12-Parecidos

Narrador omnisciente

Mason se había quedado muy callado durante la mayor parte del tiempo, lo cual no paso desapercibido para ninguno de los presentes, aunque el unico qué sabia o al menos imaginaba lo que estaba pasando por su cabeza era Owen, ya que la primera vez le paso algo similar.

Mason no entendía como esa chica tenia ciertos rasgos de su hermana, pero se veía más joven, además que en sus ojos se notaba que en sus hombros traía una gran carga.

Cuando terminaron la cena Milena subió a llevar a su hija a dormir, pues su hora se había cumplido, Andrei le pidio regresar a acompañarlos y ella asintió no muy conforme, ya que Owen la ponía nerviosa y el otro hombre mucho más.

—Buenas noches, princesa, cuando se vayan los invitados vendré a darte un beso y arroparte, pero duerme un poco—le dice a su hija y después de pasar por su habitacion regresa al salón donde están hablando los demás.

—Si tu esposa es arabe supongo que tienen algún tipo de contrato para que tengas más de una esposa o ella lo aceptaría si se lo impones he escuchado que son bien sumisas y sus maridos son lo que toman las decisiones—expresa Larissa hacia Mason, a ella le gusto el hombre se veía de unos 35 a 40 años pero era demasiado sexi asi que estaba loca por poder llevárselo a la cama.

Milena escucho lo que dijo su hermana y negó, ella no le importaba nada penso sintiendo vergüenza ajena.

—Dios si supieras, Amira es una fiera, aquí mi amigo al principio de la relacion estuvo al perder sus pelotas en multiples ocasiones, aunque ella es arabe su madre es latina asi que te imaginaras que todas son celosas, posesivas y tóxicas, ah y por supuesto nada de compartir a sus hombres—le comento Owen con sinceridad.

—Asi es mi hermosa y maravillosa esposa ha sabido deshacerse de algunas mujeres que intentaron algo conmigo, su padre tiene mucho poder al igual que sus hermanos asi que te imaginaras—responde al fin Mason le daba lo mismo los coqueteos de la chica que podría ser su hija si hubiera sido un adolescente calenturiento.

—Bueno, ya llego la princesa Milena, ven cariño—Andrei llamo a su hermana que estaba parada esperando que hicieran pausas para entrar.

—Puedo hacer una pregunta indiscreta—dice Mason mirando a la recién llegada.

—Claro—le responde, pues el le hacía sentir nerviosa, pero no en el ámbito malo.

—¿Cuántos años tiene tu hija y el padre está en la foto?— sabía que aquello era arriesgado, pero necesitaba ver las reacciones de los presentes.

—Ella tiene cinco años y con respecto al padre desapareció—respondió el ruso, no permitiendo que Milena responda pero que basto para que ellos supieran que algo había detrás de todo ese asunto.

—Es el momento murmuro Mason suavemente, Owen lo escuchó y asintió, se pusieron de pie con sus móviles en las manos y tomaron una llamada, el ruso también reviso el suyo y salió casi corriendo.

—Nosotros nos retiramos, señoritas, fue un placer—Mason les tendió la mano, pero antes de tocar a Milena, la más joven se interpuso y este no pudo tocarla.

Larissa le acaricio el brazo y este la soltó con disimulo, ya que no queria que ella se sintiera rechazada y enviara su hermano a matar a su mujer o algo asi aunque estaban bien protegidas era mejor prevenir.

—Pero esperen que llegue Andrei...

—Ha surgido algo familiar, quizas otro día nos veremos feliz noche...

…..

Cuando salieron de la casa del ruso y supieron que estaban con sus hombres, ambos se miraron tan confundidos por todo lo que había pasado en esa cena, no estaban seguros de nada, pero al menos sus planes dieron frutos.

Andrei sabía quienes eran ellos, pero de lo que no estaba seguro era de si ellos tenian conocimientos, que el fue él que planeo todo aquello.

Sabía que no podía simplemente preguntarles, por eso, envío a hacer una investigacion pero esta no arrojó nada importante.

El queria que ambos vieran a Milena, por eso la había enviado a Nueva York hacía un tiempo y con información falsa de ella logro desestabilizar a Owen, no obstante le cayeron por sorpresa en su país.

Larissa estaba molesta por el rechazo de los holandeses, le gustaron los dos y no le importaba cuál la llevara a la cama, no obstante ambos miraban como idiotas a su hermana, la insípida.

—La insípida de Milena no permitió que esos sexis hombres maduros me miraran—se quejó con su hermano mayor al entrar a su despacho, este despacho a los hombres presentes y la llamo para que se sentara en sus piernas, ella no le quedó de otra que hacerlo aunque eso la incomodara con demasía.

—Tranquila, ella no es ni la mitad de lo hermosa que eres tu princesa, asi que olvida eso y mejor dime que quieres de regalo en unos días cumples 20—dijo abrazándola, ella odiaba su cumpleaños desde que tenia 14 años y no le gustaba celebrarlo, pero lo que su hermano decía era la ley.

—El de Milena no lo celebramos, deberías darle a ella el mismo regalo que a mí—rezongo entre nerviosa y molesta.

—Sabes que con ella la cosa es distinta, además tu eres especial para mí, eres mi linda princesita—Milena queria hablar con su hermano, estaba en la puerta que daba a su despacho pero al escucharlo hablarle asi a su hermanita prefirió irse ellos eran como uña y mugre asi que no quiso molestarlos.

Ya le había metido la pata en el pasado y la llamaron de loca por lo que insinuó, por lo cual prefería ignorarlos, fue a ver a su hija y luego de darle un beso de las buenas noches se dirigió a su habitacion donde se quedó pensando en los dos holandeses eran muy atractivos obviamente su hermana queria echarles el diente por alguna razón le molesto muchísimo, no entendía su sentir, pero inconscientemente le gustaría verlos en otro ambiente.

Sospechaba que aunque no lo dijeran, ellos eran mafiosos o algo similar, ya que estaba segura de que su hermano no haria negocios con personas decentes.

El gran parecido que tenian Mila y Milena hacía que todo aquel que conoció la primera se asombrara sobre manera, ya que ellas se parecían muchos, sin embargo, tenian cosas bastante diferentes tanto en su físico como en su personalidad.