Solo eres mía y de nadie mas

▲ capitulo 23 ▲

CRISTALDO

-alcina y yo somos novios y queremos su aprobación, porque en un futuro quiero que ella sea la señora galluccio y madre de mis hijos_ pude sentir como en mi pecho se rompía, como si un cristal en un hermoso cuadro de oro se rompiera al escuchar esas palabras.

alcina, mi rosa dorada es novia de este maldito corredor, eligió a ese maldito piloto ¡antes que a mí! ¡el hombre más poderoso de calabria y de Italia que podría darle todo lo que ella quiera me rechazo por él! no podía creerlo. ahora mismo solamente podía ver a ese maldito con los deseos hasta el borde de querer ahora mismo matarlo, tomar su cabeza y enseñársela a todos dejando en claro que mi bella rosa es solamente mía y de nadie más. nadie más puede tenerla, solo es mía. mía...

esperaba a que sus padres se negaran, a que lo rechazaran por ser un estúpido piloto y hacerla entender el maravilloso futuro que le espera a mi lado, pero... fue todo lo contrario.

-claro que estamos de acuerdo muchachos_ menciono su madre con una estúpida sonrisa

-salud por la nueva pareja_ menciono el imbécil de tizio tomando su copa. desde el primer momento pude notar que no le agrade y realmente el tampoco a mí, pero ¡porque lo apoyan! ¡yo soy mejor que él!

-salud_ todos brindaron

- ¿usted no brindara señor Cannizzaro? _mi mirada se fijó en ese infeliz. Luigi, con una necesidad de poder levantarme, lanzarme contra él, poder apuñalarlo diversas veces hasta que me satisficiera, pero mire a mi rosa dorada que parecía tenerme miedo... no quiero eso, quiero que ella me ame, solamente me quedo hacer una cosa

-disculpen_ me levante de mi silla_ no me siento bien. por favor, continúen en un momento regresare. permiso_ me aleje para salir por otra de las salidas, pero sin antes escuchar lo ultimo

-al parecer, no le gusto la noticia. le rompiste el corazón a tu sugar daddy alcina_ se burlo

-Luigi_ hablo su padre_ por favor cuida bien de mi hija. es lo más valioso que tenemos como nuestro hijo

-lo are señor, la protegeré con mi vida_ cerré mis manos en puño y mi mandíbula se tenso

-en ese caso. salud

-salud_ todos celebraron, era demasiada la rabia que sentía que no podría soportarlo más. quiero matarlos, quiero verlos arrepentirse, pero... no quiero que mi rosa dorada se traumatice, no me quedo de otra que alejarme soportando esta necesidad de matarlos. acabar con sus miseras vidas y ser el único en la vida de mi rosa. ser su único dueño

-no sirves para nada

Sus palabras estaban envolviéndome, me recargue en la pared apretando mis cabellos con fuerza

-ni siquiera sirves para ser hombre maldita porquería

-cállate_ susurre

-eres una vil rata, una vil y asquerosa rata

-cállate_ aprete mas mis cabellos_ estas muerto, ya estas muerto_ repetía

-todos te abandonaran y morirás solo. Entre la porquería de tu misera vida como la vil y asquerosa rata que eres maldito bastardo

-no_ negué_ no lo permitiré_ alce la mirada sintiendo mi respiración agitada_ no la perderé, soy Cannizzaro. El hombre mas respetado de Italia. Este es mi nueva vida y mi rosa dorada. Mi rosa de oro jamás la dejare ir. Jamás y si tengo que matar a todos… lo are_ me incorpore para caminar hacia la cocina.

No estaba dispuesto a aceptar ello, estaba totalmente en desacuerdo. No pienso perder a mi rosa dorada por ese piloto. Camine a la cocina viendo a las sirvientas sirviendo el postre. Solamente bajaron las miradas.

-largo ¡fuera de aquí! _exclame haciéndolas salir de la cocina realmente asustadas, me acerque a uno de las puertas mas altas de la alacena donde tenía mi frasco favorito. Un poco de arsénico para acabar con ellos sin problema alguno. Me acerque a las salsas de la Panna cotta que estaban en la barra. Puse algunas gotas en uno, pero era demasiada mi rabia de escuchar sus risas que dejé caer mas de mitad de fresco en este para poner los panna cotta, los puse todos además de adornarlo con algo de azúcar glas para ocultar el veneno.

si tengo que cuidar a mi rosa de todas las alimañas que puedan dañar sus pétalos, que mas que fumigando para terminar con ella de una vez y ese piloto no será la excepción.

-vengan_ indique, entraron dos de las sirvientas_ lleven estos platillos, pero. Este_ señale el que tenia el veneno_ entréguenlo al que esta junto a la hija de lorenzo. Entendieron

- si señor_ tomaron las charolas con los postres. Acomode mis cabellos igual que mi traje para regresar al comedor viendo a todos felices

- discúlpenme_ me senté en mi silla viendo a las chicas servir los postres_ alcina_ me miro_ felicidades por tu nueva relacion, el primer amor es el mas indicado. Les deseo un futuro maravilloso y lleno de prosperidad

- gracias señor cannizzaro_ se tomaron de las manos, pero al ver a la chica que estaba por poner frente a él el plato solamente podia beber un poco de mi copa de vino esperando verlo morir lentamente. Pero todos se asustaron al dejar caer el plato

- lo siento

- ¡que hiciste! _me levante realmente cabreado, me miro con total temor_ sabes la mierda que has hecho idiota

- oye_ lo mire_ cálmate Cannizzaro fue un accidente

- lárgate de mi vista_ ordene haciéndola irse de ahí_ tú, limpia esto_ ordene a otra

- creo que será mejor que nos retiremos_ menciono de lorenzo haciendo levantar a todos_ gracias por la cena señor Cannizzaro, pero ya es momento de irnos. Permiso

Todos caminaron hacia la salida del comedor, pero ver a mi rosa tomada de la mano de ese piloto me estaba ardiendo la sangre. Me hacia sentir una gran rabia. Deseo de estrangularlo, pero la mirada temerosa de mi rosa me detenía. Parecía que me sujetaban con las mas pesadas cadenas de oro que hayan existido. Su mirada detenía mis impulsos, solamente pude verlos salir del comedor quedando todo el silencio.




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