(Samuel)
Abrazo a Alejandra mientras llora en mi hombro.
Mis padres llegan con aromática y una valeriana.
Al llegar al refugio recibimos un código morse de Lucía donde nos decía que estaba bien. Había logrado tomar ventaja y camuflarse y nos pidió y nos pidió que llevaramos a todos al refugio, incluyendo a Alejandra y Sebastián mientras que Nan y Diego se fueron para la casa de Medellín. El problema fue cuando Luisa se enteró no se dio cuenta que lo habían estado espiando y fueron tras ella cuando intentó devolverse. Se la llevaron y nadie sabe a dónde.
Se les quiso avisar también a Ana, Santiago y Tomas pero es preferible dejar de poner en riesgo a tanta gente.
María y los padres de Daniel están intentando comunicarse con Lucia. Sebastián les dejó un mensaje a sus padres diciéndoles que está bien pero que lo mejor era que se fueran del país para que no corrieran ningún peligro. Mientras tanto mis padres llevan a Alejandra al cuarto para que descanse.
Me adentro en el baño para tomar una ducha.
Nos encontramos en un búnker que está situado cerca a la frontera con Panamá. Tiene todas las comodidades de una casa, pero con muros de acero, sin ventanas, puertas blindadas, pasillos largos, muchas habitaciones, nada de televisores, celulares, ni satélites. Únicamente servicios de agua, luz, gas y mucha comida en lata.
La única manera de comunicarse con el exterior aquí es por código morse, periódicos o cualquier cosa que no cree una red de frecuencia rastreable.
Me introduzco en la ducha y pienso. En parte es mi culpa, si no hubiera permitido estar a Lucia con Miguel o no hubiera sido tan liberal, si hubiera sido más sincero cuando me enteré en lo que andaba metido este, hubiera podido ayudarle mejor a evitar que todo esto pasará.
Término de bañarme y salgo. Encuentro un poco de ropa de militar y me visto. Pongo a lavar la mía.
Cuando me devuelvo a la sala otra vez Lucia ya está aquí. La abrazó con todas mis fuerzas casi llorando.
Nos cuenta un poco de cómo logró llegar. Decide también tomar un baño ya que tiene mucha sangre encima. Le dejo la ropa en su habitación y hecho a remojar la de ella a parte para quitarle la sangre.
Después de un rato entró a su cuarto y la veo concentrada analizando un mapa de la unión europea. Traza aquí, traza allá.
-¿Qué se supone que haces? - me paró a su lado.
-Estoy intentando averiguar dónde están -no voltea, no me mira y sigue en lo suyo.
-¿Crees poderlo hacer con un simple mapa y estando del otro lado del mundo?
-No te creas hermanito. Pase más de una allá, memorice cada detalle, cada casa, cada calle, cada lugar. Sé lo que estoy haciendo.
Okey, siento que la subestime. Ha cambiado, está más grande y es algo que tengo que aceptar…
(Lucía)
-¿Podemos hablar? - Sam me saca de mis pensamientos - ¿Puedes dejar eso un momento y hablar de verdad con tu hermano?
Lo miro y tiene razón. Realmente es con el que menos he hablado desde que volví. No he hablado casi con nadie pero puedo asegurar que es con él con quien apenas he cruzado palabra.
Me siento en el duro colchón y él hace lo mismo.
-Luu…Lo siento enserio. Temo que parte de esto es mi culpa, se que lo es; si yo te hubiera detenido, si hubiera sido más duro, más autoritario hubiera podido evitar que te metiera en problemas y hubiéramos podido evitar que todo esto pasará. Si hubiera estado más pendiente de ti, de María, si hubiera sido mejor hermano…
La voz se le empieza a quebrar.
Lo abrazo. Se que se siente culpable por no controlarme porque a pesar de todo el adulto era él.
-Sam mírame - Tomó su rostro entre mis manos - No es culpa tuya, no es tu culpa que yo no sepa controlarme y que no sepa lo hago. Tu me diste confianza y yo no supe usarla, no supe actuar así que no fue tu culpa - lo vuelvo a abrazar y empezamos a llorar juntos.
-Promete algo - decido hablar cuando por fin recuperó la voz.
Él levanta la cara.
-Que pase lo que pase la vas a cuidar como lo hablamos de chiquitos. Que nunca la vas a dejar sola y que la vas a seguir mimando y tratando como una bebé.
-Lucia…-Lo miro, sé lo que dirá, pero también sé que él sabe lo que puede pasar - Te lo prometo…Te amo hermanita y perdóname en serio por no poderte proteger.
-Te amo y no te disculpes por nada…Te amo.
Nos abrazamos un tiempo bastante largo hasta que decide hablar.
-Ya suéltame que van a creer que nos queremos.
Reinos mientras nos secamos las lágrimas
-¿Le puedes decir que venga, que tengo que hablar con ella?
-Dale - me da un beso en la frente antes de irse.
No quiero pero tengo que hacerlo…Me va a doler pero tengo que hacerlo. Tengo que protegerlos.
María llega y ya siento que voy a romper en llanto.
Se sienta a mi lado y la abrazó inmediatamente
-Lucy…
-No- La interrumpo - Déjame hablar…Te amo ¿Okey? Y lamento mucho que todo esto esté pasando por mi culpa, que no puedas tener una maldita adolescencia normal. Perdoname en serio Sis.
-Hey, loca, tranquila. Estamos juntas y con eso me basta y me sobra. Vamos a lograr salvar a Dani y a Luisa y volver todo a la normalidad pero tenemos que estar todos juntos.
Su optimismo me mata. Ella aún es una niña aunque ha crecido, no le he permitido terminar de serlo.
La abrazó - Prométeme que siempre vas a ser feliz, que no vas a dejar nunca que nadie apague tu brillo y que nunca vas a perder quién eres - Nos separamos para quedar de frente.
-Te lo prometo, tú tienes que estar ahí siempre conmigo - levanta su meñique - ¿Si?
Levantó el mío y lo enlazo con el de ella mientras asiento.
-Te amo siempre.
-Te amo siempre Lucy.
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La tarde sigue pasando y habló con mis padres, los padres de Daniel, Sebas y Aleja.