(Sebastian)
Estoy sobrevolando Malaga aún con lágrimas en los ojos intentando no perder el control del helicóptero.
Perdi a mi hermano y a mi cuñada en lo que creo fue un fin de semana y aunque Lucia no esté muerta el dolor de que haya saltado y hubiera preferido quedarse para fingir que ahora prefiere quedarse a irse nuevamente con su familia fue como si me hubiera dejado, pero confío en ella y se que volverá de esa farsa y espero vuelva con la cabeza de Miguel y Martin en una bolsa.
Durante unas aproximadas 8 horas más sobrevole hasta estar llegando a Venezuela donde descendi dejando el helicóptero en un campo abierto en el que Alessandra dijo que aterrizara que mandaría a alguien para llevárselo y camine por al menos 1 hora hasta llegar a Ciudad Guayana donde tomé un bus camino a Maracaibo y de ahi tome otro hasta Cúcuta.
-Al habla.
-¿Sebastian?
Mi voz se empieza a quebrar. Estoy llamando desde un puesto de vendedores en la mitad de una acera y no quiero que me vean llorar.
-Cariño si, soy yo.
-Ohh, estás vivo ¿Mi hermana está contigo? ¿Cómo está Harold?
Entró en llanto y trato de no hacerlo pero los sollozos se escuchan.
-Sebastian, dime qué está pasando por favor - su preocupación se nota a través de la voz medianamente robotizada.
-Necesito que me paguéis un viaje a Bogotá por favor, estoy en Cúcuta pero hasta que logre llegar a la terminal de transporte se me acaba todo el dinero.
-Si claro, ya mismo hablo con mi papá. Sebastian dime qué está pasando.
-Cuando llegue a casa María y decile a tu padre que el autobús para mañana - cuelgo y siento como el dolor recorre todo mi cuerpo.
Le pago a la señora y voy en busca de un hotel.
Pasó la noche en una pequeña recámara donde sigo llorando y duermo por primera vez en 36 horas en una cama blanda.
Al día siguiente pido un taxi y después de casi 2 horas logró llegar a la terminal. Pregunto por un autobús a nombre del padre de María y me dan la indicación de como llegar y me monto.
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Fueron 16 horas de viaje pero aquí estoy. Listo para salir a buscar un taxi, veo a Diego esperando en la camioneta de los Reyes. Me acerco y lo saludó tratando de no tirarme a sus brazos a llorar como un niñato.
Y 40 minutos después estoy aquí. Enfrente de su casa con un miedo profundo a lo que pueda pasar. Toco la puerta y espero que abran...No sé si lograré vivir con esto.
16 MESES DESPUÉS
(Lucia)
-Por favor, lo necesito antes de las 8:00 de esta noche.
-Sí señora.
-Lucia, acaba de llegar el cargamento y necesito que lo revises.
-Gracias Angelica. Diles por favor que voy en 20 minutos.
-Sí señora.
Dejo mi libro de lado, me paro y alisó la falda de mi vestido azul petróleo y acomodando uno de los tirantes de espagueti que se desliza por mi hombro y acomodando mi escote me dirijo hacia el muelle.
Ha pasado un año y 4 meses desde que decidí quedarme. Ha sido un año muy duro en especial por Miguel y la introducción a todo este mundo de mafias, drogas, armas y cosas así. El único provecho que he sacado de esto es que con el lavado de activos, he logrado mandar dinero a una cuenta que cree a nombre de Sebastian y así Alessandra y yo podamos estar tranquilas cuando matemos a todos y la herencia se vaya a la mierda.
Llegó al muelle y empiezo a revisar las distintas cajas. Armas, armas, armas y más armas.
{Al menos gracias a ti ahora no son personas}
Le doy la razón a mi conciencia, de no ser por el berrinche que hice en medio de un barco en el mar rojo y por el cual casi perdemos la vida en este momento estaría abriendo cajas con personas y órganos en vez de Glock´s, Berreta´s y Sig-Sauer´s.
Mando las cajas al sótano y subo pidiendo el helicóptero para dirigirme a Cannes.
En este momento me encuentro en la mansión de Brest en Francia y tengo que ir a Cannes a recibir otro cargamento y a revisar todos los preparativos.
Me pongo mi abrigo y subo al helicóptero.
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-No sé, siento que no me queda bien.
-Es verdad. Karoline por favor ajusta más el corsé.
-Sí señora D'Angelo.
-De D'Angelo - corrige.
La modista se limita a asentir y seguir marcando las líneas de costura.
-Vas a verte expectacular Lucía
-Es la idea Alessia, sino, no servirá de nada mi esfuerzo los últimos 16 meses.
-Lo valdrá Lucía - Toma mi mentón - Lo valdrá y eleva la cara, es señal de autoridad.
Me suelta el rostro y sigue caminando a mí alrededor observando y ordenando más arreglos en el vestido con su tan característica postura autoritaria.
Miro el espejo que está enfrente reflejándome en él mostrando el hermoso vestido en preparación que tengo puesto. Es difícil para mí verme vestida de esta manera, no es mágico como creí que sería, no lloraría de felicidad al verlo terminado y no sería mi madre, ni mi hermana, ni mi mejor amiga quienes me abrazarian y me llenarian de felicitaciones, abrazos y sentimentalismo. Al contrario estoy con Alessandra De D’Angelo, la reina del imperio y conjunto de mafias más grande y poderosa del mundo, como mi consuelo y mi tutora en pocas palabras.
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Corro a vomitar encima de la planta que estaba en el rincón del salón.
-Estoy bien. Tranquila - Alessandra Masajes mi espalda y tomó una botella de agua.
-No comas eso - Baja mi mano que iba con un Canapés directo a mí boca.
-¿Por qué?
-No es bueno para tu estado.
-No estoy embarazada Alessandra, solo que esas croquetas de Jamón no estaban ricas - susurro - Señorita, las croquetas fuera del menú por favor - Le digo a la chica que nos está mostrando los aperitivos y el menú.