Solo mírame

16- Confusion y miedo

Narrador omnisciente

Mientras Owen se quedó estático en el lugar, aún sorprendido por la manera en la cual se escapó la que con ese simple beso confirmaba sin ninguna duda que era su esposa, su Mila, su tigresa, ella no podía ponerle nombre a todas las sensaciones que la embargaban.

Milena llego a su casa muy confundida y aterrorizada, agradeció que sus hermanos no estuvieran, asi que llevo a su hija a la cama aún dormida, cansada de tanto jugar y comer, luego fue a su habitacion se metió a la ducha y trato de quitarse con agua esas sensaciones aunque todo fue en vano.

Salió de la ducha y aun en toalla se quedó sentada en el suelo llorando, su cabeza reposo en el borde de su cama y comenzó a llorar.

Tantas imágenes sin sentido llegaron a su mente y parecían 50 piezas de uno rompe cabeza de 2000 que para ella no tenia ningún sentido, pero la hacían sentir tremendamente angustiada.

Algo le faltaba en la ecuación, pero no podía saber que sería eso en sí, penso en su pequeña, luego en todo lo que sabe que hizo, las drogas, la prostitución, los intentos de suicidio y comenzó a llorar histéricamente.

Ella no era buena para nadie, fue un ser despreciable y por eso se odiaba un poco asi misma; sin embargo, no se dejaba caer, pues sentia que su hija merecía un poco más de lo que ella le había negado cuando llego al mundo.

Milena no supo cuando se quedó dormida entre llanto, lagrimas y mocos, pero despertó asustada y adolorida, había visto otra imagen en sus sueños y esta era confusa, pues se pudo ver a sí misma aunque un poco diferente y mucho más joven, estaba sosteniendo un bebe mientras un hombre la abrazaba desde la espalda.

Sabía que esos brazos eran del holandés y algo le hizo recordar los documentos que le había entregado mucho tiempo atrás su médico cuando fue a una revisión sin decirle a nadie, pues no lo creyó necesario, mientras buscaba vio su medicación y se dio cuenta de que tenia dos dias sin tomarla y quizas por eso estaba teniendo tantos sueños o mejor dicho pesadillas extrañas.

Su hermano ya le había advertido que si dejaba de consumirla podría sentirse mal y su mente se confundiría muchísimo.

Estuvo a punto de tomarlas, pero entonces vio la carpeta, con manos temblorosas trato de abrirla, pero de repente escucho el grito de su hija y salió corriendo dejando todo tirado.

En cuanto entro a la habitacion vio la niña placidamente dormida y se sintió muy confundida, Después de asegurarse que su hija estaba bien arropada y comoda regreso a su habitación y se metió a la cama olvidando tanto la carpeta como la medicación.

Lo unico que deseaba era dormir mucho tiempo y olvidar todo lo que estaba pasando en su vida.

La pequeña Dasha se despertó muy feliz y fue de inmediato a la habitacion de su madre, encontró la carpeta en el suelo y la abrió, se encontró con papeles con muchas letras que aún no sabía leer, ya que su mami la estaba enseñando, pero sí vio que decía que ella había tenido un bebe hacía mucho, contó con sus deditos y estaba confundida.

—Mami, mami—grito subiendo a la cama con la carpeta en mano, como toda una pequeña investigadora que necesita respuestas.

—Cariño, ya estoy despierta, ¿Tienes hambre?—la cuestiono aún nerviosa por despertarse de esa manera tal abrupta.

—No es eso, mami, porque aquí dice, que tiene un bebe de seis años, yo tengo cinco—Milena la miro sin comprender y luego vio la carpeta en sus manos.

—Dejame ver—pidio con manos temblorosas, leyó que había tenido un embarazo exitoso, hacía seis años, pero como esos documentos fueron hechos un años atras, entonces eran unos siete años.

Su corazón se aceleró de solo pensar que tenia un hijo por el mundo al cual quizas había abandonado, siguió leyendo y con cada palabra un miedo se instaló en lo más profundo de su ser.

—Mami es el tio—escucho a su hija y la miro hablando por su teléfono.

—Adiós, también te quiero… mami que te tomes tu medicamento y que regresan mañana en la noche—Milena sintió un profundo temor y cuando su hija la miro esperando respuestas no supo qué contestar.

—¿Te gustaría ir con el chico guapo a pasear?—la interrogo y su hija salto feliz.

—Si el me gusta quiero que sea mi papá—su entusiasmo la hizo olvidar sus cuestionamientos dándole tiempo a su madre de respirar.

—Ve a la cocina y que te den fruta o cereales, tomaré una ducha y saldremos—le dijo tratando de parecer calmada.

—Debo llamar a Owen, el debe ayudarme, pues según estos documentos no soy Milena, no soy Rusa, y ni siquiera soy la madre de Dasha.

Fui sometida a un tratamiento experimental que dio mucho éxito en el cual me lavaron el cerebro para decirlo de alguna manera y lo que mantenía todo en pie eran esos medicamentos que tomaba fielmente cada noche por consejo de mis hermanos, los cuales están más que involucrados.

Mi hermano no es mi hermano, sino mi secuestrador, lo peor de todo es que no recuerdo nada, ya que me borraron los recuerdos y crearon una vida para mí donde yo creyera todas sus mentiras, implantaron recuerdos y una vida completamente falsa que me hizo creer toda la basura que es mi vida.

Llamada entre Milena y Owen.

Owen: Hola preciosa como…

Milena: Necesito tu ayuda, no sé quién soy o quién eres tu, pero siento que puedo confiar en ti, estoy segura de que mi hija y yo corremos peligro.

Owen: Siempre estaré para ayudarte, puedes confiar en mí, soy la persona que más te ama en esta tierra, te amo desde que comías tierra y jugabas hacer grande.

Iremos a la florería y de allí nos vamos, no quiero que nadie sepa si puedes usar otro auto sería mejor.

Owen: Bien, yo te avisaré y se cuidan, por cierto no lleves nada más que tu bolso habitual.

Milena:Te espero.

Fin de la llamada.

Mientras Milena se apuraba a preparar su bolso y la mochila de su hija para salir, los holandeses empezaba a planificar lo que harían para al fin sacarla de ese infierno impuesto.




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