Helado para dos
—¿A dónde me llevas, chico Brown?
Miro por la ventana otro rato más antes de girar mi cabeza y ver su muy atractivo perfil. Mi novio en verdad es muy guapo.
—Ya te dije —responde mirándome unos segundos antes de poner de nuevo la vista en la carretera —, vamos por postre.
—Sí, eso lo sé —contesto.
—¿Entonces?
—Es que no me dijiste por qué postre vamos —respondo algo apenada.
¿Por qué estoy apenada por preguntar a dónde me lleva? ¿Qué carajos pasa conmigo que me siento apenada? Para nada es normal que me sienta apenada con simples preguntas, está en definitiva no soy yo.
—Ro, relájate es solo un postre —responde deteniendo su camioneta a casusa de la luz roja —. Sé que te va a gustar.
—Muy bien, chico Brown —respondí ordenándome relajarme y disfrutar de la tarde.
No tardamos mucho en llegar porque el lugar misterioso a donde nos llevaba era el Mall de la ciudad, específicamente un cafetería temática, una de las pocas cafeterías temáticas cool que existían en la ciudad después de todo nuestra ciudad era pequeña.
—Mi bella Ro —Me llamó cuándo entramos al local —, nuestro postre para hoy es helado para dos.
»Chocolate para ti, amor y para mí será sabor café.
—Gracias, chico Brown —sonreí apretando el agarre que mantenía en su mano —. Vayamos a pedirlo.
Él negó y eso me pareció extraño.
—No es necesario que vayamos los dos —dijo rápidamente al ver que mi ceño se fruncia —, yo voy a pedirlos y tú escoge nuestra mesa los comeremos aquí es muy lindo el lugar, ¿no crees?
Asentí en silencio y me alejé un poco de él analizando el lugar que se encontraba con algo de gente dispersa. Era un lindo lugar sin duda, tenia luz cálida, aire acondicionado, sillones que lucían cómodos con mesas a la altura de estos, unas cuantas mensas a lado de libreros, una barra en una pared que sin duda lucía muy fotográfica con sillas altas que lucían cómodas así que caminé hasta ellas.
Y fue de esa manera que nuestra cita terminó con nosotros en una hermosa cafetería con helado para dos y es constante y creciente sensación de que algo marchaba mal y que no hacía más que crecer en mi interior.