Milena Smirnova Koslova (Mila)
Despertar en el departamento de los holandeses fue extraño, las cosas que al pasado me tienen llena de temor y en extremo confundida, no se nada de mi pasado y el futuro se ve más incierto de lo que debería.
Mis emociones y sentimientos están por todos lados al estar en la presencia de estos hombres, ambos son enigmáticos, atractivos y tienen una aura protectora que me hace sentir en extremo segura y protegida.
Sé que no debería confiar a ojos cerrados, ya que mi mente y recuerdos están confuso, pero según lo que entiendo no son recuerdos reales, sino infundidos y cuando cierro los ojos recuerdo esas imágenes y me veo a mí en ellas, prostituyéndome, drogándome dejando a mi bebe sin atencion y comida.
No sé qué fue lo que hicieron para que tenga esos recuerdos, pero por alguna razón que no logro comprender no parecen tan reales, como esas imágenes que llegan de forma exprés, donde me veo rodeada de personas que no conozco las cuales me demuestra cariño genuino, veo varios hombres incluidos lo que están frente a mí aunque la verdaderamente el unico que aparece frecuentemente conmigo en forma íntima ya sea sexual o de otra índole es el rubio, Owen me hace sentir diferente a Mason, los dos aceleran mi corazon y despiertan cosas en mí, pero de manera diferente, Owen me hace sentir cosquillas en el estómago y me da calor en mis zonas femeninas de solo mirarlo, mientras que Mason me hace sentir cariño y deseo de refugiarme en sus brazos.
Verlos tan atentos conmigo y escuchar como me dice Mason me hace hacerme miles de preguntas que por lo visto no tendrán respuestas inmediatas.
—¿Aceptas venir con nosotros?—reaccionó ante la pregunta de ir al país arabe y no sé si sería correcto aventurarme a lo desconocido, porque la realidad es que me da miedo salir de un infierno para meterme en otro.
—Yo…—no termino de responder cuando entran por la puerta dos chicos rubios, muy parecidos a Mason, aunque se ven más jovenes.
—Primo… Buenos dias Mi…
—Aún no es el momento, ¿Qué sucedió?—lo detiene Mason, aunque ambos chicos me miran con sus ojos brillantes y puedo notar ansiedad por querer acercarse.
—El jet ya está en el país, le haran la revisión de rutina y en una hora estará listo para despegar—musito el chico sin apartar su vista de mí, lo cual no me disgusta en lo absoluto, ya que veo que no es una mirada de perversión o asi, sino más bien de alegría y anhelo.
—Diablos, como es que son capaces de tenerla en frente y no abrazarla hasta dejarla sin aire, fueron más de tres años sin tenerla con nosotros, nuestra princesa al fin volverá a su hogar de donde nunca …
—Marker callate la boca— lo amenaza Owen mientras yo me quedo sorprendida ante lo que expresa.
—Tenemos que sacarla de aquí urgentemente, el ruso ya está en su casa y no sabemos cuanto tardara en dar con nuestro paradero—los cuatro hombres presentes me miran y yo veo a Dasha, no quiero imaginar el daño que nos haría Andrei si nos descubre, sobre todo que yo no podre ocultar lo que sé y tengo miedo a su relación.
—Milena sabemos que es apresurado y que no estaba en tus planes, pero…
—Yo acepto irme, solo prométanme que no saldré de un infierno para ir a otro—suplico mirando a mi hija, debo salvarla de este infierno impuesto.
—Te prometo que nadie te dañara y si debo matar a todos los malditos rusos para cumplir mi promesa lo hare—dice Owen acercándose a mí, sube mi mentón y acaricia mis mejillas, luego deja un beso tierno en mi frente.
—Mi tigresa una vez deje que te alejaran de mí y aunque no me recuerdes sé que muy en el fondo sabes que eres mi todo y que haria lo que fuera por ti, solo confía, confía en nosotros—dice de una manera tan tierna que me descoloca por completo.
—Yo, confió, te juro que confió…
—Siendo asi vámonos, no tenemos tiempo que perder —musito uno de los rubios que entraron.
—Kai no seas ansioso, deja que Mila... digo…
—Nosotras no tenemos nada para cambiarnos, salimos apresuradas—digo avergonzada y Owen sonríe.
—Fui personalmente por cosas para ustedes—se acerca a algunas bolsas y me las entregas.
—Dos mudas completa para cada una, utensilios de aseo, entre otras cosas que supongo podrían necesitar—asiento y me dirijo con mi hija a la habitacion donde desperté.
—Salimos en 20 minutos—dijo el otro holandés de nombre Mason, el mismo que me llamo princesa y hermanita.
—Gracias—dije y cerré la puerta.
—Mami, ahora hay 4 chicos guapos. ¿Nos iremos con ellos?—la pregunta de Dasha es más de curiosidad que preocupación y eso me tranquiliza.
—Sí, ellos nos protegerán de...
—Del tio Andrei... el me dijo que era como mi papá, pero no quiero que lo sea, prefiero a los chicos guapos—la mire con gran preocupación y mucho miedo.
—Vamos a alistarnos el tiempo, se nos pasa—la hice cambiar de tema porque todo eso me preocupaba con demasía.
Yo tenia muchas ideas y pensamientos rondando mi cabeza, tengo la esperanza de que ellos me cuenten todo lo que saben, por qué está claro que soy miembro de su familia, que fui secuestrada y que ellos llevan muchos años buscándome, lo demás lo iré descubriendo mientras pasa el tiempo por el momento solo me importa estar a salvo y protegida junto a mi hija.
Entramos al baño, le doy una ducha rápida y hago yo lo mismo, justo cuando estoy peinando su largo cabello rubio tocan la puerta.
—Adelante—dije sabiendo que el tiempo ya había pasado.
—¿Ya están listas?—Cuestiona Owen.
—Sí, vamos—tomo las dos mochilas que habíamos traído con nosotras y salimos junto a ellos, dos autos son ocupados por nosotros, mientras otros más no siguen con un ejército de hombres que no pensé que estaban, ya que nunca los vi.
Cuando llegamos y estábamos listos para abordar sentí un miedo atroz que no sabía como describirlo, temor a lo desconocido, a que podria esperarme en un nuevo lugar y con personas que para mí son completamente ajenas.
#2462 en Novela romántica
#212 en Thriller
reencuentro sorpresa, perdidadememoria, romance drama y celos
Editado: 14.04.2025