Solo mírame

2-Desolacion y sorpresa

Narrador omnisciente

—Todo salió perfecto, ahora solo debemos disfrutar—musito, un guapo y atractivo hombre ha mediado de sus 30 que sonreía con una copa de vino en sus manos.

—Sin duda, sin ti no hubiera obtenido mi venganza, asi que como lo prometido es deuda, vamos a seguir con el siguiente paso—expreso una hermosa chica. Estaban orgullosos de lo que habían hecho y como salió tardaron mucho tiempo creando un plan maestro y tuvieron el éxito deseado.

Siguieron recordando como había sucedido todo, ver aquella mansión, hacerse cenizas llena de personas y ni siquiera pudieran abrir la puerta, pues la habían cerrado por fuera, eran increíble escuchar los gritos y pedidos de ayuda.

Ambos salieron del Penthouse donde estaban, subieron al auto y llegaron a un gran edificio por el cual circulaban bastantes personas, entraron por unas grandes puertas y desaparecieron.

La pareja tenia varios años planificando su venganza y no se detendría hasta cumplirla en su totalidad, ya que ambos tenian cuentas pendientes con Owen y los Van der Berg y aunque fuera a la distancia verlos sufrir fue un deleite.

Para los implicados nada fue más placentero como ver los hombres más poderos de Holanda derrumbados entre lágrimas sin siquiera tener un cuerpo para llorar, esa sería su mayor venganza, pues cuando los dolientes ven el cuerpo de sus difuntos con el paso del tiempo se acostumbra a su falta y aprender a vivir con el dolor pero cuando no tienes una tumba a la cual ir a llorar o poner flores es el peor castigo que se puede recibir.

Mientras la pareja terminaba sus planes y al fin, luego de tanto tiempo se sentían satisfechos, viajaron a otro país a esperar que la otra parte se materializara por sí misma.

Ellos habían planeado todo también que estaban seguros de que no habían dejado ningún cabo suelto, ya que se habían encargado de eliminar a todos los implicados y si ellos no hablaban nadie sabría.

Cada uno tenia fuerte motivos para hacer lo que hicieron y según su propia perspectiva eran justificables. No obstante, aunque sea años después, todo tiene una razón de ser y nada queda oculto debajo de la tierra o sobre ella.

Owen, al igual que la familia de Mila, había aprendido a seguir adelante, no bien, pero hacían lo que podían, Mason padre agradecía que a pesar de los diagnósticos su esposa estuviera viva, pero no sabía si resistiría por mucho tiempo la perdida de su hija y nietos.

Berlina sufrió como ninguno la perdida de su hija, pues lamentablemente no estamos preparados para ver morir a nuestros hijos, incluso es tan antinatural que no le han podido poner un nombre a semejante dolor, si muere tu pareja eres viudo, si mueren tus progenitores eres huérfano pero si muere un hijo nada.

Ella había sobrevivido al cáncer pero estaba segura de que lo que en verdad la mataría sería la tristeza y desolación.

Berlina había caído en una profunda depresión tan mal que sin darse cuenta no se tomaba sus medicamentos o se cuidaba, para su esposo fue tan difícil verla asi y saber que si la perdía a ella también colapsaría su preocupación fue tal que decidió llevarla a un lugar donde había menos esperanzas y más tristeza.

—Amor he recibido la invitación para colaborar con un orfanato el cual debido a una fuga de gas y un incendio provocado por esta tuvieron que ser evacuados y ahora están en unas condiciones precarias, en el lugar tienen varios pequeños que no tienen padres y fueron abandonados en la calle o en las puertas del lugar, quiero que me ayudes a verlos y saber en qué podríamos ayudarlos—Berlina miro a su amado estaba cansada, débil y sin ánimos, pero acepto acompañarlo, ya que no sabía y si podría hacerlo en alguna otra ocasión.

De la muerte de Mila y los niños ya habían pasado varios meses y ninguno estaba bien para ir a ningún lado; sin embargo, Mason padre estaba seguro de que eso despejaría la mente de su esposa.

Los Van der Berg llegaron a una gran casa que había sido condicionada para albergar a los niños y sus cuidadores, aunque no tenia el espacio suficiente.

—Sean bienvenidos nos alegra que hubiera decidido asistir la situacion no es nada buena, su hijo y nuera nos enviaron 74 kits con varias mudas de ropas, zapatos y pijamas para los niños también algunos miembros de su familia nos ha estado ayudando con alimentos, lamentablemente el gobierno no nos sustenta y ninguno recibe un sueldo...—la señora empezó a contarles como era la situacion que tenian.

—¿Qué edad tiene los niños y como llegaron aquí?—cuestiono Berlina asombrando a su esposo.

—Tenemos 74 menores, entre ellos tenemos 14 adolescentes entre 13 y 16 años, 25 preadolescentes entre 9 y 12 años, 25 niños entre 3 y 8 años y los otros 10 son bebes entre los 6 meses y los 2 años, algunas fueron dejados en nuestras puertas otros los encontramos en la calle y algunos sus madres simplemente los dejaron cuando venían a dar a luz a nuestro centro el cual era sin costo y ese si lo financiaba el gobierno, no obstante todo lo hemos perdido ya de ante mano nos habían prohibido acoger más niños los últimos fueron un par de hermanitos que llegaron a nuestras manos hace un poco más de tres meses—comento la mujer y Berlina se interese de inmediato.

—Cuénteme sobre ese caso—pidio, Mason padre estaba feliz y entusiasmado al verla interesada en el asunto.

—Claro, estábamos en un campamento con los mayores, le estábamos enseñando de la naturaleza y como sobrevivir allí afuera de ser necesario, en el segundo día escuchamos un pequeño llanto mientras estábamos explorando el área, al principio pensamos que era algún animal herido y no queríamos acercarnos, pero mientras más avanzamos el llanto, gemidos y quejidos eran más fuertes y entonces llevados por la curiosidad decidimos investigar y vimos una escena desgarradora, dos angelitos estaban acurrucados con sus ropas rasgadas, sucios y heridos, los llevamos al centro y recibieron atención, tenian golpes y heridas infligidas por ramas el suelo y no sabíamos que más, estaban desnutridos y no hablaban aunque parecían tener entre 4 o 5 años, pero se notaba que habían pasado hambre, frío y quien sabe que otra cosa, estamos dándoles terapia, pero aún no hablan parecen confundidos, le tienen mucho miedo a los fuertes ruidos y al fuego aunque lo más curioso es que nunca se sueltan las manos ni siquiera en la ducha—en cuanto escucharon eso el matrimonio se puso alerta, ya que sus nietos hacían eso último.




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