Solo Era Una Noche

Capítulo 1: Destino cruzado

Claire

No era fan de Las Vegas.
Demasiado ruido. Demasiada gente. Demasiado... caos. Pero mi mejor amiga, Jess, se casaba y eso significaba tres días fuera de quirófano, de pacientes, de protocolos. Tres días con un vestido lila que odiaba y una sonrisa forzada que dolería más que los tacones.

—Claire, por favor, no frunzas el ceño en las fotos —me regañó Jess mientras caminábamos por el vestíbulo del hotel.

—No estoy frunciendo el ceño —mentí.

—Estás a tres segundos de parecer la madrina amargada.

Suspiré. Tenía razón. Como siempre.
El Encore era todo lo que esperaba: opulencia dorada, lámparas exageradas y un perfume persistente de cigarro caro y colonia masculina. No había paz, ni siquiera en la suite que compartíamos las damas de honor.

Necesitaba aire.

Me escabullí a la terraza del bar, donde el sonido del casino era un eco lejano. Pedí un martini seco, el único lujo que me permitía en eventos sociales. Entonces lo vi.

Él.

Alto, traje oscuro, postura arrogante y sonrisa de "sé exactamente lo que valgo". Estaba al teléfono, el ceño fruncido, como si estuviera cerrando la compra de una isla. Su mirada cruzó la mía solo un segundo. Suficiente para incomodarme.

Desvié la vista. No me gustaba su energía.

—¿Claire Whitmore con prejuicios? —me susurró mi conciencia interior—. Interesante.

—Lo sé cuando veo a un idiota con traje —murmuré para mí.

Volví adentro, sin pensar en él más de lo necesario. O eso creí.




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