Narrador omnisciente
Tanto Owen como Mila no sabían como acercarse al otro, él sintiendo que ella aún no se sentía segura de ellos mientras que la castaña ansiaba saber como iniciaron su relación y surgió su amor por ella.
El le dijo que se lo había contado en Kuwait pero el pequeño detalle era que cuando recordó su infancia y adolescencia olvido parte de lo sucedido luego de salir de Rusia.
—¿Papá esta casa es nuestra?—cuestiono Eloy tan parlanchín como siempre.
Habían caminado de la mansión Van der Berg a la casa que solo quedaba a algunas cuadras y de inmediato los niños se emocionaron al pensar que esa era su nuevo hogar.
Mila lo miro algo avergonzada, lo había ignorado un poco, ya que no podía asimilar que su gran amor de infancia y juventud se había convertido en su esposo y padre de sus hijos.
Owen no se queria rendir con su tigresa, pero sentia que esta no lo amaba o temía estar a su lado, ya que no aceptaba sus acercamientos y mucho menos daba ella algún paso, por su mente pasaban multiples pensamientos sobre hasta que punto sería capaz de soportar este distanciamiento.
—¿Papi?—la dulce voz de Dasha lo despertó de sus confusos pensamientos.
—¿Si princesa?—cuestiono olvidando lo que le había preguntado su hijo.
—Esta casa la compre para nosotros quiero que la vean ya está decorada excepto por las habitaciones, pues cada uno podrá hacerlo a su gusto, entremos—los guio hacia la casa luego de que el gran portón se abriera dejando ver un jardín muy bien cuidado, los niños en vez de entrar decidieron rodear la casa y ellos lo siguieron encontrándose con una piscina y unos columpios.
—¡Es preciosa!—expreso Mila, los niños exclamaban con alegría que les encantaba la casa y deseaban meterse a la piscina, Dasha, por el contrario, le tomo miedo al agua y prefirió subirse a uno de los columpios.
—¿Ella no sabe nadar?—cuestionó Eloy a su madre mientras Marck iba a empujar a su hermana.
—No cariño pero le enseñaremos—comento Mila y el niño asintió.
—¿Qué les parece si vamos a la casa y la conocen por dentro?—pregunto Owen y los pequeños estuvieron de acuerdo.
Pasaron un buen rato viendo las diferentes áreas de la casa la cual contaba con una biblioteca, un gimnasio, un salón de juegos y las zonas típicas de una casa.
En el segundo nivel estaban 6 habitaciones, Owen no sabía si Mila deseaba compartir con el o aún no estaba lista asi que decidió darle una propia.
—Esta es la de Marck, la que sigue de Eloy ustedes compartirán baño, les mostró como se comunicaban estas con dos puertas en el cuarto de baño, Dasha tendrá está al lado de la de su mami ambas con baños propios aquella es la mia la que queda al subir las escalera es para las visitas—comento mirando a Mila la cual bajo el rostro avergonzado.
Pensaba que al ser esposos dormirían juntos, pero al parecer este no lo deseaba, lo cual la hizo sentir muy triste y desanimada. No estaba segura como fue que inicio su relación.
Sería por contrato.
Sería por obligación.
Sería por amor.
Sería por capricho.
—Pero papá los abuelos duermen juntos y el tio Mason con la tía Amira también, ¿Por qué mamá y tu no?—la pregunta del más callado pero observador de los niños los hizo mirarse a los ojos.
—Bueno yo... este...
—Hijo esas cosas no se preguntan, son temas de adultos de los cuales ustedes no deben preocuparse—lo interrumpió Mila, pues Owen no parecía saber qué contestar.
Para él escucharla decir a los niños eso no le sentó bien, pues deseaba que dijera que sería por unos dias hasta que se acostumbren a estar juntos después de estar tantos años separados.
—Nosotros tenemos una relacion un poco diferente, pero eso no significa que no los amemos, ustedes son nuestra vida—abundo el holandés y los niños no preguntaron más.
Siguieron inspeccionando la casa todos estaban encantados, Mila tenia pensamientos encontrados, mientras Owen analizaba un plan para dar un paso de acercamiento a su esposa, luego de un buen rato los niños pidieron colores específicos y muebles para su habitación.
....
Unos dias después ya estaban instalados en su casa, sin embargo, gracias a una conversacion de Mila y su madre esta pidio llevarse los niños con ella de paseo y darles una noche solos, esperando que resolvieran la confusión que tenian.
Mila estaba nerviosa, pero deseaba saber como llegaron a casarse y queria que este le contara todo asi que preparo ella misma la cena y le dio la noche libre a casi todos los empleados, ya habían pasado seis semanas desde el juicio y las cosas no habían avanzado entre ellos lo cual la tenia preocupada.
Owen llegó a su casa encontrando completo silencio lo cual no entendía, al llegar al comedor encontró la mesa puesta, justo cuando pensaba gritar el nombre de la cocinera escucho el sonido de pasos bajar por las escaleras y en poco tiempo frente a él estuvo su tigresa vestida muy sexi con un vestido corto y con un escote bastante pronunciado.
—Dios debo estar soñando—musito el rubio, la castaña sonrió traviesa y se acercó a él.
—No sé cómo empezamos esta relación solo recuerdo que ya cumplía 18 años y me iba de fiesta, pero ahora lo unico que deseo es...—el no la dejo terminar la tomo de la cintura la alzo y llevando hasta la mesa se puso en medio de sus piernas y unió sus labios.
—Si quieres saber como termino esa noche te muestro un video—musito separando sus labios, ella no dijo nada y volvió a besarlo, ya que hacerlo la hacía sentirse en las nubes.
—Primero cenemos que cocine solo para ti—lo empujo suavemente y le saco la chaqueta, Owen se sentía flotando en alguna dimensión desconocida, pero de la cual no tenia ninguna intensión de salir.
—Tengo muchos videos de nuestra vida antes de incendio y te mostraré todo mientras te cuento nuestra historia, te amo Mila y eso ni el tiempo que estuvimos separados lo pudo cambiar—ella lo miró con sorpresa y una lagrima bajo por su mejilla la cual el atrapo con un suave beso.
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Editado: 14.04.2025