7-Viaje inesperado

Narrador omnisciente

Owen aceptó gustoso la proposición de Mason, necesitaba un poco de distancia y tiempo a solas, unos días después estaba listo para partir a los Estados Unidos, los gemelos irán de campamento asi que no se sentiria mal por dejarlos.

—Papá los ama, disfruten el campamento y cuiden a los más pequeños—los gemelos asintieron ante su padre y luego de abrazarse se alejaron.

—Ve tranquilo hijo, yo estaré atenta, cualquier cosa te dejo saber, no cierres tus ojos y corazón—Owen sabia que ella no quitaría el dedo del renglón, asi que solo asintió y también despidió de ella.

Viajo a Nueva York porque tenian algunos asuntos que arreglar y él era el indicado para el trabajo, Todo se había resuelto bastante bien, asistió a algunas reuniones y había salido mejor de lo que esperaba, mientras iba en la parte trasera de un auto sintió todo su mundo tambalearse ante lo que vio, una hermosa castaña cruzaba la calle, sonriendo mientras llevaba algunas bolsas en sus manos.

—Detente—grito exaltado, tomo su movil y le saco algunas fotos, de inmediato se las envió a su mejor amigo Mason, este no tardo en responder también sorprendido por el parecido entre su fallecida hermana Mila y esa chica.

—Hermano, no te hagas ilusiones, ya han pasado más de tres años y aunque tienen el mismo cabello, su figura y rostro no son exactamente iguales—musito haciendo que Owen se molestara.

—Investígame quién es esa chica, quiero saberlo todo—demando con furia hacia sus hombres.

—Sí señor—respondió su mano derecha enviando a otro a que la siguiera, volvieron a tomar carretera aunque ya el rubio solo pensaba en la hermosa chica que se parecía a su gran amor, llegaron a la casa que le pertenecía donde se estaba quedando durante su estadía y Owen se encerró tratando de controlar sus emociones.

Si ella joven resultaba ser su Mila no entendía por qué estaba en ese lugar y no en su hogar con él y sus hijos, todo era confuso y extraño.

…

—Señor, ya tenemos la información de la señorita que vimos esta mañana—le entrega el informe y se retira sabiendo que su jefe necesitaba espacio.

Owen leyó lo que había allí y sintió tristeza, esa chica no era su Mila, aunque se parecía bastante, desanimado, siguió con su trabajo hasta que olvido a la muchacha en cuestión.

Se dio cuenta de que muy probablemente su mente le estaba jugando una mala pasada y el parecido no era tanto como el pensaba.

Dos dias después estaban por irse directo al aeropuerto cuando la vio otra vez, a simple vista era parecida a Mila, pero cuando la observaba bien su nariz era diferente al igual que su mentón, sus pechos eran un poco más pequeños.

Simplemente no era ella.

Decidió dejar atrás a esa chica y regreso a su casa y su rutina, donde cada noche extrañaba inmensurablemente a su tigresa, pero la presencia de sus hijos calmaba un poco su tristeza.

Ver los videos y fotos era el bálsamo para su alma acompañado con el hecho de que veía a sus hijos esos que ella le había dado con tan alegría y que por cuatro años criaron con respeto, cariño y amor.

...

—Hola, la mia es la castaña de dos coletas. ¿Cuáles son los tuyos?—musita una joven acercándose a el, Owen la observa y suspira, era bonita y parecía amable.

—Supongo que ya sabes cuáles son los míos—expreso secamente, de seguro era alguna mujer que queria tener algo con él.

Ella lo observó confusa por unos segundos, no sabía si responderle o no, ya que se dio cuenta de que estaba incómodo.

— En verdad no sabía, pero no hay problema disculpa mi indiscreción—se alejó y recibió a su pequeña, los gemelos se acercaron a su padre y le contaron que ese día había entrado la niña nueva a su salón y entonces comprendió que la mujer solo estaba siendo amable.

—Quizas mi suegra tenga razón y debo ser menos duro conmigo mismo—penso en voz alta luego de que los chicos se abrocharan los cinturones y se marcharan.

Los dias siguientes, cuando llegaba a retirar los niños del colegio, saludaba a la mujer, pero esta solo asentía, se sintió incómodo y confundido pero entendió que había sido grosero, asi que penso que lo mejor era mantenerse al margen.

…

—Tengo noticias—dice Mason entrando a su despacho y sentando frente a él.

—Te escucho—musito seriamente.

—La mente maestra detrás del incendio que hubo en tu casa hace años atrás es tu antigua amante—escupe lanzando una carpeta sobre la mesa con varios documentos, gel los tomo y empezó a revisarlo como desquiciado.

—¿De dónde saco tanto dinero y contactos para lograrlo?—pregunto mientras leía el contenido.

—Al parecer un sobrino de los rusos que desvivimos cuando nuestras mujeres fueron secuestradas se unió a ella, se convirtieron en amantes y planearon todo, luego desaparecieron...

—Ahora seré yo quien planearé una dulce venganza contra ellos, les faltara vida para rogar que acabe con su sufrimiento—dijo con molestia.

—Debes ayudarme—exigió a Mason, el cual asintió, también estaba enojado por todo lo que al fin había descubierto y todo gracias a que uno de los cómplices no había muerto y contó lo que sabía e incluso mostró pruebas irrefutables.

Owen se sentía culpable y molesto, ya sabía que todo fue planeado por Lisa, ella había sido su amante por algunos meses, incluso estuvo interesada en Mason, pero este nunca la vio más que como la mejor amiga de sus primas.

Owen estaba muy enojado al saber que ella desapareció un poco antes de lo sucedido en su casa y supuso que no volveria pero simplemente estaba armando un plan para destruirlo.

Leyó todo lo que consiguió su cuñado y decidió que los haría pagar muy caro todo el dolor que habían sufrido el y sus hijos.

Aún no podía creer que ella que tantas veces vio a sus hijos siendo bebes fue capaz de hacerles ese daño que casi les cuesta la vida.

Se reunió con todos los hombres de la familia y justos armaron un plan ya sabían que el ruso tenian dos hermanas que eran su debilidad y las cuidaba a capa y espada asi que vería la manera de destruirlo a través de ellas, también se encargaría de que Lisa sintieran el más profundo dolor cuando la hiciera pedir que acaba con su vida después de la tortura a la que pensaba someterla.