Creemos que muchas cosas en nuestra vida ya están predestinadas, algunas personas creen que son casualidad y la gran mayoría cree que es suerte, en lo que a mí respecta creo que si mi vida estaba predestinada a ser así debía simplemente vivirla, que si las cosas que me pasaban eran casualidad debía aceptarlas, pero en cuanto a la suerte, creo que no tenía mucha de ella.
Mi nombre es Samantha, legalmente Samantha Parker, realmente Samentha sin apellido, ¿dónde nací?, no tengo ni idea, ¿quiénes son mis padres? es un misterio, pero donde me crie eso si lo puedo contar, crecí en un orfanato, lo poco que se es que mi mama era muy joven, así que me entrego al orfanato, para que me dieran en adopción y así tuviera mejor estilo de vida del que ella podría darme. Creo que no lo pensó muy bien, nuestro orfanato queda en uno de los pueblos más pobres de nuestra ciudad, las posibilidades de que una familia llegue milagrosamente y te adopte son escasas, solo algunos pocos lo han logrado, y con la poca suerte con la que yo había nacido, era menos probable para mí, ademas mientras vas creciendo esas posibilidades disminuyen, ya que las personas normalmente quieren a bebes. Así que yo era una de las residentes más antiguas del orfanato, estaba a semanas de cumplir la mayoría de edad, lo cual me tenía muy nerviosa, normalmente cuando cumples la mayoría de edad, tienes solo unos dos o máximo tres meses para dejar el orfanato e independizarte y yo pues no tenía a donde ir.
La única persona con la que contaba era con una de las voluntarias, ella era también una de las más antiguas en este lugar así que me vio crecer y cumplió como pudo con el papel de madre, para mí y los demás niños, siempre me decía que me tenía un cariño especial, ya que ella fue la que me recibió cuando mi mama me trajo, era la única persona que la había visto y hablado con ella, y siempre me recordaba lo mucho que me parecía a ella. Me había ofrecido vivir en su casa por un tiempo cuando saliera del orfanato, realmente ella no tenía muchos recursos y su casa era un pequeño apartamento de soltera, asi que no había mucho espacio, pero ella siempre decía que allí nos acomodaríamos y que donde come uno comen dos y hasta cien, la Sra Madelaen era extranjera, realmente era británica, y durante su juventud había estudiado idiomas, así que hablaba muy bien el español y otros idiomas, nunca tuvo hijos y aunque estuvo casada, al fallecer su esposo siendo ella aún muy joven, decidió vender algunas de sus posiciones y dedicarse a ayudar a otros, así fue que se mudó a este país, escondida en este pueblo, siempre recordaba a sus familiares y mantenía contacto con ellos, pero decía que solo regresaría para ser enterrada al lado de su esposo en su lecho de muerte.
Desde pequeña me había interesado por aprender todo lo que pudiera con ella, así que pasábamos horas después de la escuela practicando idiomas, ella decía que seguro también estudiaría idiomas en la universidad, cosa que de niña me ilusionaba, pero a estas alturas ya había entendido que mi futuro será trabajar para poder mantenerme después de dejar este lugar, por eso desde que entre a la secundaria comencé a tomar empleos de medio tiempo, limpiaba en casas, paseaba perros, cuidaba bebes, y actualmente trabajaba en el pequeño cine de la ciudad, ganaba bien y tenía trasporte, pero ya casi no soportaba las palomitas.
Desde que estaba en la caja, aprovechaba los momentos en que el cine estaba más calmado, para entrar en mis redes sociales, allí fue donde vi aquella promoción, un viaje de 12 noches por escocia con todos los gastos pagos y casi por impulso envié mi solicitud, sin esperar ganar.
Ese dia cuando el trasporte me dejo fuera del orfanato, tuve que evitar el impulso de ir a casa de la Sra Madelaen a contarle lo que había pasado, pero era ya muy tarde así que debía esperar a contarle antes de ir a mi empleo de la mañana para decirle, esa noche casi no pude dormir, pensando en las cosas que debía organizar, esta sería mi aventura antes de sumirme en la vida que me esperaba en esta ciudad.
…
-No señorita, ni lo pienses- fue la respuesta de la Sra Madelaen, cuando le conté del viaje- debiste consultarme antes de enviar ese formulario, viajar sola a otro país, si claro como no- balbuceaba mientras seguí lavando ropa de bebes a mano y yo intentaba ayudarla.
-Solo serán unos días. Imagina que es mi regalo de graduación atrasado- realmente ya hacía dos meses que me había graduado, junte mis manos cerca de mi cara en forma de súplica, haciendo pucheros- Y no hay que pagar nada, bueno a excepción de mi boleto hasta el aeropuerto en la capital, lo pagare de mis ahorros.