(Daniel)
Camino de acá para allá nervioso. Miro mi mano y sigo con el peluche ensangrentado.
Maria, Milena y Alexander llegan junto con Nancy. María viene hablando con Sam por teléfono.
Nos quedamos en la sala de espera una hora hasta que llega un médico.
-La señorita Lucía tuvo un corte muy profundo pero ya se le hicieron las respectivas suturas, sin embargo debido a la gran cantidad de sangre que perdió la estaremos esta noche en observación. Necesitamos un donante ya que a pesar de que se tiene controlado, probablemente haga un movimiento brusco y se le pueda volver a abrir. Un poco más de sangre que pierda y puede ser inducida a un coma.
-¿Cómo es posible que siendo una clínica de tan alto prestigio no tengan reservas de la sangre que necesita mi hija? - Alex reclama con el doctor mientras María le pide apurada a Sam que llegue.
El único O+ de la familia es Sam y aunque ya venga en camino el donante se necesita urgente.
-¿Daniel tu que RH eres?
-Yo soy A+,
-Los A + también son donadores universales - Interrumpe el Doctor - ¿Eres donante activo?
No he donado ni los peluches que tengo en mi cuarto desde los 5 años.
Niego.
-¿Has comido bien hoy?
Asiento. El doctor me hace seguirlo y ponerme en una camilla. Me toman la tensión, me cuentan los latidos y me empiezan a hacer preguntas. Nombre completo, edad, documento, enfermedades, número de hermanos, historial clínico, etc.
Llega una enfermera con una manguera, una aguja y una bolsa que marcan con mis datos relevantes.
-Recuerdo tu terror a las agujas. Llorabas cada que te tenían que poner una vacuna y eso que tenías 16 años - Milena entra con una bolsa de avena y un croissant, los deja encima de la mesa y se acerca a la camilla mientras a mi me preparan el brazo - Aún recuerdo el día que tú y Lucy se convirtieron en novios. Llegó tan feliz a la casa y fue su mejor época. Verla tan enamorada y tan fascinada era maravilloso.
La enferma me acomoda el brazo.
-Después vino el trabajo de Álex y cuando se tuvieron que separar, estaba desgarrada y deprimida. Creo que si hubiera sabido que algún día la vería como la veo hoy no - la voz se le corta - no sabría cómo decirle que en ese momento solo sentía algo pasajero - Siento una tensión en el brazo - que lo que vendría sería peor.
La enfermera me pone una curita. Terminó y yo quedé aquí, no sentí en qué momento llenaron toda la bolsa con mi sangre.
Milena me tiende el croissant y la avena. Como y me recuesto en la camilla.
-Ella está pasando por un momento bastante duro Daniel, enserio te agradezco todo lo que haces por mi hija, en especial el esperarla porque no es fácil para ella verte después de todo lo que sucedió. Tu sabes que yo te quiero como si fueras mi hijo.
Asiento porque no me quedan más fuerzas de nada y la veo irse mientras a mi los ojos se me van cerrando.
•~•~•~•~•~•~•~•~
EN ALGUNA PARTE DE EUROPA.
Empiezo a despertar aún adolorido por la transfusión pero me extraño porque el lugar donde me dormí no es el mismo donde estoy despertando y eso definitivamente no es bueno.
Me siento y estoy en una cama, no camilla, en una habitación, no en un hospital…Me levanto de la cama y empiezo a avanzar torpemente hacia unas cortinas, cuando las corro visualizo el mar.
-¡Mierda!
Miro a mi alrededor y corro intentando abrir la puerta golpeándola con las pocas fuerzas que me quedan pero sigue sin abrirse. Sin embargo, empiezo a escuchar pasos del otro lado y me alejo rápido.
-¿Podes dejar de dañar la puerta? - Un chico se asoma por la entrada con cara de poco amigos.
Yo solo me alejo más. Alguien llega detrás de él.
-Hey, no trates a nuestro invitado de honor así. Tenemos que devolverlo sanito.
Un hombre se acerca a mí. Es alto, bien vestido y en su rostro se asoman rasgos clínicos junto con una sonrisa macabra.
-Es el único acercamiento que tenemos a la querida Lucia - se pone a mi altura y me palmea la cara - Dile a alguien que le traiga algo de comer, lo necesito fuerte y sano o no sirve.
Se aleja, sale con el otro chico y cierra la puerta. Me quedó nuevamente solo.
El que sepan quien es Lucia me aterra, el que sepan quien soy me aterra, el esta aqui me aterra aún más.
No sé qué está pasando.
(Lucia)
20 HORAS ANTES.
Abro los ojos y lo primero que logró reconocer es la manta blanca de la camilla. El olor a hospital se hace presente invadiendo mi sentido. Empiezo a mirar a mi alrededor notando que estoy entubada. Mis ojos siguen el trayecto de la manguera que me transporta sangre y quedó fija mirando la bolsa, mejor dicho, los datos que están escritos en ella.
A+ Daniel Aguilar.
22 años.
C.E: 21. 438. 256.
Recuerdo como el sonido de su voz estuvo conmigo antes de desmayarme.
Creía que había sido una alucinación.
{Pues no mi cielo. Evitando todo este tiempo que me viera mal y ahora me ve en una condición más deplorable. Muy bien Lucia. Sigue así y nunca cambies}
Busco por la cama el botón que he visto en las películas se usa para llamar a las enfermeras y como si me leyeran el pensamiento entra el doctor.
-Señorita Lucia ¿Como te encuentras?
-Bien, creo.
El doctor empieza a explicarme lo sucedido, mi estado actual, la transfusión y la gravedad psicológica de mi ataque.
-Tuviste suerte. 5 minutos más tarde pudiste haber entrado en coma o morir desangrada.
No lo hice con esa intención pero si hubiera tenido ese resultado tampoco me hubiera molestado mucho. Estoy deprimida, nadie me puede juzgar.
-En ese caso, lastima.