Solo mírame

24-Dolor y venganza

Narrador omnisciente

Andrei Smirnov estaba sentado o más bien tirado en el sofá de su despacho con una vaso de whiskey en la mano y totalmente perdido en el alcohol, aún no encontraban el cuerpo de su hermana, el no podía ni queria aceptar la realidad, por más que pensaba en los últimos acontecimientos no encontraba motivo para que ella volviera a intentar quitarse la vida, era algo que su cabeza enferma no comprendía en absoluto.

El ruso abrió una gaveta y saco de esta un álbum con multiples fotos de Larissa y él desde muy pequeños, algunas de ellas sola y otras incluso embarazada o con su hija en brazos, en cada foto los ojos de la rusa se veían tristes y apagados, pero el no lo podía ver, pues en su cabeza ella siempre estuvo de acuerdo con su relación.

—¿Por qué lo hiciste mi vida?—se preguntó mirando a la nada.

Según su creencia, Larissa era completamente feliz y plena a su lado, estudiaba, salía a divertirse, tenia múltiples tarjetas ilimitadas, auto y hacía todo lo que una joven de su edad debía hacer.

Para todos estaba claro que luego de tanto dias la rusa estaba muerta y que las posibilidades de encontrarla con vida serían mínimas por no decir nulas.

Ese lago era considerado uno de los más peligrosos del mundo y aunque existen áreas en las cuales las personas se podían meter bajo su propio criterio y responsabilidad parecían pocas la posibilidades de algún milagro.

Sin embargo, de donde ella se lanzó era extremadamente peligroso y ya se conocía de varios casos de personas que luego de saltar de esos alrededores ni quieran aparecían sus restos.

Andrei no aceptaba esto y tenia varios hombres trabajando día y noche para encontrarla y aun en su desordenada cabeza tenia la esperanza que ella estuviera viva.

Los buzos, policías y demás personas que estaban buscado habían perdido la esperanza de poder encontrar los restos de la joven, sin embargo, casi una semana luego del suceso lograron encontrar un cuerpo femenino deteriorado que concordaba perfectamente con los rasgo de la rusa Larissa.

—Señor, ya encontraron el cuerpo de la señorita Larissa—dijo su mano derecha con cautela, no sabía como reaccionaria su jefe y tomando en cuenta que ya había matado a varios de sus hombres, tenia un poco de temor de ser el siguiente.

Andrei lo miro unos segundos tratando de procesar lo que le dijo, una lagrima salió de su ojo izquierdo y trago grueso, al él vinieron miles de recuerdos de Larissa pequeña, corriendo hacia él cuando tenia una pesadilla o queria algo, recordó cuando ella dormía en su cama luego del accidente de sus padres y luego cuando los lazos familiares se rompieron y su amor dejo de ser fraternal, la mirada de miedo y luego de odia que le daba su hermanita ante cada acto que según su retorcida mente era amor genuino, pero para ella que era una década menor era una total tortura.

Recordó los placeres mutuos que se brindaron durante tantos años y se sintió vacío y solo, sin ella en su vida nada más importaba, Larissa era su motor, su razón de vivir, pero entonces la recordó con el vientre abultado, miro la foto sobre su escritorio, la pequeña Dasha tenia apenas unos meses y sonreía mientras fue capturada en cámara.

—Preparen el funeral y mientras tanto investiguen donde fueron Milena y Dasha con los holandeses, necesito recuperarlas lo más pronto posible—su voz salió fría y escalofriante, el hombre no dijo nada y solo salió a cumplir el cometido para el que fue asignado.

El mafioso ruso se puso derecho dejo el vaso aun lado y dejo salir ese lado oscuro y cruel que no siempre estaba presente, pero que ahora venía dispuesto a todo.

—Luego de dejar tus restos descansar en paz, iré por nuestra hija, seguro eso fue lo que te llevo a querer marcharte, esa maldita mujer no debió llevársela, si mi vida eso fue, estoy seguro, te prometo recuperarla y cuidarla tal como te cuide a ti….

Los dias fueron pasando en total calma en el palacio de Kuwait, Milena se adaptaba y cada día ciertos recuerdos venían a su mente, pero no había recuperado la memoria, los niños sé había adaptado más fácil que todos los adultos y eso hacía que todo fuera muchísimo más sencillos.

—Hola—musito Milena acercándose a Owen que estaba sentado con algunos de los que ya sabia eran sus primos.

—Precisamente estábamos hablando de ti, necesitamos planificar nuestro viaje, a nuestro hogar—musito Owen y ella lo miró confundida, pues creía que este le había dicho que hasta que no se resolviera lo de los rusos no estarían más a salvo que en Kuwait.

—¿Qué paso con Andrei y Larissa?—cuestiono y se dio cuenta de que algo no muy bueno había pasado.

—Ayer nos llegó la información de que Larissa se lanzó desde… Bueno, ella se quitó la vida y Andrei no lo soporto y se pegó un tiro, ambos están muertos, asi que podemos estar tranquilos, regresaremos a nuestra rutina y quizas eso te haga recordar mucho más fácil…

Milena escucho lo que decía Owen y negó, ¡eso no podía ser cierto! Se negaba a creer que Larissa terminara con su vida… bueno en el fondo sabía que no era tan imposible, pero no queria aceptarlo y, por otro lado, le resultaba extremadamente difícil aceptar el hecho que Andrei simplemente se pegara un tiro era demasiado cobarde para eso y sobre todo amaba a Dasha y no se iría sin luchar por tenerla a su lado, ya que era lo unico que tenia de su amada.

—Apostaría la mitad de lo que me queda de vida a que eso no es cierto—le respondió dejándolo no solo a él, sino a los demás presentes boquiabierto.

—¿A qué te refieres?—la cuestiono uno de sus primos.

—Los años que viví cerca de ellos me deja claro que él jamás se quitaría la vida asi y no estoy diciendo que no quiera volver a su país, pero tengan claro que Andrei no está muerto—le dijo con firmeza paso demasiado tiempo a su lado para saber que eso no era posible.

Ella sentia en su corazón que algo había detrás de eso, esperaba que no fuera nada que ver con su hija porque no soportaría que ese desgraciado se la quitara.




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