Solo soy Bruno

S E I S - II

II

                       - “¿Quién te intento llevar?”- Le pregunto ayudándola a bajar. Procuro que su falda no se suba aún más en el acto.

                       - ¡¿Qué?!- responde, intentando mantenerse en pie apoyándose en mi hombro. La ayudo sujetándola de la cintura.

                       - ¡Me mandaste un texto! ¡¿Alguien intento llevarte a la fuerza?! – le vuelvo a preguntar. - ¡Venga, mejor te llevo yo! - le digo abriendo mis brazos en señal de que la voy a cargar.

                       - ¡No, así no! - dice cruzándose de brazos. Hace un mohín con la boca. - ¡Como princesa, no como mono!

                       - Cómo mandes. – le respondo sonriendo. Sus mejillas están totalmente rojas por el alcohol, pero cuando la cargo en mis brazos y empieza a reírse, se ponen aún más rojas.  

                       - ¿Qué haces aquí? – pregunta, y pareciera que por un momento se le va todo el alcohol de la cabeza, porqué me mira seria esperando a que responda.

Paso por entre el mar de gente. Si no sacamos una cantidad decente de dinero con esta fiesta voy a estar muy decepcionado.

     - ¡¿Qué haces aquí?! – me vuelve a preguntar. Está vez dejo de caminar porqué ella reclama totalmente mi atención cuando coge mi cara entre sus manos. Sus palmas están frías, pero es su forma de mirarme la que me desenfoca.

Siempre me han gustado los ojos de Bianca. Al principio me parecían comunes, pero entonces, hace un par de años, note que sí los miras de cerca son más marrones de lo que parecen a simple vista, casi mieles.

                      -Estaba muy preocupado por ti. Té llevo buscando desde hace rato.

                      - Pero estabas pasándola muy bien con esa chica de vestido rojo. Pensé que no te vería hasta mañana – habla arrastrando las palabras mientras levanta un poco las cejas, y aunque solo hay luces de colores oscuros en la habitación, puedo ver sus ojos brillar con mil preguntas.

            -Dijiste que alguien intentaba llevarte a la fuerza. No contestabas el teléfono. Me asustaste. Pero estás bien, ¿verdad? – le pregunto prestando especial atención a lo que vaya a responder.

            -Pensé que no te gustaban las chicas de cabello corto- continua, ignorando totalmente mi pregunta. Luego mueve la cabeza exageradamente, haciendo que sus rizos vuelvan a esparcirse alrededor de su cara.

Su cabello es largo, a pesar de lo rizado que es.

-No piensas decirme quien estaba intentando llevarte. – digo, mientras retomo el camino a las escaleras.

Bianca apoya su cabeza en mi hombro, y guarda silencio.




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