Me quedé sentado en la ventana durante un rato más, disfrutando de la paz que había encontrado. La oscuridad ya no me parecía tan opresiva, ya que sabía que tu amor estaba conmigo.
De repente, recordé una frase que habías dicho una vez: "La luz más brillante siempre se encuentra en la oscuridad más profunda". Me di cuenta de que eso era lo que había estado experimentando. La oscuridad de tu ausencia había sido tan profunda que había llegado a cuestionar mi propia existencia. Pero en medio de esa oscuridad, había encontrado una luz. La luz de tu amor.
Me levanté y comencé a caminar por la habitación de nuevo, pero esta vez con un propósito. Quería encontrar una manera de honrar tu memoria, de mantener viva la llama de tu amor.
Me detuve frente a la estantería donde guardaba tus recuerdos y miré la foto que aún tenía en mi mano. Sonreí, recordando los momentos felices que habíamos compartido.
De repente, supe qué debía hacer. Debía crear algo que reflejara el amor que habíamos compartido. Algo que mantuviera viva la memoria de tu sonrisa, de tu risa, de tu amor.
Me senté en la mesa y comencé a escribir. Las palabras fluyeron de mi corazón, y pronto me encontré sumido en un mundo de recuerdos y emociones.
La oscuridad ya no me parecía tan oscura. La luz de tu amor había iluminado mi camino, y ahora podía ver el futuro con esperanza.
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Editado: 22.03.2025