Solo soy Bruno

D O S - Abrazos y santuarios

                                                                 

 

CAPÍTULO 2

                - ¿Cómo están?

                -Están… ¡Oh por Dios, están bien! ¡perfectas, hermosas y puras!

                - ¡¿en serio?! ¡¿de verdacito?!

                - ¡Que sí! ¡Ya mira, Bibi!

Bianca abre los ojos y se acerca a mí. Tímidamente extiende su mano para que le dé la tablet. Los profesores acaban de subir las notas del ciclo.

Después de una revisión minuciosa a cada curso, Bianca se manda a llorar.

                - ¡No puedo creer que aprobamos todo! ¡Incluso Anatomía! ¡No puedo creer que pasamos al quinto ciclo!

                -No puedo creer que después de todos estos años sigas teniendo lágrimas- canturreo para molestarla

Bianca sonríe y enseguida deja la tablet en la mesa y voltea hacia mí con los brazos abiertos. - ¡Abracito!

                -Oh no- digo frunciendo el ceño.

                - ¡Si! - dice sonriendo

                - ¡no! - gritó antes de salir corriendo del cuarto

                - ¡Huir no te salvara!

Voy a bajar las escaleras, pero recuerdo que Bibi es un poco torpe cuando corre así que decido seguir por el pasillo de las habitaciones.

                - ¡Abracito! - va gritando a lo desquiciado

No es que no me gusten los abrazos, es que los “abracitos” de Bianca son muy… Bianca.

                - ¡Bruno!

Me detengo en seco por la voz de mi abuelo.

                -Ven acá, doctor. – entro al cuarto de mi abuelo, y sonrió a su saludo. - Me han mandado tus notas, felicidades hijo, lo has hecho muy bien.

                - ¡Abuelo! - me molesta un poco (mucho) que se entrometa tanto en mis estudios, pero se lo paso porque sé de primera mano lo emocionado que está con que siga sus pasos.

Bianca se hace notar por el sonido de sus zapatos. Me volteo y la encuentro con la mano en las rodillas.

                - ¡Vaya! Creo que en este ciclo comí mucho.

                -Ven acá niña- le dice mi abuelo, señalándola- a ti también te sigo de cerca. Felicidades. A ambos. Sé que es difícil, pero ya verán como si se puede. Créanme, de una forma muy retorcida se pondrá peor y eso será mejor.

                -Sí bueno, si pudimos con el doctor Sáenz, podemos con todo. - dice Bianca levantando los puños.

Mi abuelo suelta una risa. – ¡Que tiernos!

Bianca hace una mueca asustada y me mira, yo le sonrió tranquilizadoramente- Estas cosas realmente pueden llegar a mortificarla. – El abuelo está jugando, Bibi.

                -Está bien, ahora escuchen. - Continua el abuelo. -Mañana es mi viaje a Italia, a la conferencia de medicina que les dije. Pensé que, en mi ausencia, podrían tener la llave de mi estudio. -levanta la mano interrumpiendo lo que sea que una emocionada Bianca fuera a soltar- Si Bianca, pueden coger mis libros, estudios, tesis y todo lo que les llame la atención.

El abuelo saca una llave de su escritorio y se la entrega a Bianca, ella lo abraza y yo le agradezco.

Bianca no deja de dar saltitos toda la tarde. Es entendible, el estudio del abuelo es un mini santuario de medicina, cualquier doctor, estudiante o aficionado del área entendería porque le hace tanta ilusión.

Que a mí no me dé ni una pizca de emoción, eso si no es entendible.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.