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Mi mejor oportunidad eres tu

Abro mis ojos de par en par y estiro mi brazo para tomar un almohadón del sofá para taparme— ¿Qué hace él aquí? —grito con histeria.

—Eso a ti no te importa —responde de forma brusca sin dejar de mirarme como si fuera una basura— ve a vestirte, ahora —ordena.

En otro momento le habría dicho algo como "¿Y si no quiero?" Pero al estar James a su lado solo me dan ganas de correr a esconderme. Tantas burlas podrá hacerme gracias a esto.

Sin soltar el almohadón me pongo de pie y tomo otro para ponerlo en mi parte trasera. Con cuidado de no dejar caer ninguno de los dos camino con la mirada puesta en el almohadón del frente y rodeo el sofá por la parte contraria a donde se encuentran la bruja y el idiota, una vez que termino de rodearlo corro hacia las escaleras sin poder mirar en dirección a James, esta podría ser la situación más vergonzosa que eh tenido que pasar delante de el además del... bueno eso, además ¡Ni siquiera paso un día desde el reto! Comienzo a subir las escaleras con prisa y sin querer se me cae un almohadón, y al intentar volver a tomar el caído se me cae el otro. Vaya que suertuda ando últimamente. Sin mirar atrás pero sintiendo ambas miradas sobre mí subo corriendo lo más rápido que puedo y se que mi cara esta más roja que una manzana.

Llego hasta mi habitación, abro la puerta y al entrar la cierro con fuerza despertando a mi hermana de inmediato, ella se sobresalta y cae de la cama, vaya al parecer es de familia la mala suerte.

—¿Qué pasa? —pregunta desorientada sobándose el brazo con los ojos semi abiertos y su nariz fruncida levemente.

—Lo que pasa es que la bruja dejo entrar a James a la casa y yo estaba en ropa interior ¡Estoy segura de que fue apropósito! Esa...

—Espera qué, ¿Tu novio esta aquí? —cuestiona más despierta esta vez sonriendo levemente, alza sus cejas y se lo que va a hacer a continuación. No, claro que no voy a permitirlo. Se pone de pie con lentitud y comienza a caminar hacia la puerta con determinación— Es de mala educación no saludar ¿Verdad? —dice con una sonrisa traviesa en su rostro.

—No Sofía, no —le advierto con seriedad, más mi tono suena nervioso.

—Si Jane, si —y por ultimo me empuja a un lado tomándome por sorpresa y sale de la habitación corriendo.

—Mierda —mascullo entre dientes corriendo a mi armario, tomo unos pantalones cortos de pijama y una camiseta grande que le robe a mi padre hace poco, mis pies están descalzos al parecer en la noche me quite las medias, aunque es mejor estar descalza que con medias ya que podría resbalarme y aumentar mi vergonzosa situación.

Corro fuera del cuarto sin más espera y me dirijo hacia las escaleras bajándolas con rapidez mientras veo a mi hermana terminando de bajarlas y mirando hacia un lugar con una sonrisa plasmada en su rostro, y no cualquier sonrisa sino esa sonrisa que te dice "no escaparás de mis preguntas y mi acoso". Al parecer Sofía no nota mi presencia por lo que antes de que de un paso más me lanzo encima de ella haciéndola caer al suelo y causando un gran ruido, la escucho maldecir y río por lo bajo.

Un carraspeo hace que ambas subamos nuestras miradas hacia arriba, Lilian se encuentra con los brazos cruzados y una mirada iracunda. Realmente me pregunto si alguna vez sonríe.

—Lil... —una mujer llega desde el salón principal pero se detiene al vernos tiradas en el suelo, la confusión en los ojos de la señora es muy notable.

—Oh Dinna, lamento hacerte esperar pero en un segundo voy —responde mi madrastra suavemente, nunca la había escuchado hablar tan educadamente ni siquiera con mi padre se comporta así.

—¿Está todo bien? —cuestiona mientras su mirada viaja desde nosotras a Lilian sucesivamente.

—Si, tan solo déjame aclarar unas cosas con mis niñas —dice la ultima frase con algo de dificultad y una sonrisa falsa asomándose.

La tal Dinna asiente con la cabeza antes de caminar de regreso al salón.

—¿Qué creen que están haciendo? —pregunta en un susurro totalmente enfadada.

—Veras, a ti no te importa lo que estamos haciendo, y no pretendas hacerte la buena con tus "amiguitas" porque no te sale —respondo con altanería comenzando a ponerme de pie.

—Que insolente, no se por qué me sorprende tu falta de educación habiendo tenido la madre que te toco —estoy acostumbrada a sus comentarios ofensivos hacia mi madre, pero Sofía (que se puso de pie junto a mi) no.

—¿Usted habla de insolencia cuando habla así de una mujer que no se encuentra presente? Déjeme decirle que usted nunca va a ser igual a mi madre, ella era tan buena, tan compresiva y usted es una arpía que tan solo quiere el mal de todos.

—Si tan buena era o es, quien sabe que le habrá pasado hasta ahora, no las hubiera abandonado como perros —su tono tan cortante y frio hizo efecto en mi hermana, que aún tiene la esperanza de que mamá vuelva. Se, que aunque intente parecer fuerte frente a Lilian esta luchando por no llorar, la observo tragar con fuerza y lo siguiente que veo es a mi hermana corriendo escaleras arriba.

—Tu perra insensible, ¿Quieres dártelas de malvada? Hazlo conmigo, con mi padre o con cualquiera pero con mi hermana no te metas porque no me conoces y no sabes lo que soy capaz de hacer para defenderla.

—¿Piensas que me intimidas? —pregunta con sorna.

—No quiero intimidarte me da igual como tomes mis palabras, pero desde ya te digo que no miento, Sofía es mi única hermana y la única que no cayo bajo de mi familia así que voy a protegerla aunque termine ganándome el odio de mi padre por tu causa —no espero a que responda y me doy vuelta volviendo a subir los escalones, cuando me encuentro por la mitad de las escaleras la escucho maldecir en voz baja pero realmente me da igual que se enfade o que haga cualquier idiotez.