C A T O R C E - II

II

            - ¡Ahhhhh!

            - ¡Ahhhhh!

            - ¡Ahhhhhhh!

Este es el idioma más raro del mundo y ni siquiera sabía que lo hablaba y entendía.

            - ¡Ahhhhhhhhhhhh! .- le respondo a Bi

Ella me coge la cara entre sus manos y grita más fuerte en respuesta. Creo que jamás he sonreído tanto en mi vida. Ni siquiera pregunté cuando Bi empezó este dialogo de gritos porque lo entendí al instante.

Está explosión en el pecho, indomable, como sí algo dentro de mi quisiera salir y explotar en un gran fuego artificial en lo más alto del cielo.

Bianca da saltos hacia la puerta de nuestra habitación cuando oímos tres toques.

            - ¿Sí?

            -Buenas noches señorita. -Habla el recepcionista del hotel, escaneando la habitación – Hemos recibido aviso de constantes gritos en la habitación, ¿está todo bien? -Pregunta con preocupación.

Me acercó tratando de ser serio, pero fracasando totalmente. – Todo está muy, muy bien. Gracias por la preocupación.

            -Sí, gracias. - Añade Bianca. - No se preocupe, es solo que somos muy bullosos.

El recepcionista agranda los ojos, totalmente atónito, mientras detrás de él un señor con pinta de guardaespaldas aprieta los labios y mira hacia otro lado de inmediato.

Carraspeo, tratando de disimular mi sonrisa mientras la miro con mofa. Bianca tarda unos segundos en seguirnos el paso, pero cuando lo hace un rubor intenso azota su cara. Toda ella. Le doy un guiño y, solo por el placer de meterme con ella, paso mi brazo por sus hombros y la acercó a mí. -Como dije, esta todo bien. – digo al tiempo que ella me da un codazo. -Estamos gritando por la emoción de algo que nos ha pasado. -Lo último lo comento con más seriedad, aunque sé que el malentendido ya está en el aire.

Cuando cerramos la puerta suelto sin más remedio una gran risotada. Bianca ni siquiera se voltea a mirarme, se queda con la frente apoyada en la puerta y las manos tapándose la cara.

Definitivamente, un gran día.