Secreto
(JAMES)
La sonrisa que casó Jane al ser tan... ella, desaparece cuando cierro la puerta del baño al recordar que aunque no fui a dormir a casa anoche en algún momento debo volver, y ese momento es ahora. No puedo venir a incordiar a la casa de Jane por el simple hecho de ser caprichoso y no querer volver a mi hogar, mamá debe estar preocupadísima y Audrey ni pensarlo, aunque la última debe intuír mi paradero. Papá debe estar gozando su bienvenida en un hogar que desde hace años dejó de pertenecerle sin que nadie más que yo se de cuenta.
Al terminar mi aseo personal matutino salgo del cuarto de baño dispuesto a despedirme y salir por la ventana.
—Jane —hablo al tiempo que camino dentro de la habitación, ella se sobresalta y voltea a mirarme con sus ojos bien abiertos, sonrío por su expresión y casi olvido lo que tengo que decir, casi. Muevo mi cabeza para despejar mis cursis pensamientos de como sus ojos parecen brillar con luz propia y decido hablar—, debo irme a tu padre no le hará gracia que un chico haya pasado la noche aquí supongo y da la casualidad... —rasco mi nuca esperando que no se enoje por lo que voy a decir a continuación— de que no le dije a mi madre que no volvería a casa.
—¡James! —chilla ella, aunque no esta tan horrorizada—, si saben que estuviste aquí me acusarán de secuestro o algo por el estilo, si tu madre y la madre de tu amiguito Jake o como se llame son amigas seguro que me tienen como una inadaptada que necesita reformarse.
Su nariz fruncida ligeramente provoca que sonría, ella la frunce aún más al ver mi expresión y esta a punto de golpearme pero tomo su muñeca antes de que su puño se estrelle en alguna parte de mi cuerpo, eso la enfada aún más e intenta liberarse más no la dejo ir y, en cambio, la acerco a mi cuerpo y rodeo su cintura con mi brazo libre. Noto que se relaja y decido soltar su brazo, llevo mi mano instintivamente a su mejilla y acaricio su suave piel.
—Mi madre no es amiga de la madre de Jackson, tranquila —murmuro mur cerca de su rostro y la siento estremecerse. Sonrío ampliamente sabiendo el efecto que tengo sobre ella.
Nunca imaginé que Jane podría reaccionar de aquella forma por algo que yo le dijera, ni en mis sueños mas locos era posible pero aca esta entre mis brazos sin golpearme y sintiendose atraida hacia mi.
—Debes irte —susurra ella sin apartarse.
—Lo se, pero primero me voy a despedir —murmuro con picardía mientras cierro el espacio que nos separa.
Sus labios se sienten suaves, el sabor de la menta junto con el elixir Jane mezclandose es único y adictivo, repaso su labio inferior con mi lengua pidiendo permiso para adentrarme a su boca a explorar, en el momento que entreabre sus labios me siento desfallecer y el calor se extiende por todo mi cuerpo, la aprieto contra mí sintiendo sus pechos contra el mío, la cercanía provoca que mi parte baja se apriete dentro de mis boxers y tenga que retener un jadeo, nuestras lenguas se encuentran y la guerra comienza. Mi mano va deslizandose por su cintura hasta terminar sobre su trasero, ella no opone resistencia y a mi el tacto con su, para nada pequeña, retaguardia no me disgusta en lo mas mínimo, sus labios son feroces y los míos luchan por seguir su rítmo acelerado. Si bien he besado a muchas chicas antes Jane es la más pasional, es todo fuego y desesperación pero cuando quiere llega a ser dulce y tranquila.
Ella lleva el rítmo y yo no voy a quejarme.
...
(JANE)
Suspiro mirando al techo, mis labios aún se sienten calientes e hinchados y yo no dejo de pensar en la estupidamente adorable cara de James, se fue hace no más de media hora y estoy ansiando que regrese, se que no lo hará pero se vale soñar.
La puerta sueña de repente y me incorporo alerta, como si alguien pudiera descubrir lo que pasó aquí hace unos minutos. Reacciono de inmediato relajandome al saber que eso es imposible, papá debe estar trabajando y quien esta tocando la puerta probablemente es Mar.
—Adelante —exclamo.
Me sorprendo no muy gratamente al notar que quien se encuentra en el umbral de mi puerta es nada más y nada menos que Lilian. Si llegó a ver a James en algún lugar se que va a torturarme con ello un buen rato.
—Hola Janett —dice ella con seriedad, su voz fría no esta tan presente y eso hace que me ponga en alerta, ella no es agradable con nadie, sin excepción.
—Lilian —digo con un asentimiento, me siento bien en la cama e instintivamente paso una mano por mi cabello para intentar contener a mi melena descontrolada.
—Yo... —hace una pausa realmente irritante y abre la boca varias veces sin sacar ni una palabra de ella, carraspeo con la garganta y ella reacciona. Algo le sucede—, tengo que hablar contigo Janett —mira hacia sus costados como si lo que estuviera a punto de decir fuera un secreto.
—Pues habla, ¿Qué esperas? —mascullo impaciente, el dramatismo no es caracteristico en Lilian y que ahora lo este protagonizando es desconcertante.
—Hay algo muy importante que tienes que saber...
—¡Jane! —la voz de mi padre resuena en todo el corredor y a mi habitación llega como un murmullo más yo puedo escucharlo y al parecer Lilian también, que se recompone y voltea hacia la dirección en que llegó la voz.
—Hablamos luego —murmura mi madrastra al tiempo que sale disparada hacia el lado contrario a las escaleras.
Minutos después llega mi padre con el semblante serio, me da una mirada rápida y sin decir nada cierra la puerta de mi habitación quedandose afuera. La confusión que siento es inmensa, ¿Qué acaba de pasar?
...
(JAMES)
Miro el jardin de mi casa y la entrada pulcramente ordenada y limpia, todo parece tan tranquilo que me molesta en cierto modo, todos estan tranquilos menos yo. Odio mentir u omitirle cosas a mi familia y ese hombre que pretende ser un hombre honorable y confiable me obliga a hacerlo sabiendo que prefiero la felicidad de mi hermana y madre que su desdicha.