Sola en el Mundo

TREINTA Y TRES: La noticia.

Los siguientes días fueron un verdadero infierno en carne propia. Mi madre no me quería dirigir la palabra, y yo no era capaz de hablar con ella tampoco. Sam seguía sin aparecer, no sabía qué sucedía, creí que Josh me echaría una mano con eso. Tyson se fue de nuevo, dijo que surgió algo de su trabajo que no podía esperar, pero prometió que vendría pronto a verme. Igual me escribía todos los días para saber cómo estaba.

 

Danniel no hablaba demasiado conmigo, o bueno, yo no hablaba demasiado con él. Artemis venía de vez en cuando para charlar y tratar de distraerme. Lo único que ambos sabían era que Harry y yo habíamos terminado, y eso porque Harry también se esfumó de las redes. No hay que ser un detective para adivinar qué ha pasado. A pesar de todo Shayfer, Oliver y George han venido a verme también, vienen durante las tardes, y me hacen ver series con ellos o comer cualquier cosa que ellos traen.
 

Su trato hacia mí no ha cambiad, supongo que Harry no les dijo el verdadero motivo por el cual terminamos, de lo contrario ni siquiera me escribirían. Rick se ha esmerado por hacer los mejores postres y comidas deliciosas para subir mis ánimos, pero nada funciona por más de 5 minutos. Siento como si estuviera apagada, como si algo hubiese dejado de funcionar y ahora mi capacidad de sentirme feliz estuviera averiada.
 

De haber sabido que tener una relación sería tan doloroso al final jamás habría aceptado tener una, ni siquiera habría aceptado bailar con Harry esa noche. Dios, quiero que esto acabe, quiero sentirme viva de nuevo.
 

***

 

Es de noche, y estoy con papá en un club restaurante nuevo del pueblo, dijo que era necesario que saliera de esa casa, un nuevo aire. Estaba haciendo mi mejor esfuerzo por poner buena cara y no ser una amargada, pero era algo difícil cuando lo único que quería hacer era irme a tirar en mi cama y cubrirme con una manta para fingir que nada de esto era real.

 

Tyson estaba haciendo un gran esfuerzo, debía reconocerlo, igual mis expectativas sobre salidas con un padre eran básicamente nulas. No es que me hiciera muchos escenarios así, luego de los 8 dejas de hacerlo de tanto que oyes a tu madre decir que ese hombre no era necesario en nuestras vidas. Uno suele creerles a nuestras madres.
 

―Y, ¿qué tal va todo para el concierto? ―pregunté, quería matar el silencio que nos rodeaba.

 

Alza su mirada de su comida, una sonrisa se extiende por sus labios, feliz de que yo haya iniciado la conversación.
 

―Pues, hasta el momento bien, son realmente talentosos y muy profesionales. Creo que Harry está cantando con una pasión que nunca antes he... ―se detiene en cuanto ve mis ojos cristalinos. Aun no puedo oír su nombre sin ponerme un poco mal―. Lo siento, cariño, no me acordé... Ay no.
 

―N-no, está bien ―me limpié las lágrimas con cuidado―. Yo fui quien preguntó.
 

Su mirada era de lástima, pero no me molestó, ya era una mirada que estaba acostumbrada a ver, todos siempre me han visto de la misma manera.

 

―El club es lindo, ¿no? ―comentó, cambiando ágilmente el tema.
 

―Sí, es un lugar agradable.
 

No mentía, el lugar tenía varias mesas dispersas, con una zona abierta en el centro donde todos iba a bailar, al fondo había una tarima donde el DJ se encargaba de poner música acorde al ambiente. Justo ahora sonaba una linda balada, lenta y tranquila. A Sam seguro le aburriría tanto que iría directo a pedir que cambiaran la canción por una más animada.
 

La extraño demasiado.
 

He visto que ha entrado en época de exámenes, le ha ido bien, se ha matado estudiando y le han obsequiado un nuevo cuaderno de dibujo junto a un paquete enorme de arte. Sé todo eso gracias a su Instagram, no me ha eliminado de ahí aún, por suerte. Ahora me siento más una espectadora, como si ya no fuéramos siquiera familia. Todo es bastante raro ahora.

 

―El dueño del lugar es amigo mío, sabe que eres mi hija, así que podrás venir acá cuantas veces quieras, déjalo todo a mi cuenta ―dice, sacándome de mis pensamientos.
 

Sonrío ante su ofrecimiento, aunque realmente dudaba que volviera, no tenía ganas de salir demasiado, hice una excepción solo por esta vez.
 

―Claro, gracias.
 

―Y, ¿por qué exactamente terminaste con tu novio? Los veía muy felices ―tiene la expresión como la de un niño chiquito cuando juega al buscaminas y teme presionar la tecla equivocada.
 

No hay nada de malo en decirle, ¿no?

 

―Pues, hace un mes que teníamos ciertos problemas porque él sentía que no le decía algo ―comencé, jugueteando con el pan que tomé del cesto―. Me pedía que le dijera qué sucedía, pero yo no quería contarle de mi enfermedad, sabía que eso cambiaría todo. Así que le pedí un mes antes de decirle todo ―tomé una pequeña pausa, era difícil hablar de esto sin llorar, y no quería hacer una escena aquí―. Con el paso del tiempo me di cuenta que, no íbamos a estar juntos, él iba a empezar a tener conciertos y eventos durante el día, viajaría y querría que estuviera con él.
 

―¿Y qué tiene eso de malo? ―inquirió Tyson, mirándome con curiosidad.
 

―Pues, que no le puedo acompañar, sería un ancla para él, y no quiero serlo. No quiero retenerlo como con mamá o Rick, incluso siento que retengo a Danniel en este absurdo y pequeño pueblo, todo por no dejarme sola. No quiero que él también se ate aquí por mi causa.
 

Tyson me mira anonadado, sus ojos viéndome como si no pudiera creer lo que escuchaba.
 

—Me estás diciendo, que terminaste con tu novio, el chico que se veía a leguas que amabas —repetía de forma lenta, como si lo necesitara para entender lo que he dicho—, ¿solo porque crees que eres una "carga"?
 




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