Solo eres mía y de nadie mas

▲ capitulo 67 ▲

♡ALCINA♡

El nudo en mi garganta me evitaba poder decir una sola palabra_ eso me parece que si_ escuche a cristaldo quien chasqueo los dedos y aquellos hombres se prepararon para golpear a tesauro

- ¡no! ¡esta bien! _exclame

-alto_ ordeno_ que dijiste amor

-esta bien… no halare del divorcio… me quedare contigo…_ escuche una pequeña risa de su parte aun sujetándome

-buena chica_ mire que bajaron los bates, aunque intente separarme para ir con tesauro, asegurarme que realmente esta bien. Me sujeto con fuerza evitándome acercarme_ no tan rápido amor, he pasado noches en vela por no tenerte a mi lado, tengo que darte un pequeño castigo por mi dolor, llévenselo_ ordeno que solo pude ver como uno de ellos lo puso en su hombro para llevárselo fuera del comedor

-a donde lo llevan

-descuida amor, no le haremos nada. Solo lo mantendré encerrado dormido para evitar que te vayas. Ahora podremos volver a estar juntos amor, finalmente juntos de nuevo_ sentí como me soltó, aunque solo pude reaccionar en salir corriendo del comedor y fuera de la mansión escuchando sus risas.

Era demasiado el dolor que sentía que solo podía correr. Me importaba poco que me vieran manchada de sangre, pero… ya no podía, era demasiado el dolor que sentía. Los rayos podían escucharse en mi alrededor y las gotas frías de la lluvia caer sobre mí, aunque solo podía correr. Accidentalmente mi pie se atoro haciendome caer aun charco de agua manchándome de lodo. Miré que no había nadie cercas, solo pude hincarme viendo mi vestido sucio del lodo y mis manos, mis cabellos mojados dejaban caer las gotas de agua y el frio abrazador me envolvía.

Destrozada solo pude dejarme caer en el suelo abrazándome a mi misma aun llorando y recargada en la pared, las gotas de lluvia y el frio eran mi única compañía. que debería hacer, podría acabar con mi vida. Ponerle fin a esta maldita vida, pero… si lo hago tesauro estará a merced de cristaldo, es mi hijo. La ultima felicidad y recuerdo que me queda de Luigi, no puedo dejarlo. No puedo abandonar a mi hijo, pero… eso aun implica soportar la manipulación y el terror de estar con cristaldo, seguir siendo su esposa… ya no puedo más… ya no puedo…

-dios… porque me abandonaste_ susurre_ ya no puedo… ya no puedo más_ un rayo cayo, aunque solo mantuve la mirada baja_ dios… ayúdame… sálvame…_ suplique entre susurros y llanto, aunque solo pude sentir como la lluvia dejaba de caer en mi y vi los pies de una persona frente a mí.

Alce la mirada a aquel hombre que me protegía de la lluvia con su sombrilla, me miraba de manera preocupada, vestía un abrigo oscuro y podía parecer no ser de estas zonas.

-se encuentra bien_ su voz era extraña, su acento. Realmente no era de aquí, aunque solo podía verlo sin poder decir nada al respecto_ permítame_ extendió su mano hacia mí que dudé en tomarla, temí en ensuciarlo. Pero la tome no pareciéndole importarle que estuvieran sucias de lodo para ayudarme a levantarme del suelo_ por favor permítame_ sujete la sombrilla para verlo retirarse el abrigo y colocármelo en los hombros_ debe tener frio_ era demasiado cálido, tomo de nuevo la sombrilla que solo pude abrazarme a su abrigo sintiendo su calor, pero… un calor diferente, acogedor, protector… lleno de piedad_ se encuentra bien_ solo pude verlo fijamente sintiendo mi rumbo derrumbarse de nuevo, esa mirada llena de paz… una paz que no había sentido antes. Solo pude recargarme en su pecho apretando su saco sollozando, creí que me alejaría o se incomodaría solo me abrazo acariciando mis cabellos mojados

-ya no puedo más… ya no puedo más…

-no es bueno que estemos bajo la lluvia. La llevare a un lugar más seguro donde pueda cambiarse de ropa, sígame por favor_ no me quería separar de ese hombre solo me abrazo por el hombro manteniéndome cercas de él mientras caminábamos a un auto oscuro donde me ayudo a subir, se acerco a mi lado que lo mire avergonzada

-perdone… he arruinado su asiento…_ se rio en bajo encendiendo el auto

-no se preocupe ahora por esas cosas, lo importante es que usted este bien_ me sonrió tan dulcemente que me impacto, no había visto otra sonrisa tan llena de dulzura y paz además de mi hijo o la maldita sonrisa de cristaldo, pero… este hombre, parecía curar mi corazón herido.

Viajamos por unos minutos en silencio bajo la lluvia y la oscuridad, miraba por la ventana extrañamente sintiéndome segura alado de él, pocas veces fueron las que lo miraba quien fijaba su mirada al camino. Pero pude ver en su mano un anillo de matrimonio además de su muñeca una pequeña pulsera parecía ser de hilo rojo con una rosa roja en el centro, era linda.

Después de unos minutos entramos al estacionamiento de unos departamentos, aun me abrazaba protegiéndome con su abrigo hasta el elevador, en ningún momento que estábamos en el elevador me dejaba de abrazar. Parecía estarme protegiendo con su brazo y su abrigo. Se detuvo el elevador en el piso diez, abriéndose las puertas del elevador salimos escuchándose nuestros pasos entre el suelo madera pulida, nos detuvimos en una de las puertas la cual abrió para acercarse de nuevo a mí.

-vamos, entremos. No tienes nada que temer, estas a salvo_ su voz era baja y me tomo para llevarme dentro de aquel departamento, aunque… a salvo, esa palabra esta demasiado lejos de mi… nunca estaré a salvo ni tesauro_ toma asiento_ me quede quieta viendo el sofá oscuro_ ¿Qué pasa?

-no quiero arruinarlo_ se rio en bajo

-descuida, no tienes porque preocuparte por ellos. Por favor, siéntate_ tomo mi brazo con delicadeza para sentarme en el sofá_ te gustaría algo de café mientras preparo la ducha

-no me gustaría darle molestias

-descuida_ sonrió removiendo uno de mis mechones_ volveré en un momento_ se alejó dejándome sola, aunque ver este pequeño departamento, tenía pocos muebles, no parecía tener gustos sencillos, solo pude aun abrazarme a su abrigo sintiéndome segura. Antes me sentía extraña por estar en otro lugar diferente, atrapada, infeliz, pero… aquí me siento segura y… en paz.




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