A la mañana siguiente desperté, me puse una sudadera y una camisa ligera, tomé mis pastillas y fui a correr un poco. La verdad la última vez que lo hice con María, aunque llegue casi muerta, me gustó mucho. Aprovecharía e iría hasta la discoteca a la que vamos mañana para reservar la zona VIP para nosotros.
Nosotros somos una familia de dinero, pero siempre hemos estado muy agradecidos de todo lo que mis padres han hecho para darnos esta vida. Se que les ha tocado duro después de todo y los amo por eso.
Llegué, pedí la reservación, me dieron el pase y 9 manillas para que nos la pusiéramos por si necesitábamos salir del local, tener la oportunidad de volver a entrar y 3 de sobra por si alguna se perdía lo cual hizo que se me ocurriera una brillante idea. Salí corriendo para la casa que se supone era la de mi mejor amiga, Luisa. Toqué la puerta esperando a que no estuviera en el colegio y me abrió una chica castaña, de piel blanca y ojos cafés. Supe enseguida que era la misma Luisa que me acompañó al aeropuerto el día que me fui de aquí.
-No te lo puedo creer - se llevó las manos a la boca - Dime que esto no es un sueño.
-No lo es loca, dame un abrazo y compruébalo - se me tira a los brazos. Mi enana favorita
-No lo puedo creer – decía mientras me abrazaba - Estas aquí – se separó
-Te extrañe muchísimo Luu
-Y yo a ti casi tocaya - se me volvió a tirar a los brazos para luego separarse de mí e invitarme a entrar.
Duramos casi una hora hablando y contándonos lo que había pasado en los últimos años. Me contó que después de que me fui se volvió una chica muy sola y se dedicó a estudiar por lo que terminó un año antes y ahora es tutora.
- ¿Tutora eh? Me alegro por ti amiga, ya empezaste a ejercer.
-Pues sí, lo bueno de ser una persona altruista. Me apasiona lo que hago.
Le conté todo lo que había pasado con Miguel y con Daniel.
- ¿Ósea que tenías novio y te engaño? Que imbécil.
-Lo sé, pero ya no puedo hacer nada.
-Es verdad - tocan la puerta - Dame un momento - se levanta y abre la puerta. Cuando veo quien es la que se sorprende soy yo.
- ¿Alejandra? – pregunto emocionada.
- ¿Lucia? No puedo creerlo, como estas de grande y linda – me abraza.
Alejandra era la mejor amiga de Sam cuando yo tenía unos 7 años. Ella tiene casi la misma edad de mi hermano, es mayor que él por unos meses. Estoy segura que cuando ellos eran amigos llegaron a tener algo lo cual explicaría su alejamiento repentino.
- ¿Cuándo volviste de Australia?
-Hace como 10 meses. Ya terminé de estudiar y ahora soy una profesora de tiempo completo.
-Wow, no perdiste el tiempo.
-No. Sabes que amo los niños; amo ser como su madre, y más cuando no tuve una - noto cierta tristeza en su voz.
Alejandra y Luisa crecieron sin madre ya que las abandonó cuando eran muy pequeñas y su padre murió cuando Alejandra tenía 10 años. Fue con la ayuda de la hermana de su papá que pudieron salir adelante. Por eso mi mamá también las quiere a ellas como sus hijas y María ama a Alejandra.
-Todavía tienes a la mía.
-Lo sé y agradezco eso media hermana – dice dándome un puño en el hombro.
Así somos las mujeres en Colombia, nos tratamos como la mayoría de los hombres.
-Bueno, vine por una y me llevó a dos – dije a lo que ellas pusieron una cara de confusión - Quería invitarlas a ambas a que vayan con nosotros a una discoteca mañana. La idea es que vayan a la casa, nos arreglamos allá y salimos para la disco.
-Yo me apunto. Me hace falta una rumba con mis medias hermanas - dice Luisa. Mientras se para a mi lado y me da un abrazo ladeado.
- ¿Nosotros? - Alejandra me pregunta.
-Sí, Daniel, María, unos amigos de nosotros y Sam.
Aleja se demora en responder, pero al final titubeando responde que sí.
Les digo la hora y que Diego pasará a recogerlas. De camino conocerán a Sebas y Harold.
Me despido de ellas y salgo de la casa y recibo una llamada.
*Hola Diego*
*Hola señorita Lucy, su padre me aviso que necesita de mis servicios mañana, dígame en qué puedo ayudarle*
*¿Estás en casa? *
*No, pero llegare en la tarde*
*Allá te comunico cómo será el recorrido de mañana*
*Sí señorita Lucy, nos vemos en su casa*
*Gracias Amiguis*
*No hay de que Amiguis*
Amo poder ser así con las personas que nos ayudan, para mí no trabajan para nosotros, sino que nos ayudan en nuestro día a día, así como lo son mi Amiguis y Nana.
Llego a mi casa y veo a mi hermano en el jardín trasero tomando fotos de perspectiva en la piscina.
-Hola hermano.
- ¿Saliste a correr? Wow, eso es sorprendente.
-Ay vamos, deja de decirme que soy perezosa.
-No lo dije yo.
-Ya aja, hay 2 nuevos invitados para mañana.
- ¿A si? – dice parándose en la piscina- ¿Quiénes son?
-Luisa….
-Oh, Luisa. Hace mucho que no la veo – me interrumpe mientras ajusta el lente de la cámara- ¿y quien es el otro? Supongo que su novio.
-Si me dejaras terminar lo sabrías - no dice nada- Bueno prosigo. Luisa y Alejandra.
Sam deja de ajustar el lente para quedarse mirando al vacío antes de voltearme a mirar y decir- ¿Alejandra? ¿Alejandra Gonzales? ¿Esa Alejandra? - se pone algo nervioso.
-Si hermano, esa misma.
-Okey, bien - lo dice como si no le importara, pero lo conozco, sé que de verdad le importa. Deja la cámara a un lado y sale de la piscina - Espero que tengas suficientes entradas - dice secándose con la toalla y entrando a la casa.