Mientras me quitaba las lagrimas de los ojos, pensaba en como había hecho para llegar a mi destino sin tan siquiera sentirlo, si hace lo que hubieran parecido unos segundos atrás, estaba aterrado de la sola idea de conducir, para mi en ese momento tomar el volante era como tener un cuchillo, y pisar el acelerador, era buscar una victima.
Parecía que la propia inercia me hubiera traído hasta aquí, o (mas bien), un recuerdo aun mas triste que el que no me permitía conducir.
Creo que yo nunca fui a la ciudad, la ciudad fue por mi.
Después de acabar de secarme las lagrimas, y el pensamiento, decidí buscar un lugar donde aparcarme, lo único bueno de esta situación es que el humo se estaba disipado y había espacio de sobra, supongo que la mayoría al ver como el humo venia hacia su dirección, decidieron irse en sus vehículos, y no los culpo, es lo que cualquiera haría, pero no alexei, lo conocía desde niños, y sabia que nada ni nadie lo sacaría de su casa, o no hasta que ya no hubiera mas opción, y supuse que por la urgencia de la situación, debía estar haciendo maletas.
así que antes de que se fuera me estacione en frente de su condominio, pero, para mi sorpresa, no estaba su auto, o no al menos en la calle donde pudiera verlo, así que me decidí a llamarlo.
lo visite primero a el en lugar de a mis padres, bueno... Padre, ya que su casa quedaba recién entrando a la ciudad, mientras que la de mi padre estaba ubicada mas al centro.
Al tocar el timbre de su apartamento en el condominio en que vivía, me sentí un egoísta y mal agradecido, por haber pensado primero en mi amigo, antes que en mi padre, es cierto que no era la persona que mas estuvo presente en mi vida, podría contar las veces que lo vi con los dedos de la mano, y el ultimo de estos seria la vez que murió mama, bueno, mas bien la vez que mate a mama.
Pero eso no justificaba mi actitud y mi olvido ante el, sabia que me quería, me lo demostró las pocas veces que lo vi, he incluso cuando no lo hacia. Nunca dejo de mandarnos dinero, y por su esfuerzo (y el de mi madre), siempre vivimos bien acomodados.
Un pequeño dolor creciente me estaba despertando de mi pensamiento, era mi dedo adolorido acompañado del molesto zumbido del timbre, el cual (posiblemente) estuve tocando por alrededor de 5 minutos, "probablemente esta tomando una ducha antes de irse, supongo que su carro esta en el parqueadero" -pensé-, imaginándome lo enojado que estaría por perturbar su ultimo momento de paz, deje el timbre, además, mi dedo ya estaba realmente adolorido, sentía mi pulso en el.
Pero había algo que no me terminaba de convencer, si de verdad estaba en el baño, y yo había sido tan insistente, ¿Por qué el guardia no vino a quejarse conmigo? El por lo general siempre estaba pendiente de las visitas, y era especialmente quisquilloso con el timbre, odiaba que alguien se excediera con el mismo, y salía a gritarle a quien lo hacia, diciendo: ¡YA TODOS EN EL MALDITO EDIFICIO TE ESCUCHAMOS, PUEDES DEJAR DE SER TAN MOLESTO, ¿NO CREES QUE SI LA PERSONA QUE VIENES A VER NO TE ABRE, TAL VEZ SEA PORQUE NO TE QUIERE VER?! Era algo realmente gracioso, o al menos para mi lo era, creo que justo por esa actitud nadie se atrevía a denunciarlo, además, no era realmente un mal guardia, solo era un poco neurasténico.
Cuando me quise percatar, estaba riéndome solo, tirado en el piso agarrándome el abdomen de lo mucho que me dolía por la gracia que me causo ese recuerdo, y al abrir lo ojos, me di cuenta, era de noche, no note el paso del tiempo, supongo que eso es lo que pasa cuando te diviertes, ojala ese guardia me hubiera venido a gritar...
Al levantarme y sacudirme el polvo que recogí del suelo, note que había empezado a nevar y al ver que ni alexei ni el guardia respondían, me dispuse a entrar a la fuerza, sabia que no era lo correcto, pero necesitaba un lugar cálido donde estar, mi carro tenia calefacción, pero no podía darme el lujo de gastar la batería, hacia mucho que no la cambiaba, y no sabia cuanto me podría durar, ni lo que iba a pasar...
Con la ayuda de varias rocas, fui rompiendo de poco en poco la puerta principal, hasta que al final pude hacerme una abertura para poder entrar, y justo como lo esperaba, nadie me noto, si es que tan solo hubiera alguien para notarme...
Al llegar a la puerta de alexei, tome la llave que tiene escondida en el fondo de una matera, por lo general siempre que lo acompañaba devuelta a su casa, la tomaba, era alguien muy olvidadizo, casi que era su llave principal.
Al entrar mis sospechas se confirmaron, alexei no estaba, al igual que su ropa, comida, cepillo y rastrillo, lo único que hice al llegar, fue ir a su habitación y tomar algo, lo que sea que tuviera su olor, encontré su camiseta favorita cerca a la salida, nunca se iba a ningún lugar importante sin ella, incluso fanfarroneo con que se la iba a poner el día de su matrimonio, supuse que se le cayo y por el apuro no pudo volver por ella, la tome y al saber lo mucho que significaba para el, me prometí devolvérsela, pero, solo por hoy, quería que esa camisa fuera mía, quería sentir que todo ese cariño y amor que le tenia, fuera mío, al quedarme dormido, no me sentí solo, sabia que estaba con alexei, al menos, una parte de el estaba conmigo, con eso me bastaba para pasar la noche.
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Editado: 22.02.2021