Sólo él

Prólogo

 

 

 

 

"Nunca creeré que Dios juega a los dados con el mundo"

 

Albert Einstein 

 

 

"Las cosas siempre suceden por algo y cuándo tienen que ser" 

 

 

 

 

 

 

 

 

C O M U N I C A D O

ALUMNOS DEL EDIFICIO B: 

 

Por motivos de la aplicación del examen especial, todos tendrán que trasladarse al edificio "C", en la siguiente tabla se mostrará su salón asignado. 

 

—Genial, me toca clases con la bruja de Mandela y no será en mi salón, menos mal que llegue temprano porque de lo contrario, cruzar media Facultad, en un corto tiempo no me vendría nada bien. Esa bruja querrá tomar venganza por lo del miércoles. 

 

No estaba nerviosa por mi presentación, Naomi y yo presentaríamos "Servicios internacionales" una introducción de "Derecho internacional". No eran nervios me reiteró, simplemente desde que desperté tengo el estómago revuelto y la sensación de que algo raro pasaría, y no en mal plan, creo, la verdad es que desde el breve intercambio del miércoles con la bruja, como bauticé a la maestra de Derecho internacional, me sentía rara, yo en ningún momento le falte al respeto, simplemente me defendí. ¿A caso creía que le iba a sonreír después de decirme "perica"? 

Una cosa es que sea una habladora, eso no lo niego, sin embargo, me enerva que me llamen la atención como si fuera una niña de preescolar, más aún, cuando no estaba haciendo nada, y juro, que no hablé durante la maldita exposición de mis compañeros, era tan aburrido, que ni ganas tuve de hacerlo.; pero no, después de que yo, por primera vez, como buena alumna, me dirigiera a preguntarle a la maestra si la información para mi exposición estaba bien, la muy perra me soltara su llamada de atención por algo que lo hice, y todavía muy digna esperaba que me quedara callada, !oh no! esa tipa no sabía que Denis Miller no era ninguna joven tonta que agachara la cabeza y dijera si. Absolutamente no. Y claro, la  bruja no se quedó con las ganas de que después de ver mi actitud me soltara el maldito sermón de:

 

—Te pongo toda la calificaron y ya no entras a mi clase si estarás con esa actitud ¿Dime, te pongo toda la calificación? 

 

La pobre mujer creía que le diría que sí, que gran error, no retes a Denis Miller que solo por fastidiar estará en todas la clases, todo para que vea mi hermoso rostro. 

 

Y así lo así, seguí como si nada y hoy viernes presentaría mi trabajo y lo haría  como siempre, excelente. 

 

Tras darme cuenta estaba parada frente a la puerta del aula C5, al parecer el maestro aún terminaba y yo en definitiva había llegado muy temprano. En el salón de enfrente no había nadie así que aproveché para sentarme y repasar la exposición, sin perder de vista la puerta de mi próxima clase, tenía que acomodar el cañón y que nada se saliera de lugar. Repase todo y desde mi perspectiva, todo era entendido y muy muy práctico para mis compañeros, la bruja no tendría oportunidad para querer dejarme mal, como no esperarlo de una chica de 28 años pedante y engreída que por dar clases en esta Universidad se sentía lo máximo de la Tierra.  

 

Sin pretenderlo conscientemente levante la mirada justo cuando la puerta del salón se abría y los chicos y chicas salían, uno a uno, platicando, tomé mis cosas lista para entrar pero sin levantarme de la banca, vi a un par de chicos frente al escritorio hablando con su maestro. Cuando decidieron seguir pude ver quien era el docente, y en ese instante todo pareció tener una razón de ser, por qué, no lo sé, las emociones en mi tuvieron una grave revolución, me había quedado en blanco total y eso con sólo un vistazo de aquel maestro . 

 

El hombre miraba su teléfono y seguía sentado en su escritorio, traje negro, a la medida parece ser, tenía barba, raro, nunca me habían llamado tanto la atención los hombres con barba, pero él, ese maestro me tenía totalmente embelesada, con un atractivo que se notaba a muchos kilómetros de distancia, simplemente guapísimo, realmente lo era, no exageraba, tan sólo lo vi y sentía que lo conocía, que siempre lo había conocido. 

 

Tal vez exageraba, muy posiblemente. Me di cuenta de que tres chicas se pararon en mi campo de visión, murmurando entusiasmadas, todo ellas risitas y miradas hacia él, tal vez lo conocían era mi oportunidad para aunque sea saber su nombre, esa necesidad latente surgió con tan sólo verlo. Gracias al cielo conocía a una de las tres chicas, era Diana, jugamos fútbol juntas en la selección de la facultad. 

 




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