Sólo Déjame Amarte

Capítulo 43. ¿Qué?

Isaac

Al despedirme de Venecia y Theodore, planeo volver a la oficina y arreglar las cuentas que tengo pendientes, hacer los planes futuros para la academia y plantear a quien dejaré como el director de la academia, pero me detiene algo que veo: es Valencia entrando a las antiguas habitaciones, en los antiguos edificios. Se me hizo muy extraño, ya que nadie ha entrado ahí desde que murieron los papas de Venecia y desde que se incendiaron de manera extraña, pero decidí dejar eso ahí como recuerdo a ellos.

Me voy lentamente para que ella no se dé cuenta de que la estoy siguiendo. El lugar está todo oscuro y falto de iluminación, saco el celular e ilumino, alcanzo a ver a Valencia irse por las escaleras, la sigo a distancia prudente, ¿qué estará ocultando? ¿Hace cuánto estará viniendo acá? ¿Por qué? Me voy maquinando preguntas mientras la sigo, el edificio es más pequeño que los demás y solo tiene 5 pisos, el 5to piso correspondía a las habitaciones de Venecia, Thiago, Pablo y Alana, y va directo a la que era de Pablo y Alana, se saca una llave del pantalón y abre la puerta, la veo entrar y la vuelvo a seguir. Alcanzo a detener la puerta para poder entrar sin complicaciones, no veo a Valencia hasta que hace ruido, había una puerta en el lugar, jamás había entrado ahí, me lo pienso dos veces y entro

— ¿Qué hacés acá? — Valencia se sobresalta asustada y luego me mira nerviosa

— ¿Qué haces tú aquí?

— Te seguí, ya te contesté, ahora decime vos qué hacés acá — podía estar saliendo con ella y ser mi jefe, pero seguía siendo el director de la academia, con mis reglas y yo las hacía cumplir

— Cosas, te puedes retirar que esto es algo muy personal — dijo con nerviosismo e irritación, la miré serio por unos segundos

— Te vuelvo a preguntar, ¿qué hacés acá?

Ella me miró detenidamente y suspiró derrotada

— Busco información

— ¿Acerca? — Pregunté ya frustrado de las pocas palabras — ¡Valencia, podés confiar en mí, carajo! Decime que pasó, ¿qué ocultás? — ella volvió a suspirar y miraba a todos lados

— Te diré algo que sé, pero no lo sé en toda la totalidad — asiento esperando — un año antes de nacer Venecia, cuando tú no estabas cerca de todo esto, después de tu primera huida, antes de nacer Thiago, para ser más clara

— Sí, ya entendí, cuando era un fantasma, aja, seguí — me miró irritada y le pedí que continuará

— Bueno hace 24 o 25 años, Pablo y Alana ya sabían que iban a morir, ellos estaban ocultado una información, la cual suponemos que es un secreto al cual intentaba llegar la mafia

>> Para que no se diera a conocer, ellos estaban intentando buscar el modo y a quien entregarlo para que estuviera seguro, pero no confiaban en nadie, hasta que llegó Venecia y ellos cambiaron, querían a esa niña y estaban dedicados a ella, y dejaron esa información oculta. Intenté llegar antes de que murieran, pero no hubo caso, murieron y la información con ellos, hasta entonces y por eso fue que volví, un cómplice de ellos me dijo que la información fue oculta en algún lugar de la academia, pero no sé en donde, así que, qué mejor lugar que este para empezar — terminó de hablar y luego suspiró, me quedé mirándola por un rato

— ¿Por qué no me lo dijiste antes? — levanté la ceja en señal de enojo

— No sabía si confiar o no

— ¿Y por qué me lo decís ahora?

— Porque confío, ¿me ayudarás a buscar?

— Está bien — me encogí de hombros y me quité del marco de la puerta. Empecé a buscar junto a Valencia, había cajas, ropa y de todas las cosas que se podrán imaginar de dos personas que pasaron su vida en este lugar

— ¿Y si buscas en las cajas y yo en la ropa? — me preguntó

— Está bien — me sentía un poco monosilábico, pero estaba un poco enojado aún. Me dirigí hacia el lugar más recóndito del cuarto, ya que era bastante grande, había unas 10 cajas apiladas encima de otras, suspiré porque iba a ser una larga tarde.

Iba por la quinta caja y lo único que había visto eran fotos de Venecia, de Pablo, Alana, Thiago, la academia, de cuando eran jóvenes, una imagen de nosotros tres junto a la chica que fue el amor de mi vida en el instituto, aunque nunca vi una foto de Alana embarazada de Venecia, se me hizo muy extraño, cuando iba por la mitad de las cosas de la caja, me di cuenta que había una carta con mi nombre en ella, era de unos días antes de la muerte se Pablo y Alana

— ¿Encontraste algo? — preguntó Valencia a mi lado

— No

— ¿Qué es eso? — señaló el sobre y yo la miré




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