Solo eres mía y de nadie mas

▲ capitulo 8 ▲

CRISTALDO 

A tan solos algunos minutos de poder llegar a su escuela solamente podía verla. Mi chofer seguía con el vidrio arriba evitando escucharnos. Al finalmente haber llegado a su escuela pude ver como se tensó al notar que mi chofer continuo el camino. Tome un cigarrillo abriendo un poco mi ventana para que el humo saliera.

-se… señor cannizzaro

- dime cariño

- hemos pasado mi escuela

- nunca te dije que realmente te dejaría en tu escuela

- que…

- hoy te saltaras las clases_ quiso abrir la puerta para intentar salir, causando que solamente me riera_ no lo pienses querida, el seguro de tu puerta fue bloqueado a igual que tu ventana_ me miro aterrada_ no tienes salida

- se lo pido déjeme salir

- lamento decirte que eso no será posible_ lance el cigarrillo por la ventanilla

- que… que quiere_ la mire quien ahora estaba realmente aterrada

- a ti, te tomare ahora alcina y será sin o tu consentimiento

- no_ intento seguir forcejeando el mando de la puerta, la tome para recostarla de nuevo entre mis piernas ahora rodeándola con mis brazos inmovilizándola totalmente. Me daba risa el hecho de verla retorcerse como un gusano al intentar escaparse de su cazador_ por favor déjeme_ me acerque susurrándole en su oído_ se lo suplico señor… suélteme… no me haga nada

- no llores cariño_ bese su labio_ estoy seguro que tanto tu como yo disfrutaremos esto_ bese su cuello sintiéndola tensarse_ quiero enseñarle a tu alma y tu cuerpo que es mío_ regrese a su oído_ solo eres mía y de nadie más alcina. Y ahora mismo te hare entenderlo.

se mantuvo quieta por un momento, ya cuando creí que estaba aceptando el hecho de que ella me pertenece, aunque su respiración seguía siendo alterada y sus manos temblaran mientras sujetaban mis antebrazos. eso me emocionaba más que me hacía pensar una cosa ¿seré el primero en tomar su cuerpo? aunque estaba más seguro que sí, y eso me excitaba.

cuando finalmente el auto entre al estacionamiento de aquel hotel se detuvo quitando el seguro de las puertas traseras, pero mantenía presa entre mis brazos.

-haces algún movimiento que no me guste alcina y podría causarte severos problemas, mantente callada y sígueme_ la deje a un lado para bajar primero, la tome de la mano para hacerla bajar de igual forma.

caminamos juntos dentro del hotel mi chofer se quedó abajo en el living, evitando que mi hermosa y tierna acompañante se le ocurriera escapar, al recepcionista no pareció importarle tomar nuestros datos al solamente ponerle dos grandes fajos de dinero, quien diría. que con dinero baila el perro.

no soy ese tipo de hombre que desperdiciaría ni una sola lira en estupideces, restaurantes, hoteles y más cosas. prefiero obtener más y más poder a mi merced, tener todo el poder que deseo. pero, por mi bella alcina daría toda mi fortuna para solamente complacerla en todo sentido, ella se ha vuelto mi mayor obsesión, el mayor deseo que mi avaricia desea tener.

hasta la habitación 149, nuestra habitación. entramos que la deja entrar primero, dudando lo hizo. en cuanto entre cerré la puerta con seguro guardando la llave en mi cartera para evitar que la sacara y escapara, aunque mi chofer estaría abajo cuidando que no lo logre. me acerqué a la cama viéndola cercas de la gran ventana abrazándose temerosa, me senté en la cama viéndola.

-acércate

-qué piensa hacerme

-he dicho que te acerques_ ordene, en pasos pequeños se acercó a donde me encontraba. la atraje abrazándola recargando mi frente en su vientre_ realmente me tienes completamente loco alcina

- ¿porque estamos aquí?

-alcina, quiero que seas sincera conmigo ¿te atraigo en un sentido? _quería escucharlo de ella, al menos un elogio

-no_ eso me frustro_ lo respeto como socio de mi padre, pero todo lo que está haciendo está mal señor cannizzaro, por favor déjeme en paz_ intento alejarse de mi

-creo que no has entendido alcina_ me levante fijando nuestras miradas, pero desprevenidamente la lance a la cama para colocarme encima de ella inmovilizándola al llevar sus manos arriba de su cabeza

-se... señor cannnizzaro...

-tu eres mía. desde aquella primera noche decidí que tu serias mía y ahora que te tengo de esta forma podría tomarme sin ningún problema_ baje una de mis manos a su pierna, una increíble sensación paso por mi cuerpo al tan solo poder tocar su piel

-por favor... déjeme_ la mire sonriendo aun, no luchaba. pero desviaba la mirada llorando, las lágrimas recorrían su rostro. diría que me emocionaba poder verla de esta forma. tan sometida y temerosa bajo de mí, pero me estaba lastimando verla así, y no quería eso, aleje mis manos de ella sin moverme de ella, solamente se cubrió con sus brazos

-no te tomare por ahora alcina, quiero que tu primera vez sea especial, y no traumática. solamente te diré algo_ tome su mentón haciéndola verme_ tu eres mía y nadie más puede tocarte, o sufrirá las consecuencias por haber tocado algo que es mío_ la atraje abrazándola_ deja de llorar cariño, todo está bien_ comencé a acariciar sus cabellos para consolarla, y realmente solamente esperaba el día que ella me permitiera ser su primer hombre_ creo que por ahora es suficiente castigo por haberme rechazado aquella noche, y estar solamente con ese maldito piloto, hey_ tome su rostro haciéndola verme, limpie sus mejillas.

las veces en que veía a las personas, ya sean hombres, mujeres, jóvenes o niños llorando. suplicándome por devolverles sus patrimonios, devolverles la vida que tenían antes me llenaba de demasiado adrenalina, me hacía sucumbir mi ego y deseaba seguir viendo, escuchar esas suplicas y llantos de las personas. pero... ahora que veo a alcina llorar, algo en mí. en lo más profundo de mi oscuro y putrefacto corazón me estaba lastimando. quería golpearme a mí mismo por haberla hecho llorar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.