Sólo Déjame Amarte

Capítulo 32. La cita

Venecia

Mel y yo estábamos en la habitación

— Te tenés que ver increíble, Nessie, ya sé con qué lo deslumbrarás — afirmó con emoción entrando al armario que compartíamos las dos. De este sacó el vestido que me dejó mi madre hace mucho, era de ella, era un vestido al estilo griego, que quedaba completamente pegado al cuerpo — Ponte esto, ya veremos cómo te queda — me pasa el vestido junto con ropa interior de encaje blanca, le ruedo los ojos y ella empuja al baño.
Al bañarme me depilo, me hago masajes en la cabeza y me relajo, después de un largo baño me seco el cuerpo, me pongo la ropa interior y el vestido, cuando me veo al espejo, me siento linda, muy linda y algo sexy, me incomoda estar así, soy más del estilo hippie o rock, pero es extraño verme así, muy en el fondo me gusta. Suspiro y me despejo de los pensamientos que tengo con esos ojos, con esos malditos ojos.

Salgo del baño y Mel está viendo su maquillaje, y de hecho tiene muchas cosas regadas en la cama

— Ey, ya salí — Mel me voltea a matar y hace un silbido, ruedo los ojos divertida

— Mierda, Nessie, estas buenísima, mujer, si fuera hombre te violaría acá mismo y te lo digo en serio — me recorre con el cuerpo, me da risa la actitud tan poco sutil en ella. Me tiende la mano y me sienta.

Duramos un rato, bueno Mel duro un rato largo arreglándome, yo ya me estaba desesperando

— Soy la puta ama del universo, si antes te veías violable, mierda, Nessie ahora me estoy corriendo de solo verte — estaba divertida, pero había veces en que en verdad odiaba que fuera así. Le pegué en el brazo

— Sos tan asquerosa en alguna ocasiones, Melanie, ¿de verdad estoy bien? — pregunto, ella asiente y abre el armario para que yo me vea en el espejo de cuerpo completo, en serio Mel había hecho un gran trabajo, me sonreí y me guiñe el ojo, Mel se rió

— Listo Nessie, las plataformas ahora — me las pasó y me las puse, eran cómodas así que no supuse que fueran un problema ya que no se caminar en tacos altos.

Mel y yo nos dirigimos al edificio principal donde nos quedamos de encontrar con Dante, quedaba un poco más pequeña que Mel, pero la diferencia ya no era tan grande.

Llegamos al lugar y vimos que Theo, Sergey y Vico estaban alrededor de Dante, era lindo y gracioso verlos así, parecían tres hermanos mayores cuidándome, sonreí antes eso, ellos tres eran perfectos. Cuando Dante me vio, pasó de tener la cara de forma asustada por un comentario de Theo a una de ¿admiración?

— Te ves muy bien, Nessie — afirmó Dante que los pasó de largo y los tres con Vico, Theo y Sergey me miraron al tiempo. Sergey me recorrió con la mirada y se mordió un poco el labio inferior, no quería ver la reacción de nadie más, solo la de él, para mi desgracia, soñaba con su aprobación

— Olvídate de que te ves linda, Nessie — comentó el ruso con seriedad, yo sonreí y me sonrojé, quería decirle lo mismo, pero no quedaría bien siendo que saldré con Dante — Estas increíble, pequeña, demasiado hermosa — me miraba como si no hubiera nadie más en el lugar, y de hecho, para mí tampoco había nadie más que él

— Gracias, Sergey — agradecí y Dante agarró mi mano.

Con Dante salimos de la academia, se veía bastante guapo si soy sincera, pero todo lo hacía lo comparaba con Sergey. La forma en que caminaba, la forma en que sonreía, sus ojos, todo lo comparaba con Sergey

— Son bastante sobreprotectores tus amigos, y un poco maniacos, ¿Serían capaces en serio de venderme al mercado negro? — suelto la carcajada ante la ocurrencia de Victorio, porque estoy segura que fue este quien le dijo eso

— Si la verdad que sí lo son, son mi familia y supongo que la familia siempre te protege, puede que se sean protectores, en exceso, pero los amo tal cual son y con respecto a Vico, Ammmm depende la situación en la que lo pongas — Dante hizo una mueca de susto bastante graciosa — Es mentira, Dante, Vico es el ser humano más noble que conozco — sabía que cuando hablaba de cualquiera de esas personas, mi pecho se inflaba por el amor y orgullo que sentía. Él me sonrió

— Te ves muy linda, Venecia — comentó saliendo de tema, le sonreí, pero no me sonroje ni nada por el estilo

— También te ves bien, Dante. — le estoy siendo sincera, se ve muy bien, probablemente si no estuviera pensando en Sergey, estría boquiabierta por Dante — ¿A dónde vamos?  

— Ya verás, es un sitio bastante rústico, pero muy lindo y acogedor.

Dante puso un poco de música y había un silencio algo incómodo, solo se me ocurrió mirar por la ventana, por lo menos el cielo estaba hermoso.

— Ya casi llegamos, ¿lista? — lancé mi vista hacia él y asentí. Después de un rato más, Dante se estacionó en un lugar bastante cerrado y alejado de la ciudad, no conocía por acá




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.