Solo Era Una Noche

Capítulo 22: Rutina de amor

Grayson

Nunca pensé que elegir el color de una habitación infantil fuera motivo de una guerra diplomática.

No quiero azul pastel, Grayson —me dijo Claire con ese tono clínico suyo, ese que usaba cuando estaba a punto de desmembrar a alguien con una sonrisa.

—No es azul. Es… turquesa claro. Tiene carácter.

—Tiene cara de detergente para ropa.

Reí. Y, por supuesto, terminamos eligiendo un tono neutro con detalles en verde salvia porque, citando sus palabras: el bebé debe crecer con estímulos cromáticos saludables.

No discutí. Me fascinaba verla tan involucrada. Controladora, sí, pero también entregada.

***

Fuimos a comprar muebles. Claire se sorprendía de lo detallista que podía ser. Me aseguré de que todo fuera funcional, pero también acogedor.

Incluso armamos la cuna juntos. Ella con instrucciones en mano, yo con herramientas y cero paciencia.

—Eso va al revés —dijo sin mirarme.

—Confía en mí. Sé lo que hago.

Media hora después, el respaldo estaba del lado equivocado.

—No digas nada —advertí.

Ella no dijo nada. Solo me besó.

***

Esa noche, en la cama, hablamos de nombres.

—¿Y si lo llamamos Ethan?

—¿Como tu abogado?

—Tienes razón. Cancelado.

—Me gusta “Noah” —sugirió ella.

—Hmm… fuerte, suave. Como tú.

Claire rió. Sus dedos rozaron mi mejilla, y luego su vientre.

—¿Y si no somos buenos padres?

La miré con todo lo que tenía.

—Entonces lo aprenderemos juntos. Pero lo amaremos. Eso es lo único que importa.

Ella asintió. Y en ese instante, supe que éramos un equipo. Por fin.




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