Epílogo: Un año después

Claire

Nuestro hijo da sus primeros pasos en la misma sala donde un día lo trajimos por primera vez. La casa huele a pan tostado y a lavanda. Grayson prepara café mientras Leo, con su cabello castaño claro y ojos verdes idénticos a los de su padre, corre torpemente hacia mí.

Estoy embarazada de nuevo.

No fue planeado. Pero esta vez, nada da miedo. Ni la sorpresa. Ni el futuro. Porque esta vez, lo estamos haciendo juntos desde el principio.

Grayson entra a la sala, ve a Leo abrazado a mi pierna y sonríe.

—Creo que es momento de empezar a pensar en una casa más grande —dice.

—¿Y qué pasa con “solo era una noche”? —le pregunto, alzando una ceja.

Él se encoge de hombros.

—Supongo que fue la mejor noche de nuestras vidas.

Y yo no podría estar más de acuerdo.

FIN.