La lleve a uno de esos restaurantes caros, Sabia a Mia le gustaba esto, estaba acostumbrada a eso con Jason, sin embargo el que esto sea algo nuestro, lo hacia mas especial.
—La comida estuvo genial—Tomo de un solo trago el vino haciendo que el mesero la mirara sorprendido, rei por lo bajo y deje que retirara los platos, se limpio la boca con la servilleta y espero que le servieran mas vino.
—Quería hablarte de algo—Me miro con atencion—Hace unas semanas compre un apartamento.—Mia abrió los ojos con sorpresa y una sonrisa partió su cara.
—¡Eso es genial! ¡Te felicito Caden!.—Se me escapo una pequeña risia por tanto entusiasmo.—Y quería que tu y Gigi vinieran conmigo. El apartamento tiene dos habitación, la nuestra y la de Gianella, hoy me dieron la llave.—Ella me miro fijo durante unos minutos y río.
—Sabes, ba a decirte si querías venir a vivir con nosotras—reí y puse mi silla su lado.
—Me acerque a su rostro y la bese—Se mi novia…—susurre sobre su boca, ella tomo mis mejillas y me miro con esos enormes ojos chocolate.
—Soy tuya Caden—me beso apasionadamente hasta que el camarero interrumpió.
(...)
Cuando llegamos a casa, ni siquiera nos hizo falta decir nada, acorrale a Mia contra la puerta y la bese, ella sin dudarlo me devolvió el beso con la misma intensidad. Sus manos acariciaban cada parte de mi cuerpo por encima de la ropa, haciendo que cada vez me pusiera mas caliente.
—Joder Mia—Puse mis manos en su trasero levantándola para que ella enrollara sus piernas en mi cintura.
Mia río ante la desesperación de llegar a su cuarto, los jodidos muebles se ponían en mi camino haciendo que no pudiera avanzar, pero al llegar a su cama no hubo momento en que no disfrutáramos del cuerpo del otro, ella susurraba mi nombre y yo el de ella, le decía cuanto la quería y ella solo me callaba con besos. Todo fue lento y nunca en mi vida lo había hecho eso, nunca lo había hecho tan despacio e intenso, nunca habia sentido que no podia estar lo suficientemente cerca de alguien.
A la mañana siguiente me desperté temprano para recoger a Gigi, ella últimamente había estado teniendo pesadillas y probablemente Steven o los mellizos habían dormido con ella, pero lo que en realidad era es que no podía estar un jodido segundo alejado de esa niña, la amaba, me hacia acordar a las mujeres que mas amo en mi vida, mi madre y Mia. No se porque pero me recordaba mucho a mi hermosa madre, tal vez la forma en que a ella le caería tan bien Gigi y su hermana. Recogí rápidamente a la niña y fui a comprar el desayuno para mi chica. Le compre un chocolate caliente y donas, Gianella quiso un capuchino frío y yo pedí café. Cuando llegamos a casa Mia estaba bajando la escalera dormida y con el pelo recogido por lo que ella recién se despertaba y ya había usado el baño.
Mia me sonrio en cuanto me vio y me abrazo mientras me besaba, luego de que le tendi el vaso con el chocolate beso la mejilla de Gianella.
—¿Como te fue Gigi?—Mia le pregunto a su hermana una vez que nos sentamos a desayunar.
—Bien, Steven es mi novio.—Mia largo una pequeña carcajada.
—¿No era yo tu novio?—Frunci el ceño y ella nego.
—Tu eres el novio de Mia y engañar esta mal.—algunas palabras todavía no le salían bien, pero era impresionante la forma en que podía hacerse entender.
—Vale, acabas de terminar conmigo, lo pillo.—Mia rio y Gigi sonrió.
—Steven es un buen chico y es lindo.—sentí una punzada de celos al escuchar a Mia decir que algunos de mis hermanos era lindo y mas sabiendo que era Steven y que con el competíamos en todo.
Dos horas mas tarde nos encontrábamos todos cambiados para acompañar a Gigi al pediatra, esto se veía raro, a simple vista parecíamos los padres de Gianella y es que en realidad me podía acostumbrar a esto. A lo que no me podía acostumbrar era a saber que Mia contaba con mis armas, ella no estaba teniendo una vida normal, pero quería que fuera lo mas normal posible, sin armas, sin cosas de pandillas, sin secuestros. Todo ocurría tan rápido, tanto así que se me iba de las manos, el tiempo corría y yo no sabia que hacer, pero de algo estaba segura y era de que no iba a dejar que nada le pasara a estas dos personas que de un día para otro se habían convertido en mi todo.
Mia:
El pediatra había dicho que todo estaba bien, Gigi estaba en perfecta condiciones y su peso era perfecto, para cuando salimos era hora de almorzar y Caden nos llevo a Mc.Donals, mi hermana se volvió loca, y eso parecía satisfacer demasiado a Caden, todo lo que ella quería el se lo daba, pero cuando el decía no era no y eso yo no lo lograba, desde que mama no estaba Gianella no me tomaba en seiro, ella me hacia unos berrinches horribles, que me hacían querer colgarla del techo, como ahora. Nos teníamos que ir y ella quería seguir jugando en los juegos pero claro, que mejor idea tuve que ir a buscarla yo, se había puesto a gritar de tal manera que todo el mundo nos quedaba viendo, me sentía nerviosa y frustrada, Gianella gritaba una y otra vez que no se quería ir y se tiraba al piso para que no pudiera cargarla.
Editado: 05.07.2018