Solo quiero un abrazo

Prólogo

La vida de un elfo no es fácil y más si eres de la realeza, si como lo escuchaste soy un príncipe, tengo que soportar varios obstáculos, que descubriré con el tiempo y por cierto este mundo tiene varios secretos que se guardan en un lugar desconocido.

- Adrián, príncipe- Habla uno de mis súbditos y se inclina ante mí- El Rey desea verlo, su alteza- Termina de decirme una vez que lanzo la flecha.

Guardo mis flechas y me coloco el arco en mi espalda- Gracias por el mensaje, debo irme- Los elfos tenemos una habilidad de trasportarnos de un lugar a otro, solo si tienes la edad suficiente para hacerlo. Aparezco en el salón principal del castillo; mi padre es un hombre sabio, sus ojos son de color verdosos con una mezcla de azul intenso, son tan llamativos, hasta uno diría que tiene veinticinco años, pero en realidad tiene ciento cincuenta años en el mundo de las maravillas ocultas, sus cabellos son dorados, él siempre me animado a salir adelante después de perder a mi hermano.

-Padre estoy a sus órdenes- Digo haciendo la reverencia.

-Hijo-Dice acercando sus manos a mi rostro y yo las acaricio- Ay muchacho, que cruel es el destino, me quitara uno de los mejores arqueros que tengo- Lo miro sorprendido, nunca lo había visto de ese modo, él siempre era serio, sobreprotector y nunca mostraba sus emociones en público.

- ¿A qué te refieres padre?

- Hijo mío, sé que tú nunca has esperado este día, de acuerdo a nuestras costumbres, cada hijo del gobernador debe ir a enfrentar los dolores de la humanidad, el que llega victorioso, llegara a gobernar el reino de su padre.

- Disculpa, mi atrevimiento padre, pero yo no quiero ocupar tu lugar, lo siento padre- Ser rey no es mi estilo, amo la libertad y me gusta hacer lo que mi corazón me pide.

- Aunque no quieras hacerlo, hijo, debes ir, comprendo lo que quieres, pero no podemos fallar a nuestras reglas- Mi primer hijo no logró lo que quería, por lo menos el siguiente hará su sueño realidad.

- Papá, hare lo que me pides, pero antes debo hablar con Badir.

- Has lo que quieras hijo, pero no olvides prepararte para ir al mundo humano dentro de dos semanas.

- Tus palabras son ordenes mi rey. Digo desapareciendo de ese lugar

De un abrir y cerrar los ojos aparecí en mi habitación y me deje caer en mi cama, no podía creerlo, el día menos esperado se había acercado, por ahora no pienso ir, pero sé que debo hacerlo, si fallo en el intento me será difícil regresar como ocurrió con mi hermano, soy el segundo hijo del emperador, conozco las reglas que debamos cumplir, ser principie sería el sueño de cualquiera, que lleva una vida fácil, todos hacen lo que él quiere, todos es lo contrario, ser de la realeza es un trabajo difícil de hacer, debes llevar conocimientos de la naturaleza, conocer cada planta, su origen, sus beneficios, en este mundo diría que preferirías morir que saberlo todo, hay como un billón de especies de planta, menos mal que lo sé todo, debes saber que terrenos peligrosos son de los elfos de la muerte; tener conocimientos de las variedades de especies de dragones que hay, es increíble este mundo, qué más puedo decir.

-El valiente esta de miedo- Levanto mi rostro, para ver el culpable de haberme sacado del mar de mis sentimientos.

- El oráculo sabrá lo que pasará en mi futuro- Lo miro con una sonrisa tremenda y lo abrazo.

- Me pregunto el porqué del abrazo su alteza- Nos reímos como los viejos tiempos.

- Badir, mi futuro será algo positivo- Pregunto por curiosidad. Los oráculos pueden ver el futuro, pero no pueden decirte todo o ellos morirán, sus ojos, cabello y ropa son color morado fuego.

- Para que haya una larga vida tranquila debe haber obstáculos peligrosos como el mismísimo pantano de la muerte- Dice, mientras busca algo en su bolso de la ilusión- Hermano, ambos sabemos los peligros que hay en ese mundo, lo que diría es como una adivinanza.

- Ve directo al grano, hermano tus adivinanzas son como difíciles de saberlo. Sus adivinanzas eran casi imposibles de adivinarlos.

- Por lo cielos es tan fácil que te aseguro, que es increíble saber la respuesta.

- Ya dilo de una vez, que me voy arrepentir- Badir es como un hermano para mí, de acuerdo a sus reglas él no puede decir que es lo que sucederá en el futuro, pero por lo menos puede darte una pieza para saber qué ocurrirá.

- Su rostro es como las aguas, tiene una sonrisa de princesa, ojos como la perla y sentimientos como las flores. ¿Quién es? - Hablaba entrecortado, pero lo entendí o eso creo.

- Hermano ¿Quién o qué es? No lo sé, pero déjame pensarlo- Recordando cada palabra que dijo, su rostro como las aguas, es decir que es delicado, sonrisa de princesa se refiera a la más bella, ojos como la perlas se refiere a que es una mirada cautivadora y sentimientos como las flores es decir que… - Es una mujer.

- Excelente hermano, estuvo fácil ¿Verdad? - Una mujer no podía creérmelo, ella será la que está destinada a estar conmigo, no puede ser, ahora no, estos momentos estamos en peligro, ella correrá el riesgo, todos sabemos que cuando encontramos a nuestra mitad ella será nuestra debilidad, tendré que alejarla de mí y no levantar sospechas.

- Oye, baja del cielo, ¿En qué piensas? Uhm… seguro en cómo es ella, no te preocupes ya la conocerás.

- No es eso, ella no puede estar conmigo, caerá en un grave peligro, no entiendes.

- Claro que sí, de eso no te preocupes ella será tu luz en esa tormenta, así que ponte cómodo.

- ¿Cómodo? Crees que voy a estar bien, cuando sé que habrá un peligro, no, debo alejarla de mí- Le hablo medio enojado, se controlar mi paciencia, pero esta vez sí explote.

 - Debiste cerrar el pico- Miro aquella dirección de donde viene la voz, era mi madre tan radiante como siempre, no sé cómo puede sonreír cuando hay problemas, sus ojos ámbar son los que más me cautivan.




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