Solo Era Una Noche

Capítulo 5: Vuelta a la rutina

Claire

Volver a Nueva York fue como despertar de un sueño del que apenas recordaba el rostro.
Las Vegas se sintió como una realidad alterna. Un desliz en una línea de tiempo que, en teoría, debería haber seguido impecable.

Volví a usar el cabello recogido con precisión, a caminar por los pasillos del hospital con bata blanca y la carpeta de pacientes en la mano. Sonreí cuando debía. Asentí cuando era necesario. Fui, una vez más, la doctora Whitmore.

Pero no era igual.

Había algo en mí que se había resquebrajado. Una especie de… vértigo bajo la piel. Me sentía distinta. Más torpe, incluso. Más cansada. Las mañanas eran peores: náuseas leves, mareos que atribuía al estrés. O a la presión. O a cualquier cosa que no fuera la que me rondaba por la mente.

Porque no podía ser eso. No con una sola noche. No con un desconocido.

Y sin embargo…

Cerré la puerta de mi oficina y me dejé caer en la silla. Por un segundo, simplemente cerré los ojos. Y me pregunté cómo había pasado de ser una mujer tan cuidadosa, tan racional, a esto.

A un recuerdo ardiente que no podía borrar.
A una posibilidad que empezaba a asustarme.
A una sospecha que se negaba a desaparecer.




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