labios, camino hasta la sala de estar y me encuentro con unos furiosos Danniel y Rick. Hasta aquí llegué.

***

Luego del largo sermón de ambos hombres les pedí disculpas y me escapé de ambos, Danniel no dejaba de verme furioso, lo que me hacía pensar que quizá los preocupé, esa no era mi intención, solo me distraje hablando con los amigos de Harry. ¡Harry! Cielos, casi olvido que está esperando que le abra la ventana para que entre. Abro mi ventana y me asomo para tratar de verlo, pero justo en ese momento mi celular suena mostrándome un mensaje de él.

Harry: Dónde está tu ventana? ✓✓

Cara: Encenderé mi linterna para que la veas. ✓✓

Salgo de la aplicación de WhatsApp y enciendo la linterna para que Harry me encuentre, duro así unos minutos hasta que lo ilumino con la luz de la linterna. Le hago señas para que suba y él escala ayudándose con el árbol que está a un lado —mi mamá insistió en que este fuera mi cuarto ya que así el árbol me daría sombra siempre—, me hago a un lado para que pueda pasar y así lo hace. ¿Quién diría que hacer que alguien entre de incógnito a tu cuarto sería tan divertido?

—Vaya, es un árbol bastante grande —comenta.

—Es perfecto para que el sol no pase —digo sonriendo—. Y... ¿qué quieres hacer?

—No lo sé, tú dime. Es tu cuarto después de todo —dice acostándose en mi cama con total confianza.

—¿Quieres ver una peli en Netflix? —pregunto tomando el control remoto de la TV.

—¿Por qué no?

—¿Alguna sugerencia? —digo tomando asiento en mi cama.

—Mmm... ¿qué tal si vemos Sex Education?

—Claro.

Enciendo la TV y me meto en Netflix, comienzo a buscar entre todas la series hasta encontrar la que queríamos ver, le pongo y nos quedamos en silencio viendo a Otis hacer su aparición en el programa. Honestamente no me puedo concentrar en la serie, los recuerdos de nuestro "casi beso" llegan a mí y no me dejan centrarme, ¿y si Rick no hubiese aparecido? ¿Me habría besado o se arrepentiría? ¿Le habría respondido? Muchas preguntas así, pero ninguna con respuestas claras. Ahora la duda me carcome, no sé qué hubiese pasado si me besa. Además no lo conozco bien, nos hemos visto solo 3 veces, ni siquiera sé su color favorito o su comida favorita.




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