Solo déjame amar

Capítulo 4

Jacob lloraba en silencio mientas era conducido hacia el bosque, sabía que sus padres habían escuchado todo, pero a ellos no les importaba lo que pasara con su vida, nunca les importó. De pronto un llanto tan desgarrador se escuchó por todo el lugar. Amanda no podía creer lo que veía, su bebé, su hijo mayor estaba siendo tratado como un criminal y es que ella siempre supo los gustos de su hijo, pero eso no le importó; era su niño y lo amaría por sobre todas las cosas.

Leonardo se sintió un ser despreciable cuando vió como la mujer que amaba, lloraba sin consuelo; pero no podía dar su brazo a torcer, su familia siempre fue el ejemplo del pueblo y así tenía que ser. Amanda se levantó y a paso rápido se dirigió a donde se encontraba su marido, llegó a su lado y lo siguiente que dijo le destrozó el alma, al hombre inquebrantable – Si por tu culpa pierdo a mi hijo, Leonardo, ten por seguro que, para mí, estarás muerto en este instante - no pudiendo soportarlo más, se fue desconsolada de ahí. Y todo quedó en un silencio tan abrumador cuando los jóvenes entraron por fin al bosque.

Diego no podía creer que su propio padre le hubiera dado la espalda, el camino por el que iban poco a poco los alejaba de su hogar, de sus seres queridos. Visualizaron el bosque a pocos metros de ellos y sintieron una desesperación inigualable. Jacob trataba de resistirse al igual que su novio. No querían un final así, nadie merecía ser despreciado por ser diferente, lágrimas de desesperación bajaban por sus rostros. El pánico en ellos era palpable. Había unas rejas que servían de división entre el bosque y el pueblo, las puertas de dicho muro fueron abiertas para darle paso a los chicos que lloraban desconsolados. De forma brusca fueron lanzados dentro del bosque donde comenzaban a cumplir su condena.

Poco a poco las personas se fueron del lugar y cuando por fin quedo solo el alcalde, se percató que, solo una persona estaba todavía parada observando el lugar por donde se habían llevado a los chicos. Se acercó no muy seguro a la joven y cuando quiso tocarle el hombro, la muchacha se volteó y le dio la cara a su progenitor. Gruesas lagrimas rodaban por las mejías de su princesita y se cuestionó su proceder, comenzó a poner en duda todo lo que él, alguna vez creyó correcto.

- Jamás voy a perdonarte esto, Leonardo- Nicole estaba devastada, había perdido a las personas que más amaba. - Hija por favor, tienes que entenderme - trató de explicar el alcalde, pero se calló, cuando en la mirada de su hija solo encontró desprecio hacia su persona. - Ya no me llame hija, que usted ha dejado de ser mi padre, señor alcalde - con esas últimas palabras se fue de ese lugar, dejando a un hombre deshecho y sin saber a quién hacerle caso; si a su corazón que lloraba la pérdida de su hijo, o a sus absurdos principios que le decían que había hecho lo correcto. Se sintió perdido y por primera vez en su vida no tenía la solución a tan difícil dilema.

Dos días habían pasado de tan desastroso suceso y todas las personas del pueblo habían seguido con su vida, pero no se percataron que, en la casa de su alcalde, se llevaba una lucha interna muy fuerte. Amanda había entrado en depresión, junto con su hija Nicole; se negaban a probar bocado alguno, y eso a Leonardo estaba matándolo. Cada hora que pasaba, eran una tortura para él. Estaba tentado a llamar al comandante del escuadrón para que fueran en busca de ambos muchachos, pero tenía miedo de que fuera demasiado tarde. En esos dos días se preguntó muchas cosas, se cuestionó muchas de ellas y había llegado a la conclusión de que no le importaba las preferencias que su hijo tuviera, amaba a su niño y eso no cambiaría, lo amó desde el momento en que se enteró con su esposa que serían padres por primera vez; la dicha que sintió al recordar tan grato momento, lo hizo levantarse y dirigirse a paso veloz a su teléfono. No perdería a su hijo, lo iba a recuperar costara lo que costara.

- Comandante, aliste a las tropas del escuadrón, y vayan al bosque, encuentren a mi hijo y a Jacob con vida, tráiganlos de regreso, y que los médicos se preparen para atenderlos; estoy seguro que necesitarán ir al hospital - dijo con las ansias recorriendo su cuerpo. - Como usted ordene, alcalde - no hubo más respuesta después de eso.

Las horas pasaban y nada se sabía de los jóvenes. Leonardo se estaba comenzando a desesperar, quería con todas sus fuerzas que su hijo volviera. Un golpe en la puerta de su despacho lo sacó de sus pensamientos, y después fue abierta. El comandante ingresó a la estancia y por su cara se notaba que no traía buenas noticias, - ¿Encontró a los chicos?, ¿dónde están? - exigió con un nudo en la garganta. Perdóneme alcalde, pero no pudimos encontrarlos, el bosque es muy grande y nos tomará días, incluso semanas hallarlos - dijo el hombre un poco afligido por la reacción de su superior. - No me interesa, quiero a esos jóvenes aquí, hagan lo que tengan que hacer, pero no vuelva a mi despacho si no es para darme la buena noticia - demandó Leonardo.

 Sin esperarlo uno de los soldados entró corriendo al despacho, se veía agitado y con una sonrisa en su rostro. - Señor alcalde, los hemos encontrado; estaban escondidos su estado salud es deplorable, tienen heridas en sus cuerpos y creemos que fueron atacados por los animales del bosque - explicó el chico.

Una inmensa felicidad se instaló en el pecho del alcalde, pero se preocupó al oír eso último - Y ¿por qué no los llevan con los médicos? demandó con mucho enojo. - Ya están siendo atendidos, señor alcalde - respondió el joven. Sin más, los tres hombres se encaminaron al hospital. Las lágrimas se hicieron presentes en el alcalde, ya que lo único que quería era abrazar a su hijo y pedirle perdón.

Un día después, un adolorido Diego se despertaba en un cuarto de hospital, confundido, miró a su alrededor y se percató que su madre estaba dormida en uno de los sillones de la habitación, - No hagas ruido o vas a despertarla - al escuchar la gruesa voz de su padre, se asustó y volteó a verlo muy sorprendido, - ¿Qué estoy haciendo aquí?



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En el texto hay: cuento, gay, amor adolescente problemas complicados

Editado: 11.07.2020

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