Solo déjate amar

Capítulo 13.

—Lo primero que hizo al verme fue darme una bofetada. Dolió demasiado en verdad.—cuenta Alex.

Ahora mismo estamos en un supermercado , compraré algunas golosinas. No tenía ganas de ir a algún lugar que él frecuenta. No es mi ambiente.

—Te lo tenías merecido. Fuiste muy cruel.—digo.

—Lo sé. No debí dejarla así.

—Solo tenías que decirle que tienes miedo de perder el dinero de tu padre.

—¿Por qué lo dices así?

—Es la verdad , el dinero no es tuyo.

—No. Me refiero por qué dices que tengo miedo.

—¿Acaso no lo tienes?

—No , yo también trabajo.

«Para tu padre , para que el se haga cada día más poderoso , solo eres uno más de sus corderitos , si el te tuviera el amor de padre a hijo , no hubiera permitido que dejaras de querer.»

—Cierto , olvida lo que dije. ¿Qué pasó con la hija del nuevo socio de tu padre?

—Estas muy informada ¿Cierto?—pregunta. Yo sólo ladeó la cabeza.—Ahora está de viaje. Al parecer la chica  tiene novio y no se dejó llevar por sus padres.  Sus padres se molestaron con ella pero lo bueno es que siguen los planes de inversión.

—Deberías aprender de ella.—digo agarrando una caja de cereales azucarados y poniéndolos en el carrito.

—Supongo que sí. Una pregunta…

—¿Qué?

—¿Como estas tan segura que no haré lo mismo contigo?, que no te dejaré como a ella.

—Tengo mis encantos.—guiño un ojo.—La respuesta está clara , Alejandro. No tengo dinero. Si tuviéramos algo no sería por orden , sería por qué en verdad lo deseas…

—Espera ¿Cómo que si fuéramos algo? ¿Ya no somos algo?

—No.

—¿Y el beso de la mañana? Aparte aceptaste salir hoy , no puedes decir que no significó algo.

—Nunca dije que no significó algo. El beso fue más que un impulso , pero no que quiero tener algo contigo.   Y acepté porque no salgo mucho y pues quise distraerme.

—Si que sabes lastimar el ego de un hombre.

Decido no responder a eso y solo cambio de tema.

—Quiero donas de chocolate rellenas de manjar.

—Glotona.

                                 🍂🍂🍂

—Por primera vez deja que yo te arregle , Carolina.—digo cansada.

—Es que no confío en ti en el tema de la moda.—mi amiga hace un puchero.

—Te conozco , puedo imaginarte puesta con un vestido que enseña las nalgas si te dejo vestirte por ti misma. Será algo tranquilo. El patio de tu casa no es lugar para tacones rojos y vestidos cortos.

—Esta bien. Pero no me pongas ropa de abuelita.

—¿Acaso tienes alguna ropa así?

—No.

—¿Entonces? Solo escogeré algo sencillo.

—Que no sea una pijama.

—Justo pensaba en algo así.

—¡Madison!—me reprende.

—Vale solo bromeaba.—río.

Abro el armario de Carolina y saco un pantalón suelto de color verde olivo y una camiseta corta blanca.

—Ahora los zapatos.—digo para mí.

Abro el cajón que se conecta con la cama y busco los zapatos.

—Estos son perfectos.—digo agarrando unos del mismo color que la camiseta. Tiene unos diseños de hilo que los hacen único.

—Bueno no esta tan mal.

—Ahora vístete y cuando estés lista me avisas para maquillarte.

—¡No! Eso lo puedo hacer yo.

—Obedece Carolina. En treinta minutos Zed estará aquí.

—Okey.

Hoy será la cita de Carolina y Zed. Hice un plan sencillo , arme una pequeña carpa echa de madera y sábanas , algo raro pero romántico. Esta en la parte trasera de la casa de Carolina , su patio.

—Ya estoy.—avisa Caro.

—Bien , ahora vamos a hacerte algunas ondas y maquillaje.

Carolina se sienta frente a su tocador y yo me acomoda detrás mientras espero que el ondulador este suficientemente caliente. Una vez que está listo comienzo con el trabajo.

—¿Qué le dijiste a Zed para que venga?

—Pues le pregunté si podía venir a pasar la noche en el patio con nosotras. Nos llamó locas pero acepto.

—¿Es verdad?

—¿El que?

—Que dormiremos fuera.—olvide que Carolina no estaba enterada de mis planes

—No. Yo tengo que volver a casa , pero puedes quedarte con Zed.

Después de un tiempo en silencio termino el peinado y el maquillaje de Carolina.

—Gracias.—digo.

—¿Por qué?

—Por no quejarte en ningún momento.

—Estoy nerviosa.—confiesa.

—Pues tranquilízate que Zed ya llegó.—digo a Carolina, enseñándole el mensaje de Zed.

—Es fácil para ti , tu no estas gustando de nadie.

—No lo estoy.—afirmo.—Pero quizás muy pronto sí.

—Te haría mil preguntas por lo que acabas decir pero no es momento.

—Anda baja y ábrele la puerta. Yo estaré un rato aquí y luego me voy. Adiós nena.

—Adiós nariboo.

Escucho los pasos de Carolina bajando las escaleras y el sonido de la puerta abriéndose para luego ser cerrada. La casa quedó en completo silencio.

Reviso si tengo algún mensaje de Harvey . No hay. Desapareció hace días , no volvió a la librería , no me volvió a buscar , se convirtió en  un fantasma.

Sigo en contacto con Alex , nos texteamos a menudo. Nos estamos acercando más , aunque eso no quiere decir que seremos algo. Eso solo el destino lo sabrá.

Me pongo a jugar algunos juegos en el teléfono esperando que se pase el tiempo. Pierdo y dejó el celular de lado.

Aburrida busco un libro entre los tantos que tiene Carolina.

Me pierdo entre los primeros capítulos del libro , es muy interesante.

Alguien abre bruscamente la puerta de la habitación.

—¿Carolina?

Mi amiga está parada en la puerta , sin emoción alguna.

—¿Estás bien? , ¿Zed te hizo algo?—continúo.

Ella solo responde con una palabra.

—Vete.

—¿Por qué?

—Vete , Madison.

—Solo dime qué paso.

—¡Que Zed está enamorado de ti! Lo está desde hace años y tú no te das cuenta. El te quiere a ti.

—No , claro que no.

—Así es. Ahora vete.

—No te dejaré sola ahora , me necesitas.

—Ahora necesito espacio.



#7464 en Joven Adulto
#30669 en Novela romántica
#5094 en Chick lit

En el texto hay: amor, amistad, secretos y miedos

Editado: 26.12.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.