Sólo Déjame Amarte

Capítulo 46. Conociendo Shanghái.

Venecia

— Ni en broma, no iré conduciendo un auto así — demandó Theo cruzándose de brazos, él que atendía nos miraba confundido sin entender lo que hablábamos

— Vos me dijiste que eligiera, bueno ese, me encantó — demandé cual niña pequeña

— Pero es de mina — hacía un rabieta y no le importaba — ¿No lo tenes en rosa? — le preguntó en español al señor, quien seguía sin entender

— No hagas escándalo — le reñí

— Pará, elijamos entre los dos y lleguemos a un acuerdo, ¿estamos?

— Está bien — comenté entre dientes. Le miré con el entrecejo fruncido.

Después de al fin decidir cuál auto llevar, ya que Theo no quería el que yo quería y yo no quería el que él quería, nos fuimos por uno que ambos nos gustó, lo que sí sé es que Isaac se enojará por la suma de dinero que nos costará el carro, aunque bueno el que atendía nos hizo un buen descuento que nos terminó de convencer

— Menos mal le gustaste al chino

— No le gusté

— Y yo no soy alemán

— No le gusté y puntito rojo, casita de Dios

— No puedo creer que acabas de decir eso — comentó con vergüenza ajena, me reí junto a él

— Le enviaré un mensaje a Sergey, avisarle que ya llegamos y preguntarle cómo está — Theo me asintió

— Va

Yo:" ¡YA LLEGAMOS! Casi nos toca quedarnos en Tokio un día, pero Theo con su encanto masculino nos ayudó, fue gracioso, en fin, ¿cómo estás? Nosotros estamos yendo al hotel, ya te extraño... Te quiero, mi amor"

Duró un buen rato en contestar, no le hice caso ya que seguramente andaba durmiendo o tenía alguna actividad pendiente.

Es la una de la tarde pero aun así, estoy muerta de sueño

— ¿Comemos primero? O ¿vemos primero lo que tenemos que hacer acá? O ¿dormimos? — preguntó Theo manejando, bostecé mientras observaba el GPS

— Ño ee — mandé indicaciones casi inentendibles

— Primero, no hables cuando bosteces — estaba indignado porque odiaba los malos modales cuando provenían de otras personas y no de él — segundo, deberíamos descansar un rato, luego dar una vuelta y ahí si mirar eso, creo que mañana tenía el intercambio virtual con Isaac. Va, si querés dormir, dormí, mientras llegamos al hotel — lo último lo dijo con cariño al ver mi bostezadera

— No, no te preocupes duermo cuando lleguemos, no es justo con vos — le sonreí y puse algo de música, había música en chino, unas pocas emisoras en inglés y ninguna en español

— ¿Entendés todo lo que dicen no? — bromeó Theo

— Lo entiendo como si fuese mi lengua materna, aunque no cantan mal — abrí la ventana, dejando que el viento chocara con mi cara

— Me pasa igual — me reí

— ¿A cuánto estamos del hotel? — pregunté, viendo que había gente por todo lado y un tráfico tremendo

— Hipotéticamente a 20 minutos, pero viendo esto, estamos a 1 hora aproximadamente — me contestó cuando vio el GPS que me había rapado.

Después de conducir por un buen rato y yo de casi dormirme en el auto, llegamos finalmente al lugar. El hotel era un hotel bastante bonito y muy oriental, la infraestructura era con dragones, muy tradicional de esta cultura. Sonreí ante eso, me encantaba ese tipo de lugares, bueno no había estado nunca en China pero si en Japón una vez y amaba esas construcciones, Theo estaba a mi lado y miraba un folleto que le pasaron al entrar al hotel

— Disculpen, ¿son Theodore Rosenbauer y Venecia de Agostini? —preguntó un chico en español, pero era un acento extraño y definitivamente extranjero, volteé a mirarlo, tenía ojos azules bonitos y él en general era bastante guapo, era un poco más pequeño que Theo, lo mire de arriba hacia abajo sin que se diera cuenta y estaba bien dotado, en todo sentido

— Sí, soy Theo y bueno obviamente Venecia — me señaló y río — no sabíamos que estaríamos con alguien, pero es bueno saberlo — terminó y le sonrió, Theo desconfiaba

— Si, ¿recibieron la información se fue enviada por Isaac? — preguntó, Theo y yo nos miramos y negamos con la cabeza

— No, íbamos a hacerlo ahorita, ha sido un largo viaje y no alcanzamos

— No hay problema, me presento, soy Sneijder Van der Veen, agente holandés, aunque vivo en China hace un tiempo, Isaac me avisó que estarían acá y bueno estoy para servirles y ayudarles — terminó su presentación, iba a saludarlo pero Theo se adelantó y le tendió la mano




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