Solo eres mía y de nadie mas

▲ capitulo 1 ▲

♡ALCINA

 -señora, señora. es hora de levantarse_ abrí mis ojos sintiéndolos aun pesados, quería dormir si era posible hasta la tarde. pero tengo que respetar los horarios que esta estúpida mansión tiene implementadas, me senté frotando mi rostro con ambas manos viendo a una de las tantas mujeres que sirven a la mansión junto a mi_ ¿no paso una buena noche señora?

-no

-hm, su baño está listo_ me levante caminando hasta el baño sintiendo el suelo fresco en mis pies desnudos_ señora_ la mire antes de entrar_ feliz aniversario

-gracias_ entre cerrando la puerta, despoje de mi cuerpo la lencería rosada para dejarla caer y acercarme a la regadera. prepararme para un día más de mi asquerosa vida.

hoy debería de ser uno de mis más felices días, mi quinceavo aniversario. quince años casada con el arrogante de cristaldo cannizzaro. pero, realmente estos días solamente los veo como otro año de condena alado de ese hombre.

cristaldo cannizzaro es el más importante hombre de todo Calabria por la más grande empresa de autos deportivos de toda Italia. han competido en diversas carreras y han logrado obtener las medallas de oro o copas. son muy raros aquellos corredores que quedan en segundo lugar, pero, claramente todo el crédito tiene que ser a la empresa de autos. a cristaldo.

es un arrogante, presumido y avaricioso que me molesta. sé que no debería decir esto por ser "su esposa" pero realmente no lo tolero.

salí de la ducha viendo la habitación ordenada y mi vestido blanco encima de la cama ya hecha. me puse la lencería de encaje negro para después ponerme mi vestido, cepillé mus cabellos dejándolos aun húmedos y ponerme mis tacones negros.

solamente que al ver en la cama había una caja mediana de tercio pelo negro, la tome para ver un elegante y tocos collar de oro con un diamante en el centro. su manera más común de "demostrarme que me ama" lo único que hice fue dejar caer aquella joya escuchando el fuerte golpe por el peso para levantarme y salir.

camine por el pasillo hasta las escaleras para bajar al comedor, pero no me acerque al comedor. sino que camine a la sala principal donde está la gran sala de estar, me acerque al gran cuadro que casi invadía toda la pared por el gran marco.

me acerque viéndolo detalladamente; viendo el rostro del hombre que jodio mi vida por un simple capricho. por considerarme una pieza de oro. una más de sus malditas piezas que quiere tener encerrado en su mansión. para toda la vida.

-como mierda fue que te permití condenarme cristaldo cannizzaro_ susurré viendo su rostro de aquel cuadro con rabia. una rabia que por quince años he estado guardando en los más profundo de mí y que despierta cada vez que lo veo.




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